El 'separatismo' es una trampa burguesa que solo busca conseguir la 'autodeterminación' de las clases dirigentes. Rosa Luxemburgo
Las mayores tragedias de la humanidad se deben a la propensión a identificarse con una tribu, nación, iglesia o causa, y abrazar ese credo sin asomo de crítica y con entusiasmo ciego, incluso si sus artículos de fe son opuestos a la razón, al propio interés y conservación. Los crímenes individuales por motivos egoístas representan un porcentaje insignificante frente a las muchedumbres sacrificadas en orgías de lealtad. La tragedia del hombre estriba no en su exceso de agresividad, sino en su sobreabundancia de devoción fanática. Arthur Koestler

1 – Antecedentes históricos.

lavidacarcaxblogspotcomEl independentismo se ha convertido en España en la causa común que une a derecha e izquierda y borra cualquier diferencia entre ellas. La derecha se la plantea como negocio, buscando un doble beneficio: económico y oligárquico… ¿pero la izquierda que espera conseguir con ella?, ¿un provecho espiritual?, ¿hacer del nacionalismo una alternativa al capitalismo?, ¿o de verdad piensa que los trabajadores catalanes tienen más en común con sus patronos catalanes que con sus homólogos andaluces y que cuanto más divididos estén, mejor les irá? i

El nuevo enemigo de los trabajadores ya no es el capital, sino la geografía; no el paro, sino la bandera. Levantar fronteras se ha convertido en el arma perfecta para erradicar desigualdades y avanzar hacia un mundo más justo.

elperiodicocom1La derecha ha conseguido que una operación política genuinamente suya, la independencia, la izquierda la asuma como propia, hasta el punto de que para ser de izquierdas hoy día en España, se necesita ser independentista, o si no, no te dan el carnet y te califican de centralista, seudoizquierdista, facha, retrógrado, cavernícola y lo que se tercie. El sentimiento patriótico ha sustituido al de clase, y el nacionalismo se ha convertido en la nueva seña de identidad de la izquierda ibérica de bellota.

Separarse se considera ahora la mejor manera de robustecer lazos. Debemos recuperar a marchas forzadas el tiempo perdido conviviendo juntos. Que durante cuatro siglos los catalanes no se hayan percatado de que estaban siendo colonizados, avasallados y sojuzgados por el resto de habitantes del país, resulta increíble, por no decir surrealista. Sin duda el primer caso registrado en el que las víctimas alcanzan un nivel de vida más elevado que sus verdugos. Para flipar, oiga.

«¿Debo suponer que mi abuela materna, castellana y costurera, que vivía en un quinto sin ascensor, oprimía a mi abuelo paterno, catalán, que tenía dos criadas, una fábrica, un gran piso en Barcelona y tres casas en Lloret de Mar?».[1]Una generación de catalanes, Laura Freixas, 21/01/2014, http://elpais.com/elpais/2014/01/09/opinion/1389266138_094028.html

Pero examinemos qué hay de cierto en esa persecución terrible que padecen los catalanes, peor incluso que la de los judíos.

La historia no manipulada nos enseña que tras la caída del reino visigodo, los cath-alanes, refugiados visigodos huidos de la invasión árabe, atravesaron los Pirineos y se refugiaron en la Marca de Gothia (Rosellón). Más tarde, cuando los galos lograron frenar el avance de los musulmanes, Carlomagno, con los territorios que les había arrebatado, constituyó la Marca Hispánica, dividiéndola en condados, a cuyo frente puso a nobles franceses. ii

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En 1137 el condado de Barcelona, feudo vasallo del rey de Francia, se integró voluntariamente en el Reino soberano de Aragón cuando el conde Ramón Berenguer IV se casó con Petronila hija del rey Ramiro I de Aragón, pasando a ejercer la regencia del mismo en calidad de príncipe consorte (ya que las mujeres según la ley sálica aragonesa no podían gobernar), pero continuando siendo su esposa la titular de la corona y la encargada de transmitir los derechos dinásticos a su hijo Alfonso II de Aragón.

Esa es la razón por la que no existió nunca un Reino Catalán y sí una Corona de Aragón cuyo monarca y cabeza de la misma, por su mayor rango, fue el rey de Aragón, aunque los diferentes territorios bajo su dominio continuaran manteniendo sus usos, instituciones, formas de funcionamiento, lengua y moneda propias; comportamiento inusualmente democrático y avanzado para la época.

El monarca Jaime I firmaba así sus edictos: «Nos Jaime, por la gracia de Dios, rey de Aragón, de Valencia, de Mallorca, conde de Barcelona y señor de Montpellier…», ya que Cataluña era una posesión más de las que componían el puzle de la Corona de Aragón, y todas las conquistas se efectuaban en nombre del Rey de Aragón, ya que de haberse realizado por cuenta del condado de Barcelona hubieran pasado automáticamente a depender del Rey de Francia del que éste seguía siendo tributario; situación que se mantuvo inalterable hasta el año 1258, en que por el Tratado de Corbeil, firmado entre ambos monarcas, se transfirió su jurisdicción al rey de Aragón.

Si consideramos como nación a una población vinculada a un estado soberano con plena capacidad para obrar, Cataluña nunca lo fue, sino que constituía una pieza más del entramado de la Corona de Aragón, que pesaba mucho ciertamente, pero no era la decisoria.

Los fueros recogían los privilegios otorgados por el rey a la nobleza y al clero, y las cortes dominadas por ellos, establecían los tributos a pagar, la cantidad de soldados a aportar para la guerra, su capacidad para impartir justicia, designar cargos locales, etc. Así, en 1287, el Rey Alfonso III se vio obligado a aceptar las reivindicaciones de los nobles de Aragón firmando con ellos el Privilegio de la Unión, donde se estipulaba que si incumplía lo pactado, podían negarle obediencia y elegir libremente otro monarca, lo que le llevó a manifestar amargamente que «había en Aragón tantos reyes como ricoshombres». No en vano, «en Aragón antes hubo leyes que reyes», y el juramento ritual para acceder al trono rezaba así: «Nos, que valemos tanto como Vos, y juntos podemos más que Vos, os declaramos nuestro rey y señor, siempre que guardéis nuestros derechos y libertades, y si no, no»; limitación del poder real que más tarde se haría extensiva a otros territorios de la Corona.

Para preservar la integridad territorial de la Corona, Jaime II proclamó en 1319 la unión indisoluble de los reinos de Aragón y Valencia con el condado de Barcelona.

La España moderna inició su andadura en 1469 con la unión del Reino de Castilla y de Aragón a través del matrimonio de Isabel y Fernando, los Reyes Católicos, y los territorios conquistados en América le permitieron convertirse en el primer imperio global.

