Roberto Saviano saltó a la fama en 2006 con ‘Gomorra’, el libro que describía el modus operandi de los clanes de la mafia de Nápoles: la Camorra.

Desde entonces, Saviano, al que Umberto Eco calificó de “héroe nacional”, vive escondido y protegido con escolta permanente por el Gobierno italiano.

Más tarde escribió sobre el negocio internacional de la cocaína en su libro ‘Cero Cero Cero’, y ahora ha publicado una novela titulada ‘La Banda de los Niños‘ en la que vuelve a Nápoles y explica cómo los jóvenes se han convertido en reyes de la droga.

¿Cómo es, en 2017 un capo mafioso?

Hay que imaginárselo como a un fraile. Un fraile encerrado en un pozo. Desde ahí, ordena homicidios, inversiones o que se firme la paz con otro clan. Es un hombre que nunca verá los hoteles que construye, nunca comerá en los restaurantes que posee, nunca podrá pasear tranquilamente por ahí con un amigo. Esto es hoy, es un capo de la Camorra en Italia.

Oponerse al lujo ha sido una estrategia tradicional del crimen organizado. Muchos jefes han vivido austeramente por dos razones: primero, porque «el lujo amaricona», como ellos piensan. Segundo, porque el lujo hace demasiado visibles a los camorristas. Visibles ante la sociedad civil y visibles ante sus pares, sujetos de envidia. Pero hay otro sentido más profundo. La mafia parte de una idea sencilla: el hombre es una porquería que sólo se puede salvar con disciplina y orden.

Casi todos los capos que conozco son cultos e inteligentes. Algunos leen a Nietzsche, a Lacan, a Platón… se sienten más morales que nosotros, y nos acusan de que «os creéis dignos y respetables y sólo sois unos hipócritas». El único consuelo de los buenos es que, a menudo, viven más tiempo y más tranquilos que los malos.

Los bosses son hombres de negocios que leen, analizan y quieren saber lo que el mundo piensa de ellos. Cualquier libro o una película que trate sobre ellos y reciba atención internacional les puede crear muchos problemas, porque puede abrir los ojos a la opinión pública, sensibilizar a los medios, y esta atención no es positiva para sus negocios, que funcionan mejor en la sombra, en silencio, lejos de los focos.

Considero El Padrino una obra maestra, pero nunca ves cómo Michael Corleone se gana el dinero. No le ves extorsionar, ni construir los casinos. Y eso contribuye a la fascinación. Yo siempre intento desmontar el mito del mafioso, contar los mecanismos internos de funcionamiento para evitar la mitificación.

A nivel global la Mafia funciona con el máximo nivel económico y el mínimo nivel cultural.

¿Y cómo son sus códigos internos familiares?

Hay diferentes códigos: en las pandillas de camorristas no se aborta, las parejas se casan cuanto antes mejor y tienen hijos que son sagrados.

Pero en otras organizaciones mafiosas, la boda por amor ni se plantea, se piensa que eso son ilusiones, que no hay que casarse con nadie que te guste porque antes o después dejará de gustarte.

¿Los narcos mexicanos tienen algo que ver con las mafias europeas? ¿Cuáles son los nexos, los negocios, los métodos?

Existe colaboración probada entre las organizaciones colombianas y la Ndrangheta calabresa para que llegue la cocaína a Europa, y también relación entre Los Zetas mejicanos y la Ndrangheta, no solo para que llegue la coca a Italia, sino también a Nueva York y Canadá, donde los calabreses tienen redes muy potentes.

Los mexicanos dominan el mercado norteamericano y los colombianos el europeo.

La colaboración mutua entre estas organizaciones es fundamental sobre todo porque la cadena de la coca es muy amplia, y se gestiona desde distintos países; y en los países donde hay mafias muy potentes, como en Italia, resulta difícil para una organización extranjera introducirse en el mercado ilegal doméstico sin llegar a acuerdos con las mafias locales.