Pero en 1638 los franceses atacaron las fronteras españolas por Fuenterrabía, y tropas de todas las regiones peninsulares acudieron en su ayuda, excepto catalanas. Así que, cuando los franceses invadieron Cataluña, pocos se alistaron en su defensa y hubo que recurrir a mercenarios. «Cataluña es una provincia como no hay rey en el mundo que tenga otra igual. Si la acometen los enemigos, la ha de defender su rey sin obrar ellos de su parte lo que deben ni exponer su gente a los peligros; se ha de traer ejército de fuera y se lo ha de sustentar», se lamentaba el Conde Duque de Olivares por su falta de colaboración. iii

A causa de los abusos de los tercios, los segadores y campesinos catalanes se sublevaron en Barcelona adueñándose de la ciudad en 1640, para dirigir a continuación sus iras contra la nobleza y los ricos catalanes que, viéndose desbordados por la violenta reacción popular, pactaron la unión de Cataluña a Francia a cambio de protección. Pero sus nuevos amos se comportaron como un auténtico ejército de ocupación, incrementando aún más el descontento. Lamentable episodio de desunión interna que, después de 19 años de guerra, se saldó con la pérdida definitiva del Rosellón y parte de la Cerdaña, cedidas a Francia por el Tratado de los Pirineos que puso broche final a la contienda.

Más la reescritura del pasado para conseguir réditos políticos en el presente, no se detiene ahí:

«Los nacionalistas catalanes presentan la Guerra de Sucesión dinástica (1701-1713) entre dos aspirantes al trono: Felipe V y Carlos de Habsburgo, como una Guerra de Secesión entre Cataluña y España, durante la cual Cataluña fue conquistada, cuando en realidad fue una guerra entre potencias europeas librada en suelo español, en la que Cataluña apostó por el bando perdedor, el de los Austrias, frente al de los Borbones (derrota que conmemora la Diada, la fiesta nacional catalana). 

Lo que no hay que hacer es profundizar en las divisiones nacionales, raciales o étnicas; Cataluña votó y aprobó en 1975 una constitución que determina que forma parte de España y en la que no se reconoce el derecho unilateral de secesión». iv

En el referéndum para ratificar la Constitución, la abstención en el País Vasco se situó en el 55,35%, los votos a favor ascendieron al 69,12% y los negativos al 23,54%, mientras que en Cataluña la abstención se quedó en el 32,09%, los votos favorables sumaron el 90,46%, y los negativos el 4,61%.

Guste o no, ese fue el resultado y, desde entonces, nadie es libre, en principio, de separarse o autodeterminarse con arreglo a su capricho o conveniencia porque «el territorio político constituye un proindiviso. Sevilla es tan mía como de un sevillano. O tan poco. Todo es de todos y de nadie en particular y se decide dentro de un espacio jurídico común. Si la minoría que está en desacuerdo, amenaza con marcharse, la democracia se vuelve imposible». v

somatemps.mePrincipio básico al que Tarradellas, hombre moderado de izquierdas, y primer Presidente de la Generalitat democráticamente elegido después de la dictadura franquista, se atuvo escrupulosamente durante todo su mandato:

«Cataluña no es separatista. El pueblo catalán quería la autonomía porque le gusta gobernarse y administrarse a sí mismo, pero sin romper sus lazos con el resto del país. Gracias a España, ha obtenido sus libertades políticas sin que le costara un muerto, una peseta, nada.

Tenemos un Estatuto que es nuestra Constitución. Cataluña lo pidió y toda España se lo dió, por eso no podemos ni queremos hacer una política que no esté de acuerdo con la mayoría del pueblo español». [2]Personajes a fondo, libro de entrevistas de Joaquín Soler Serrano. Editorial Planeta 1987

Pretender que Cataluña se ha mantenido integrada en España por la fuerza, constituye una afrenta a la inteligencia. España y Cataluña no son un matrimonio mal avenido como argumentan falazmente los nacionalistas, sino una comunidad de vecinos, donde los de la planta baja que disponen además de jardín y piscina, manifiestan que quieren separarse, porque por ser sus viviendas más grandes y mejores, aportan demasiado al fondo común y desean «librarse» de esa carga. Por conveniencia que no por convivencia.

Pero que el nacionalismo pueda inventarse un pasado, no significa que pueda inventarse un futuro.

Resulta vergonzoso e incalificable que sean las dos regiones más prósperas, desarrolladas e industrializadas del país las que pretendan separarse. Los nacionalistas catalanes no persiguen sacudirse ningún yugo (¿cual?), ni recuperar su identidad (¿quién se la ha robado?), ni hablar su lengua (¿quién se lo prohíbe?), ni conservar su cultura (¿quién se lo impide?), ni organizarse (disponen de más autogobierno que nunca), sino hacer caja.

Pero que lo digan bien claro y alto, sin trampas, rodeos ni tapujos.

Aunque los saldos de la balanza fiscal sin artificios contables (incorporando las partidas de pensiones y desempleo entre otras), de la balanza comercial (17.500 millones de euros) y de la balanza de inversiones (el 70% de las realizadas en Cataluña se financian con ahorro de fuera), sean todos favorables a Cataluña [3]Cifras y hechos ocultados en Cataluña, Roberto Centeno, 31/08/2015, http://blogs.elconfidencial.com/economia/el-disparate-economña, ico/2015-08-31/cifras-y-hechos-ocultados-en-cataluna_994370/, los independentistas se presentan como víctimas de un expolio, cuando los impuestos se pagan en función de la renta personal y no del lugar de residencia (excepto los tributos autonómicos transferidos).

Pero ahí está la madre del cordero. Precisamente porque un ciudadano catalán tiene los mismos derechos que un murciano, y no es ni más ni menos que él, surge el problema. Aunque la misma ley rija para todos, los ricos se merecen más que los demás. Y entre otras cosas, la independencia.

 

2- De Sabino Arana al Pujolismo.

Cualquiera ve que un andaluz es distinto de un gallego, y que todas las regiones españolas poseen una personalidad bien definida y rasgos característicos propios, pero parece que el “hecho diferencial” catalán, bailar la sardana en vez de flamenco, comer coca en lugar de empanada, o hablar catalán en vez de gallego, da derecho a disfrutar de un estatus superior.