España sigue siendo la puerta de entrada de la coca en Europa procedente de América del Sur, sobre todo por barco. España es como una “segunda casa” para todas las organizaciones criminales europeas. No solo es una excelente base para seguir los negocios de droga con América Latina y África del norte por su posición geográfica, sino que también es un sitio excelente para acabar en la cárcel (sobre todo si eres un criminal italiano), porque en España no existe la “cárcel dura”, el régimen más temido por los mafiosos y narcotraficantes italianos porque limita al máximo los privilegios del detenido.

¿Por qué decidió centrarse en los niños de la Camorra?

Porque si, hasta hace unos años los niños hacían de centinelas, llevaban recados, etc., ahora mandan. Los grandes boses están en la cárcel y los que no, en sus búnkeres o no salen de casa, porque el riesgo es demasiado alto para ellos. Así que en la calle solo quedan los más jóvenes para llenar el vacío de poder. Desde los 15 o 16 años pagan a la policía, hacen llegar la droga desde el extranjero, mantienen los precios, la calidad, controlan a los clientes… y tienen ingresos de 400.000 euros. El que cae, cae sin paracaídas, de modo que no se admiten errores. Saben que morirán pronto, que sólo tienen por delante 3 ó 4 años de actividad a lo sumo.

Tienen una interpretación pura y dura de la vida, y lo único que les interesa es el dinero. El dinero es la cosa más importante en su vida: ¿por qué gustas a las mujeres? Por tu dinero. En otros ámbitos fingimos que nos importa el amor, la amistad… ellos piensan que sólo cuenta el dinero y lo expresan sin hipocresía.

Los chicos quieren conducir un Ferrari, llevar cinco escorts a las fiestas. Lo quieren todo y ya, si no, no merece la pena. El concepto de tiempo ha cambiado, se ha acelerado, aunque eso también ha ocurrido fuera de la Camorra.

No cabe la amistad. Hay un mandamiento que reza: rodéate de gente que esté dispuesta a matarte si hay que hacerlo, y mátalos un segundo antes de que lo hagan ellos.

Los hay que disparan con 10 años. Los mafiosos de Nápoles son ahora chavales de 15 años adictos a las redes sociales que matan por dinero y que pueden quitarle la vida a 3 personas en un mismo día sin que les tiemble el pulso porque no temen la muerte ni tampoco la cárcel. Como ellos dicen: ‘Si mueres con más de 90 eres centenario; si mueres a los 20 eres legendario’. La violencia es adictiva como la droga, crea dependencia..

En Nápoles, un chaval de esa edad que quiera trabajar podría cobrar unos 600 euros al mes. Eso si se mete en un taller mecánico, porque si se pone a trabajar de ayudante de un barbero, no llega a los 300. ¿Un trabajo tras la universidad? 1.200 euros al mes. Ellos piensan: «quiero todo ahora, o no lo tendré nunca», y no quieren esperar. Convence a un chaval de que lo deje y trabaje por 1.000 euros al mes.

¿Es su novela La banda de los niños una advertencia a la sociedad?

Sí. Es una llamada de socorro  que dice, sobre todo a las madres, estos son vuestros hijos. Las madres los educan para que sean ganadores y consigan dinero y posición. Y, en este mundo, ser un ganador es ser un animal. Cuando los miro, veo a unos culpables inocentes, y siento que estoy mirando a la cara a la verdad, sin hipocresías. Solo en un caso vi a un padre y a una madre denunciar a su hijo, al que le dijeron: preferimos ir a verte a la cárcel antes que al cementerio. Lo ganan y gastan todo muy rápido, porque o consiguen el dinero pronto y rápido, o no lo conseguirán nunca. Gastar tiempo para lograr algo lo ven como una tomadura de pelo, ellos lo quieren todo y ahora. Si esperas al futuro, no llegará nunca.

Saben que la muerte no es un riesgo, sino parte de su trabajo. Se muere, es así. Emanuele, hermano de Pasquale Sibillo, cuando cumplió 18 años dijo: «celebradme mucho que a los 21 no llego«. Le mataron poco más de un año después. Ahorrar para ellos es tirar el dinero, porque no piensan envejecer.