Poco importa que los diez apellidos más comunes en las cuatro provincias catalanas, sean, según el instituto nacional de estadística, y por ese orden: García, Martínez, López, Sánchez, Fernández, Rodríguez, Pérez, González, Gómez…; que hasta el 20% de la población catalana provenga de otra zona de España; que la mitad de los nacidos en Cataluña posean al menos un progenitor hispano y que la mayoría de sus antepasados lo sean también: igual que nacen pollos con dos cabezas, independizarnos de nosotros mismos constituye un fenómeno paranormal, inédito en la naturaleza.

es slideshare netEmancipación que, curiosamente, solo reclaman de Pirineos para abajo. Porque, tanto en el Rosellón como en la Cerdaña (la Cataluña francesa), ni se les ocurre plantearla, pese a ser el francés un estado infinitamente más centralista que el español, que no reconoce al catalán estatuto de lengua oficial (Luis XIV lo prohibió en el año 1700), ni le consiente autogobierno alguno… ¿cabe imaginar mayor ensañamiento?… ¿por qué no se lanzan en tromba los independentistas catalanes  a redimir a sus desgraciados hermanos galos de su triste situación?… ¿acaso no se merecen una Diada mil veces más reivindicativa?

Pues no. Los nacionalistas ni alientan siquiera, porque saben que esos dos millones y medio de catalanes en el exilio se les reirían en las narices, ya que no les interesa lo más mínimo unirse a sus parientes pobres del sur. Y lo mismo sucede con los vascos, que donde de verdad han mantenido sus raíces ha sido en España, no en Francia, y saben perfectamente que en Iparralde, las cuatro provincias vascofrancesas, no tienen nada que rascar.

Comportamiento oportunista y sectario que los retrata y que hace que, por más que barran para casa, se les vea el plumero. Todos los nacionalismos practican la discriminación, apelan al victimismo, proclaman su superioridad y prosperan con el conflicto. Solo sacan pecho y se hacen fuertes donde los estados se muestran débiles, medrando con las políticas de cesiones que les permiten imponer sus tesis.

Tratar de forma diferente a los territorios, es la mejor manera de fabricar territorios diferentes.

Porque aquí, en la confianza de que todos íbamos a una, Cataluña ha conseguido que España llevase allí las inversiones, las industrias, los trabajadores, el agua y las más modernas infraestructuras, para una vez en su poder, proclamar que se va, que no le interesa seguir con nosotros porque somos un lastre para ella y se ha cansado de mantenernos. Conducta diametralmente opuesta a la seguida por los alemanes para lograr la reunificación del país: porque más diferencias había entre las dos Alemanias, la comunista y la capitalista, que entre Cataluña y España, y más recursos tuvo que desembolsar la rica, y lo hizo sin rechistar, dando una lección de civismo, madurez y sentido colectivo.

«El progreso económico no se distribuye uniformemente, sino que siempre se concentra en regiones determinadas, como Cataluña o el País Vasco en el caso del estado español, e incluso a nivel internacional en países como Alemania.

Existen actividades económicas que funcionan como motores del desarrollo porque por su propia naturaleza activan otras esferas económicas. Pero cuantas más actividades generan, más exclusivas se vuelven. Por eso hay muy pocas fábricas de automóviles y muchas panaderías, e igual que no tiene sentido que muchas localidades sean capitales administrativas, tampoco lo tiene que haya muchas fábricas de automóviles.

Por eso, la región que va por delante en términos de desarrollo económico, está al mismo tiempo constriñendo a las otras. Pero este desigual reparto de los beneficios económicos no tiene por qué estar reñido con la justicia social siempre y cuando se pongan en marcha mecanismos de equilibrio, trasladando rentas de la región más favorecida a las que se quedan rezagadas». vi

El mismo comportamiento impositivo que practica Cataluña de puertas adentro:

«La provincia de Barcelona sufre un acusado déficit fiscal, mientras que Gerona, Lérida y Tarragona, obtienen superávit fiscal a su costa. Del estudio se desprende que el gobierno catalán aplica a la provincia de Barcelona un déficit fiscal superior al de Cataluña respecto de España.

Concretamente, la administración catalana obtiene en Barcelona el 81.3% de sus ingresos pero destina a esta provincia sólo el 65,6% de lo recaudado, resultando como diferencia, un déficit fiscal del 15,7%, lo que implica que de cada 100 € que pagan en impuestos sus ciudadanos al gobierno catalán, 19 € no vuelven a esa provincia. Por el contrario, Gerona muestra un saldo positivo fiscal del 4.75%, Tarragona del 5.32% y Lérida del 5.58%.

El gobierno catalán ejerce una importante labor de redistribución dentro de Cataluña, actuando de forma similar a como lo hace el gobierno español en el conjunto del país. No se puede por tanto calificar como “expolio” o “maltrato fiscal” el que recibe Cataluña de España cuando el propio gobierno catalán está aplicando un trato fiscal más desfavorable a Barcelona en beneficio de las otras provincias catalanas». [4]Las balanzas fiscales dentro de Cataluña, Convivencia Cívica Catalana, 4.03.2014, http://www.cronicaglobal.com/es/downloads2/20140304balanzas-fiscales-cataluna.pdf

¿Esquilman Lérida, Gerona y Tarragona a Barcelona?, ¿se tiene que independizar Barcelona de las restantes provincias catalanas para que dejen de saquearla y de constituir una rémora para ella?,  ¿y si no, por qué lo que vale para Cataluña, no vale para España? Que la derecha apueste por la doble vara de medir es lo normal, lo incomprensible es que la izquierda pretenda hacer también de la desigualdad, virtud.

¿Cómo puede alguien dudar que Cataluña es una colonia de España («territorio dominado y administrado por una potencia extranjera»), pese a que sus ciudadanos designan directamente a sus representantes en las cortes generales y cuentan con parlamento propio, gobierno y presidente elegido solo por ellos?

Su derecho a decidir significa su voluntad de no compartir, de no querer contribuir en la medida que les corresponde. Por supuesto que consultar a la gente es lo más democrático y lo que se debe hacer en todo tiempo, lugar y ocasión, pero hay que preguntar a todos, y no solo a la propia parroquia y los incondicionales. Por desgracia, los separatistas se consideran tan legitimados para fijar el marco de referencia de la consulta, como para falsear la historia, inventarse una patria o fabricar un pueblo,  adjudicándose la potestad de fijar las reglas, el calendario y la agenda de ruptura.

Nada que ver con Escocia o Canadá. El reino de Escocia disfrutó de soberanía plena hasta 1707, y Canadá, fue un territorio virgen que invadieron franceses e ingleses que, además de exterminar a la población nativa, libraron cruentas guerras por su posesión, hasta que en 1763, Quebec, la zona francófona, quedó definitivamente anexionada a Canadá.

Los nacionalismos vasco y catalán surgieron en la segunda mitad del siglo XIX, alentados por la burguesía local más rancia, reaccionaria y conservadora. Explica Ramón y Cajal que «el movimiento desintegrador en Cataluña nació en 1900, y tuvo por causa principal, aunque no exclusiva, la pérdida irreparable del espléndido mercado colonial». vii Abrir el comercio con las colonias de América, reservado en principio a la Corona de Castilla, a todos los territorios peninsulares, dio alas a la industria catalana.

Pero a España le salió muy caro, económica y militarmente, embarcarse en aventuras bélicas y medidas proteccionistas ruinosas para defender el textil catalán. Y la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, sus últimas posesiones, hizo que el mercado español se quedara pequeño para los empresarios catalanes, perdiera interés para ellos, y aspiraran a volar por su cuenta.

Mientras, en el País Vasco,  la proximidad de las minas de hierro y carbón, permitió al capital repatriado de ultramar fundar allí una poderosa industria metalúrgica. Maquetos denominaron despectivamente sus habitantes a los obreros que acudían a trabajar a sus acerías, altos hornos y fundiciones. La sociedad vasca rural sintió a esos advenedizos (y a las fábricas que los empleaban) como una amenaza a la forma de vida tradicional de los caseríos.

Sabino José Antonio QuesadaArana, fundador del PNV, inventor de la ikurriña, hombre clerical, retrógrado donde los hubiera y xenófobo a ultranza, se aprestó a combatir esa plaga, afirmando que «un gran número de maketos dan testimonio inexcusable de la teoría de Darwin, pues más que hombres semejan simios poco menos bestias que el gorila: no busquéis en sus rostros expresion de inteligencia humana ni de virtud alguna; su mirada solo revela idiotismo y brutalidad…

El bizcaino es inteligente y hábil para toda clase de trabajos, mientras que el español es corto de inteligencia y carece de maña hasta para los trabajos más sencillos. Un bizcaino hace en igual tiempo tanto como tres maquetos juntos. El bizcaino es laborioso, el español, perezoso, vago, flojo y torpe. El bizcaino es emprendedor y degenera si se roza con el extraño; el español en cambio, a nada se atreve, ni vale para nada. El bizcaino que vive en las montañas, que es el verdadero bizcaino, es religioso; el español, impío (aquí en Sestao, todos los españoles, que no son pocos, son librepensadores)».

Discurso al que se abonan todos los nacionalismos y que, con ligeras variaciones, se repite hasta nuestros días. Religión y raza caracterizan al nacionalismo vasco, tanto como cálculo e interés al catalán. Los famosos RH y ADN únicos de los vascos de los que tanto se vanagloriaba el ex-lehendakari Arzallus, hunden sus raíces en lo más profundo de la prehistoria, y encuentran su réplica exacta en «el catalán más antiguo conocido que es un niño neandertal de 215.000 años de antigüedad” . viii  Que en cuestión de mitos los catalanes no iban a ser menos que los vascos, ni iba a ir por la edad de piedra un neandertal catalán sin señera, aunque todavía no se hubiera inventado la tela.

Relata Cambó en sus memorias, que el 15 de noviembre de 1918, en un contexto de fuertes movilizaciones obreras, Alfonso XIII le convocó como líder de la conservadora y catalanista Lliga Regionalista (predecesora de CIU) y le comentó: «Temo que haya un estallido revolucionario en Catalunya y que los obreros se unan a los soldados. Hay que dar la autonomía a Cataluña inmediatamente. Es preciso que usted vaya a Barcelona a hacer un movimiento que distraiga a las masas de cualquier propósito revolucionario».

Dicho y hecho. Días después eran designados dirigentes de todos los partidos políticos para formar la comisión redactora del primer estatuto de autonomía catalán. Pablo Iglesias (el original, no la copia) advirtió a los políticos catalanes que si entraban en esa comisión, desligaban a Cataluña de la causa de la República, entendida ésta como proyecto social de izquierdas, y Lluis Companys y otros líderes catalanes se negaron a formar parte de la misma, entendiendo que, efectivamente, se trataba de cambiar autonomía por monarquía y de postergar las luchas populares por una sociedad más justa y democrática. ix

Las dos dictaduras militares que España padeció a lo largo del siglo XX: la de Primo de Rivera de 1923 a 1929, prolongación del pistolerismo de la patronal catalana [5]La historia de Cataluña que no cuentan los independentistas, Andrés Herrero, https://andresherrero.com/la-historia-de-cataluna-que-no-cuentan-los-independentistas/, y la de Franco de 1939 a 1975), instigadas por sectores de las derechas catalana y vasca para frenar a un movimiento obrero cada vez más fuerte y cohesionado, sirvieron para potenciar sus industrias respectivas al instaurar un régimen autárquico que no permitía huelgas ni competencia con el exterior, pero la implacable represión desencadenada contribuyó a generar un profundo sentimiento de desafección popular.

La revancha de los nacionalismos periféricos llegaría con la democracia, haciendo creer a los más jóvenes, entre otras cosas, que la Guerra Civil española había sido de nuevo una guerra de España contra Cataluña, en la que sus clases dirigentes ni participaron ni se lucraron. x La instauración del régimen autonómico obró el prodigio de  transformar de repente a las regiones españolas en naciones, y que, por simple mimetismo, oportunismo y espíritu de imitación, los independentismos proliferasen como setas, aunque los ya consolidados, mantuvieran su hegemonía. La diversidad pasó de ser la mayor riqueza del país, a convertirse en su talón de Aquiles.

El 11 de selconventillodelamuseologablogspotcomeptiembre de 2013, en un clima de alto voltaje emocional, presa de un entusiasmo desbordante y un estado de exaltación propio de la champions, la sociedad nacionalista catalana se echó a las carreteras como quien va al paraíso, para reivindicar la independencia. Una vez más se demostraba que el dinero mueve más montañas que la fe, y que lo que la televisión une, no lo separa nadie.

También ese día, infinidad de españoles, ignorantes de que el proyecto independentista catalán llevaba 35 años cociéndose e incubándose sigilosamente en la sombra, con un perfil discreto, lo suficientemente bajo como para no llamar la atención ni asustar a nadie, despertaron bruscamente a la realidad. La estrategia nacionalista de ir conquistando gradualmente parcelas de poder, de forma lenta y soterrada, pero  inexorable, demostraba su acierto frente a la estrategia violenta del independentismo vasco, que solo había conseguido provocar el rechazo general y atraer sobre sí todos los focos.

Quien siembra, cosecha, y la ingente y callada labor de D. Jordi Pujol, fundador de Convergencia Democrática de Cataluña y Presidente de la Generalitat de 1980 a 2003, comenzaba a dar sus frutos. Como autor y padre de la criatura, el mérito de la secesión le corresponde a él y justo es reconocérselo. xi

Aunque el gran timonel debería haber ido a la cárcel en 1982 por el caso Banca Catalana, entidad de la que había sido cofundador, vicepresidente y consejero ejecutivo, cuando la fiscalía presentó una querella criminal solicitando 12 años de prisión para él por causar un agujero patrimonial de 20.000 millones de pesetas, llevar una doble contabilidad en negro, incurrir en apropiación indebida, maquinación para alterar el precio de las cosas, desvío de fondos, falsedad de documentación mercantil, etc.; finalmente salió absuelto por la Audiencia de Barcelona (como es norma en España hacer con los políticos imputados), con el voto en contra de 8 magistrados, pese a reconocerse la veracidad de los hechos imputados.

Y si los depositantes lograron recuperar su dinero, no fue gracias a la actuación «imprudente y desastrosa de sus directivos», como la calificó el auto de sobreseimiento, sino al estado español que se hizo cargo de la factura del desaguisado.

De casta le venía al galgo. Su padre Florenci Pujol, había hecho fortuna con el franquismo, que le condenó por evasión de capitales a Suiza en 1959, el mismo año en que adquirió la Banca Dorca para reconvertirla en Banca Catalana, junto con su hijo Jordi y otros socios, con la idea de hacer de ella el banco catalán por excelencia, cosa que, la nefasta gestión de éste, malogró.

Uburbujainfon lunar que, como sus multimillonarias cuentas de Suiza y Andorra, no  empaña la inmaculada hoja de servicios de nuestro insigne prócer, aunque los escándalos se sucedieran sin descanso y fueran la tónica habitual de su régimen y del partido construido a su imagen y semejanza:

  • Caso Casinos (1992, desvío de fondos por valor de 18 millones de euros),
  • Planasdemunt (1994, el que fuera consejero de Economía y Finanzas de la Generalitat y también director del Instituto Catalán de Finanzas, condenado a 7 años de prisión por un fraude de 35 millones de euros con pagarés falsos),
  • Prenafeta (Secretario de Presidencia y mano derecha de Pujol, imputado en 1990 y de nuevo en 1996 por usar su cargo para desviar dinero a empresas suyas),
  • Caso Cullell (1994, dimisión por corrupción),
  • Caso Roma (1995, dimisión por corrupción),
  • Macíá Alavedra (1997, segundo de a bordo del gobierno de Pujol durante 7 años, evasión y blanqueo de 7 millones de euros a paraísos fiscales),
  • Pallerols (1997, 9 millones),
  • Ferrocarriles (2008, malversación de 2,7 millones de euros y 4 años de cárcel para dos directivos),
  • Millet/ Palau (2009, desfalco de 35 millones de euros),
  • Pretoria (2009, fraude por corrupción urbanística de 44 millones de euros, de nuevo con Prenafeta y Maciá Alavedra como artistas invitados),
  • Parc Central (2012, pero que se remonta a los años 90, pelotazo inmobiliario de 5 millones de euros, con 15 años de instrucción y 26 jueces diferentes, record mundial hasa la fecha),
  • Instituto Catalán de Salud (pagos irregulares, favores políticos, sobrecostes y adjudicaciones sin concurso),
  • Hospital Santa Pau, etcétera, etcetera. xii 

Apenas la punta del iceberg del famoso 3% de peaje a pagar para obtener adjudicaciones públicas en la Administración Catalana: práctica mafiosa denunciada por el Presidente Maragall en el Parlamento, sobre la que inmediatamente se corrió un pudoroso y tupido velo de silencio. xiii

Y la estirpe no decae, la saga continúa y los hijos han salido tan avispados como el padre y el abuelo para los negocios; el primogénito, Jordi junior, llegó a tener hasta 20 coches antiguos de época, como Lamborghinis, Ferraris y otros, escondidos en una nave del polígono industrial Vilapou, además de cuentas en Suiza, resorts y hoteles de lujo en Sudámerica; su ex Mercé Gironés, efectuó inversiones de más de 23 millones de euros en diversas sociedades; Pere Pujol hizo fortuna con las licencias de parques eólicos; Oriol Pujol lo intentó con las de ITV; y Oleguer, el benjamín, compró en 2008 los inmuebles del Grupo Prisa en Madrid y Barcelona por 300 millones de euros a través de Drago Capital, y por 2.084 millones de euros 1.152 oficinas del banco de Santander con dinero procedente de paraísos fiscales.

Como se puede apreciar hay de sobra para que ninguno sus descendientes se pelee, ni pase dificultades o estrecheces o tenga que trabajar jamás en su vida.xiv  Y todo dentro de la ley, como debe ser. A ver qué familia mejora eso. Ni los Corleone. El gran amor de los Pujol a Cataluña no tiene precio… ¿o sí? xv

 

3 – El proyecto soberanista.

Lógicamente a la comunidad más rica le tenía que corresponder la corrupción más alta, porque no hay cuña peor que la de la propia madera, y en ese sentido los dirigentes catalanes han demostrado ser tan buenos españoles como José Antonio Roca, Jesús Gil, Rato o Bárcenas, por citar algunos ilustres compadres suyos. Y aunque a nuestro eximio gobernante la edad le haya apartado de la primera línea, sigue siendo el santo patrón de la independencia que desde la trastienda maneja los hilos y pilota el proceso.

Algo que desde el principio asumió como una cruzada personal porque «el andaluz es un hombre destruido, anárquico, poco hecho, que hace cientos de años que pasa hambre y vive desarraigado en un estado de ignorancia y de miseria cultural, mental y espiritual, sin sentido de comunidad…» que necesita de individuos providenciales como él que los guíen para que no se extravíen.

«Ahora paciencia, mañana independencia» fue su lema, y a esa misión se consagró en cuerpo y alma. Desde el mismo día de su nombramiento, Don Jordi dedicó todos sus esfuerzos y empleó todos los recursos que el sistema autonómico le brindaba al servicio de su vocación independentista. Su plan de acción, cuidadosamente diseñado y mejor ejecutado, tenía como principales ejes de actuación:

  1. Una inmersión mental, no lingüística, con una educación orientada a la construcción de una identidad nacional, y unos medios de comunicación orientados a crear un clima de opinión favorable a la independencia. Niños y adultos maman desde que van a la escuela el célebre «España nos roba», aprendiendo desde su más tierna infancia que los españoles en general, y los andaluces en particular, son unos vagos redomados y mantenidos («la España subsidiada que vive a costa de la Cataluña trabajadora y productiva», pero que no se sabe por qué extraño sortilegio, se vuelven magníficos trabajadores en cuanto pisan tierra catalana. Campaña de adoctrinamiento masivo efectuada sin reparar en medios, que ha desembocado en que «si tantos catalanes piden la independencia, España tendrá que rendirse».

  1. Poner el listón de autogobierno cada vez más alto, con un discurso victimista, insaciable en sus reivindicaciones, de insatisfacción permanente, repleto de reproches y acusaciones, que no se cansa de repetir que los españoles no nos quieren, no nos entienden, nos maltratan, nos explotan… Prueba evidente el Estatuto de Autonomía de 2006 que, aprobado por el 36% de los catalanes con el 50,6% de abstención, y corregido parcialmente por el Tribunal Constitucional, se ha convertido en la gota que ha colmado el vaso de su justa indignación.

  1. Difundir que, desde que los catalanes fueron invadidos por los españoles y perdieron su independencia en 1714, siempre han sido un pueblo que ha visto frustradas sus legítimas aspiraciones y como no encuentra cabida en España, se ve obligada a buscar su destino en solitario; pero que no supone ningún problema, porque «viviremos mejor sin ella». Al menos los que importan.

  1. Marginar y arrinconar a los catalanes que se sienten españoles, tratándolos como ciudadanos de segunda, mientras se fomenta en paralelo el clientelismo, se amañan contratos, se compran conciencias, y se reserva la promoción profesional para fieles y adeptos, haciendo un uso sectario de la administración.

  1. Desespañolizar e imponer la catalanización forzosa de toda la población, el pensamiento nacionalista único y el monolinguismo de facto: persecución en toda regla que abarca desde no poder estudiar en castellano en Cataluña hasta obligar a que todos los rótulos de las tiendas y las comunicaciones institucionales se efectúen por sistema en catalán, relegando al otro idioma oficial a un papel secundario. Si Franco impuso el castellano en la escuela, los nacionalistas han hecho lo propio con el catalán: el mismo atropello realizado por demócratas y no por un dictador, lo que le confiere mayor gravedad y menor justificación. “Anormalización lingüística” y “desespañolización” que alcanza a las corridas de toros, pero no a los “correbous”, por lo mucho que sin duda disfruta el animal en esos festejos populares. El hecho diferencial supone borrar los rasgos comunes que unen a catalanes y españoles.

  1. Dejar al estado central sin competencias en Cataluña, reducido a la condición de convidado de piedra, sin capacidad para intervenir en la marcha y asuntos de la comunidad; objetivo cumplido a rajatabla.

  1. Fomentar que los nacidos fuera, “charnegos”, para superar ese estigma marca de la casa, renieguen de su origen y se conviertan al nacionalismo con más fervor incluso que los nativos. Violencia de género nacionalista que no se ejerce por otras latitudes.

lavanguardia comCon la excusa de la normalización linguística se ha sometido a toda la sociedad catalana a un brutal bautismo nacionalista que la ha fracturado y polarizado, convirtiendo a los catalanes que se sienten españoles, en extranjeros en su propia tierra, a los que hay que dispensar «el mismo trato que a los alemanes en Mallorca», como sugirió Arzallus habría que hacer con los españoles que permanecieran en una Euskadi independiente.

«¿Alguien se imagina que en Gales o en Escocia todos los alumnos de educación infantil no recibieran ni una hora en inglés, solo dos en primaria y tres en secundaria?

Pues bien, eso es exactamente lo que ocurre en Cataluña: los alumnos toman todas las clases en catalán sus primeros años escolares – a veces introducen alguna hora de inglés pero jamás ninguna en español-; y el resto de su educación obligatoria, todas en catalán, excepto dos o tres en español e inglés, pese a que la lengua de la mayoría de la población catalana es el español.

La “inmersión lingüística” no es otra cosa que la obligación oficial de emplear el catalán como única lengua vehicular, poniendo la educación al servicio de “la construcción nacional».

La Generalitat se ha encargado de hacer desaparecer el concepto de “lengua materna”, ya que durante la mayor parte del franquismo el catalán fue erradicado de las escuelas, y durante los años 70 y 80 los nacionalistas y partidos de izquierda catalanes reivindicaban el derecho a estudiar en la lengua materna». [6]Derechos linguísticos en Cataluña, Sonia Sierra y Mercè Vilarrubias, puerta de Brandemburgo, 3/06/2014, http://www.puertadebrandemburgo.com/2014/06/derechos-linguisticos-en-cataluna.html?m=1

Los nacionalistas se han adueñado de la vida pública, consiguiendo que, demasiadas personas, sea por confusión mental, por pereza, complejo de inferioridad, o simplemente por no indisponerse con ellos, se presten a bailarles el agua para suavizar la tensión y tenerles contentos, pidiéndoles perdón como si les hubieran ofendido personalmente. Declaraciones de amor tan fuera de lugar como las de odio.

Lo que podrían hacer es aprender del presidente Evo Morales de Bolivia, que se negó rotundamente a conceder autonomía a los nueve departamentos del país, denunciando que no se trataba de una exigencia popular, sino de una maniobra orquestada por las élites regionales. xvi

 

4 – Independencia nacionalista y de clase.

Produce tristeza escuchar a una persona tan solvente, ecuánime y rigurosa como el profesor Vicenç Navarro, apuntar como causas del conflicto independentista «al diseño radial de España, en el que todo parte y termina en Madrid, y que se refleja en que ir de Barcelona a Madrid lleva 2 ½ horas por tren, mientras que ir de Barcelona a Bilbao (que es la misma distancia) cuesta 6 horas, o que se considere normal que todas las instituciones del Estado español estén radicadas en Madrid», cuando todas las ciudades catalanas están unidas por autopista y AVE y sus ciudadanos pueden ir de Barcelona a Bilbao por vía ultrarápida sin abandonarla en ningún momento… cosa que no sucede con la mayoría de ciudades españolas, porque… ¿cuánto se tarda en ir de Zamora a Orense, o a Teruel, o desde Cuenca a Soria?… ¿acaso vale menos Zamora que Gerona?… ¿y el Eje Mediterráneo y la Y Vasca también son centralistas?…

Basta echar una ojeada al mapa del país para comprobar que quienes menos motivos tienen para protestar por el diseño radial,  son precisamente Cataluña y el País Vasco. Como tampoco conozco ninguna nación que tenga todas sus ciudades unidas directamente entre sí, y donde no sea su capital la que concentre las sedes de las principales instituciones. De hecho, el gobierno catalán centraliza las suyas en Barcelona, como Madrid concentra las del estado, rivalizando ambas por acapararlas todas.

No, mire, señor Navarro el problema es otro. Lo que no puede ser es que una carrera universitaria en Cataluña cueste el doble que en Andalucía, que la medicina pública en esta última comunidad cubra el cambio de sexo y en otras no, que los servicios, los salarios de los funcionarios, las tasas y tributos cedidos sean distintos en cada rincón de la geografía hispana, que tengamos una duplicidad de funciones elevada a la decimoséptima potencia: 17 gobiernos, 17 parlamentos, 17 defensores del pueblo, cientos de embajadas, televisiones y empresas autonómicas, decenas de miles de paniaguados y asesores colocados a dedo, etc.

Las autonomías suponen una carga inasumible para un país de las dimensiones del nuestro. El mal está ahí, en haber resucitado los reinos de taifas, propiciando el enfrentamiento, la división y la disgregación como forma de relación colectiva. Y CIU es tan responsable de este desastre como PP o PSOE, por haber compartido y apoyado las políticas de González, Aznar y Zapatero, que si lograron gobernar y sacar sus leyes adelante fue con su voto.

La política catalana no ha mejorado un ápice a la estatal. Unos y otros han rivalizado en mala gestión, nepotismo, corrupción, clientelismo, desmanes urbanísticos, pelotazos y abusos, sin que haya un vencedor claro. Los mismos que dicen “esta España no me gusta”, con idéntico fundamento podrían decir “esta Cataluña no me gusta”, pero resulta más cómodo echar la porquería fuera que limpiar la propia casa. Que la comunidad catalana haya estado gobernada durante 23 años por un banquero con mayoría absoluta, es un hecho que imprime carácter y no sale gratis.

Declara su presidente Artur Más que los catalanes desean emanciparse de España. De España puede ser, pero de las multinacionales ni por asomo. La vergonzosa puja de Cataluña con Madrid para conseguir Eurovegas, indica lo poco que valoran su soberanía. El propio Mas Collel, consejero de economía del gobierno catalán, reconoció que «estoy dispuesto a ceder mucha más soberanía a Bruselas que a Madrid… conozco Europa muy bien y sé que respetan la diversidad… que mi identidad y mi manera de ser no estarán nunca en cuestión, pero no puedo decir lo mismo del gobierno español».

Excusas de mal pagador que no engañan a nadie, porque aunque atribuya al respeto su generosa cesión de soberanía, la razón es de nuevo económica, no identitaria: sin España, Cataluña se las podría apañar, mejor o peor, pero sin Europa no; fuera del euro, ser catalán sería inviable y absolutamente imposible, porque el 81,4% de sus exportaciones van a ella y tiene un déficit comercial exterior del 6,37% de su PIB. No es que Europa respete a Cataluña más que España, sino que Cataluña respeta a Europa más que a España, porque sin ella estaría perdida. Tanto, que si la población catalana nacionalista llega a la conclusión de que la independencia le perjudica económicamente, será la primera en renunciar a la idea, aparcándola sine die, sin escrúpulo alguno. Que la independencia solo es bona si la bolsa sona.

Hasta el señor Oriol Junqueras, actual líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), manifestó abiertamente en televisión que «no estamos debatiendo sobre sentimientos, ni sobre emociones, ni sobre identidades, sino sobre una cuestión racional, como es el futuro de nuestra economía, de nuestros impuestos, de nuestras infraestructuras, de nuestras escuelas, de nuestros hospitales». xvii

El mismo pragmatismo que hizo que ese mismo partido, socio de gobierno de CIU, se solidarizase con los habitantes de Gibraltar, condenando el acoso a que somete a su pueblo (¡una colonia inglesa!) el estado español, apoyando su derecho de autodeterminación. Que nada puede ser más democrático que conquistar un territorio por la fuerza, y que luego los okupas voten libremente su futuro. Solidaridad de boquilla que terminó en cuanto una diputada conservadora inglesa propuso efectuar un boicot turístico contra España como represalia por los controles en la frontera, y ERC se le echó encima porque eso afectaría a Cataluña y hasta ahí podíamos llegar.

En esa misma línea de actuación, en 2004, Carod Rovira, conseller en cap de la Generalitat y líder máximo de ERC, se entrevistó en secreto con la dirección de ETA para que atentara y matara fuera de Cataluña, aduciendo al ser descubierto que lo único que había hecho había sido «dialogar por la paz», creyendo sin duda de buena fe, que ayudarle a seleccionar las víctimas constituía una labor humanitaria.xviii  Y para no ser menos, su correligionario, Heribert Barrera, secretario general de ERC, presidente del parlamento catalán en 1981 cuando se produjo el golpe de estado del 23 F, sostuvo impertérrito que «antes hay que salvar a Cataluña que a la democracia», aunque para ello fuera necesario abrazar el fascismo. Todo sea por la patria. Salut y forza al brut.

ciudadanos cs orgLa independencia de Cataluña constituye tan sólo la primera etapa de un ambicioso plan de los nacionalistas catalanes, enfocado a anexionarse Baleares, Valencia y zonas limítrofes de Aragón (la España rica), para lo que ya van moviendo peones, porque el tamaño sí que importa y lo saben.

Su objetivo es reeditar la Corona de Aragón, liderada esta vez por Cataluña. Coger el mejor trozo de la tarta para no sentirse ahogados… y ya puestos a ensanchar horizontes, ¿por qué no reclamar Nápoles y Sicilia que en su día formaron parte también de la Corona de Aragón? Si lo consiguen, solo les faltará Andorra. Y el presidente Mas habrá logrado dejar chiquito a Jaime el Conquistador. Casi ná.

La fórmula no puede ser más sencilla: primero se rompe lo que hay, y luego se pegan los pedazos con cola catalana.

Por supuesto que, en ningún sitio, está escrito que no pueda segregarse un país, un territorio, una provincia, una comarca, una ciudad, un barrio o un pueblo lo mismo que una autonomía, desde el momento que todas ellas son creaciones administrativas… solo que, ¿hasta dónde debe llegar el derecho a decidir, o mejor dicho, a fragmentar una sociedad?, ¿deben ser los sentimientos, o más bien la racionalidad, la que presida la gestión de los asuntos públicos?, ¿regulamos el color de los semáforos según los nervios de los conductores o conforme a las necesidades del tráfico?

La verdad es que, igual que no consigo apreciar la diferencia entre un trabajador catalán y uno de otra región, tampoco comprendo porque hay que sentirse más orgulloso de ser inglés o francés, que chino o japonés, ni cuál es el mérito de haber nacido aquí en vez de allá, cuando se trata de circunstancias ajenas  a nuestra voluntad. Lo único que no falla, es que los del lugar son siempre, sin sombra de duda, mejores que los de fuera, faltaría más.

Como por mi parte, observo que, en un mundo globalizado, multiplicar el número de estados no arregla nada ni mejora la situación de la gente,  si mañana, un país más pobre, vinculado a nosotros,  como Portugal,  quisiese unirse, conservando su lengua y cultura, lo acogería encantado, porque se trata de sumar, no de restar.

El color de la bandera no mejora la causa. Las bondades de los nacionalismos se me escapan; representan la antítesis del espíritu solidario, la forma más baja y primaria de egoísmo colectivo. Bajo sus hermosos discursos se ocultan los intereses más mezquinos. Todos, sean del signo que sean, utilizan los vínculos que se crean espontáneamente, los legítimos sentimientos de apego a la tierra, a las raíces, a los lugares, personas y costumbres que nos resultan familiares para sembrar la discordia y, en situaciones extremas, arrastrarnos a la guerra.

Dejemos pues de defender territorios y empecemos a defender personas. Nos irá mejor. Quienes roban, no a Cataluña, sino a todos, son los que manejan este tinglado en su beneficio y no necesitan más pasaporte ni bandera que su dinero. Las auténticas fronteras de este mundo son socioeconómicas, no geográficas: las mismas que separan a los ocupantes de un lujoso yate, de los de una patera, aunque hayan nacido en el mismo lugar.

Si malo es que te engañen, peor es autoengañarse. La soberanía reside en los mercados, no en los ciudadanos, por lo que no serán los nacionalismos, sino la capacidad de entendernos, de superar diferencias y aunar fuerzas, la que nos librará de ellos. La ikurriña, la señera o la rojigualda no liberarán a nadie. El problema de Cataluña no es España, ni la identidad catalana es incompatible con la española, ni obviamente con la europea, sino que todas ellas suman, se enriquecen y complementan entre sí. El problema de catalanes y vascos se llama capitalismo, no España, China o África.

Que conste que a independizarnos del capital y de la Troika (el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea), me apunto. Estoy totalmente a favor del derecho a decidir si queremos socialismo o capitalismo, desigualdad, pobreza, paro y precariedad como hasta ahora, o reparto de la riqueza para que todos podamos vivir dignamente. Y se me ocurren infinidad de cosas mejores que levantar fronteras, como eliminar la monarquía, el senado, las diputaciones, replantear el sistema autonómico, elaborar una nueva ley electoral, revocar políticos y suprimir sus privilegios, acometer una separación efectiva de poderes, recuperar la justicia, garantizar la sanidad, la educación, la vivienda y el trabajo, eliminar las prerrogativas de la iglesia, nacionalizar la banca y los sectores fundamentales de la economía (energía, agua, telecomunicaciones), someter a referéndum las leyes importantes, establecer límites máximos y mínimos para los ingresos y las herencias… objetivos comunes y esenciales por los que llevan trabajando y luchando todas las izquierdas del mundo… excepto las catalanas que, por lo visto, persiguen otros.

Personalmente, no creo en estados, partidos, patrias ni fronteras, me considero ciudadano del mundo antes que español, y aunque me guste más la tortilla de patata que el rollito de primavera, disfrute más del clima mediterráneo que el de Pekín y me sienta más afín a la cultura española que a la japonesa, lo que pienso y por lo que lucho aquí, lo defendería igual allí. No depende del lugar, porque es universal.

La única nación es la clase y no podemos hacer la revolución portando cada uno la banderita de nuestra tribu y silbando la provincial.


Versión nueva del artículo: «La independencia, proyecto de izquierdas o de derechas», dividido en 4 partes, publicado originalmente en Asturbulla:

iii Joseph Pérez, carta del conde duque de Olivares al Marqués de Santa Coloma.

v Alberto Mendivil, comentario nº 22, Hablemos del derecho a decidir de Cataluña, Antonio Estella, eldiario.es, 19 de febrero de 2013, http://www.eldiario.es/agendapublica/blog/Hablemos-derecho-decidir-Cataluna_6_102599747.html

vi Las transferencias de renta entre regiones no son injustas, sino que deshacen injusticias, Eduardo Garzón, Saque de Esquina, 16.09.2013, http://eduardogarzon.net/las-transferencias-de-rentas-entre-regiones-no-son-injustas-sino-que-deshacen-injusticias/

vii El mundo a los 80 años, Santiago Ramón y Cajal, parte II.

viii El catalán más antiguo es un niño, elperiodico.com, 18 de diciembre de 2012, http://www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/catalan-mas-antiguo-nino-2275635

ix Antes de izquierdas que español, Alberto San Juan, elperiodico.es, 24.11.2012, http://www.elperiodico.com/es/noticias/opinion/antes-izquierdas-que-espanol-2257171

xi El gobierno catalán debate un documento que propugna la infiltración nacionalista en todos los ámbitos sociales, José Antich, elpais.es, 28.10.1990, http://elpais.com/diario/1990/10/28/espana/657068405_850215.html

xiii ¿Persecución a Cataluña? Nada más lejos de la realidad, Carlos Jiménez Villarejo, elplural.com, 22.12.2012, http://www.elplural.com/2012/11/22/persecuci%C3%B3n-a-catalu%C3%B1a-nada-m%C3%A1s-lejos-de-la-realidad-el-agujero-de-20-000-millones-fue-asumido-por-el-estado/

xiv El hijo menor de Pujol opera con dinero procedente de paraísos fiscales, elplural.com, 8.01.2013, http://www.elplural.com/2013/01/08/el-hijo-menor-de-pujol-opera-con-dinero-proveniente-de-paraisos-fiscales/

xv El clan Pujol un negocio con historia, Alejandro Tercero, lavozdebarcelona.com, 4.03.2013, http://www.vozbcn.com/2013/03/04/138624/clan-pujol-negocio-historia/

xvi Evo Morales rechaza la autonomía de los nueve departamentos de Bolivia, la jornada, 19.6.2006, http://www.jornada.unam.mx/2006/06/19/index.php?section=mundo&article=032n1mun

xviii Carod Rovira se entrevistó con Josu Ternera y Mikel Antza en Perpignan, 27 de enero de 2004, http://www.elmundo.es/elmundo/2004/01/27/espana/1075178742.html

References

References
1 Una generación de catalanes, Laura Freixas, 21/01/2014, http://elpais.com/elpais/2014/01/09/opinion/1389266138_094028.html
2 Personajes a fondo, libro de entrevistas de Joaquín Soler Serrano. Editorial Planeta 1987
3 Cifras y hechos ocultados en Cataluña, Roberto Centeno, 31/08/2015, http://blogs.elconfidencial.com/economia/el-disparate-economña, ico/2015-08-31/cifras-y-hechos-ocultados-en-cataluna_994370/
4 Las balanzas fiscales dentro de Cataluña, Convivencia Cívica Catalana, 4.03.2014, http://www.cronicaglobal.com/es/downloads2/20140304balanzas-fiscales-cataluna.pdf
5 La historia de Cataluña que no cuentan los independentistas, Andrés Herrero, https://andresherrero.com/la-historia-de-cataluna-que-no-cuentan-los-independentistas/
6 Derechos linguísticos en Cataluña, Sonia Sierra y Mercè Vilarrubias, puerta de Brandemburgo, 3/06/2014, http://www.puertadebrandemburgo.com/2014/06/derechos-linguisticos-en-cataluna.html?m=1
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