Por primera vez, la mafia tiene jefes de 15 o 17 años. En algún sentido, son parecidos a las maras de América Latina. Son niños, menores de edad. Los hay que disparan con 10 años. Matan como si fuera un videojuego de acción. No temen morir. La muerte forma parte del trabajo. Lo mismo que pasa con los jóvenes yihadistas, salvo quel os mafiosos mueren por dinero. porque es la cosa más importante de su vida. Estamos hablando de críos que llegan a disparar para no hacer cola en un restaurante.

En Italia se mira al político y se piensa «ese es un mierda, que dice que hace el bien, pero no es verdad». El chaval de 16 años mira al mafioso, y no es cuestión de que le caiga bien, sino de que piensa que es mejor que el político porque al menos dice una cosa y la cumple  y actúa en consecuencia. Algo que ha destrozado el fuerte sentimiento ‘antimafia’ que existía en Italia.

Por cierto que esos chicos son de clase media.

Pero hoy en día la pequeña burguesía se está muriendo económicamente. La clase media está colapsando en todas partesy muchos de sus hijos están yendo hacia el mundo criminal. Son niños que lo tenían todo, y por eso, para ellos coger las armas es un derecho, aunque saben que al hacerlo morirán. Cada chico del mundo que no ha nacido protegido por su padre y su madre tiene una única información en la cabeza: si invierto cinco mil euros en cocaína, después de un año tendré un millón. Esa idea está detrás de todo.

¿Y la respuesta real?

La real es que tienen que cambiar las reglas económicas. Mientras exista el capitalismo existirá la mafia. Sin la legalización de las drogas no se va a ningún lado. Y además la mafia sigue siendo la vanguardia de la economía italiana. Ninguna economía es capaz de sustituir a la del narcotráfico.

¿Cuál es el país que más hace por combatir la delincuencia y cuál el que menos?

Europa tiene la capital mundial del blanqueo de dinero: Londres. Cada Estado europeo tiene su caja fuerte de evasión fiscal: España, Andorra; Francia, Luxemburgo; Alemania, Liechtenstein; Italia, San Marino. Los impuestos los pagan sólo los trabajadores y el pequeño empresario. Los demás se van a Andorra.

¿Tienen algo en común los jóvenes mafiosos con los terroristas?

Todos los yihadistas provienen de la periferia. El mayor error o malentendido en que se incurre en Europa desde hace años es creer que los terroristas islamistas están desligados del mundo del crimen y la droga. Y los terroristas de los últimos atentados, incluido el de Barcelona, proceden del mundo de la droga. Son camellos, a menudo consumidores, originarios de barrios bajos con delincuencia.

La historia de esas personas es ya una preparación a la muerte. Asesinados en guerras entre bandas, muertos a manos de la policía, o acaba en muchos años de cárcel. Así que para uno de ellos, morir en un atentado matando a otros es una forma de ennoblecer su vida. La cuestión no es lo que el Islam hace con estos jóvenes, sino que hay generaciones de jóvenes que mueren dentro del mundo criminal. Van directamente al suicidio. Lo buscan. Pero no por el Corán, sino porque vienen de una vida de mierda. La ideología la adquieren semanas antes de atentar. Su suerte tiene poco que ver con el Islam y mucho con su pasado.

Hablemos del Brexit.

Lo han vendido como una victoria populista, pero el dinero que hay allí procede de las Islas Caimán… Querían hacer de Gran Bretaña una isla offshore, y lo han conseguido.

¿Qué peligro supone la presencia mafiosa en España?

La gran plaza del blanqueo y reciclaje financiero es Londres, pero la inversión en infraestructuras, se hace en España, territorio virgen por tradición. El turismo tuvo como levadura inicial el capital mafioso, en hoteles y discotecas de la Costa Brava, Ibiza, Málaga… Basta con mirar a la crisis que hubo en España. Una parte importante de la burbuja especulativa del ladrillo, sobre todo en el Sur, la crearon las mafias rusas, italianas, nigerianas, colombianas: todas las que trafican con droga.

Uno de los tipos de mafia española que denuncié en su momento fue el de la banda terrorista ETA. tengo pruebas de arrepentidos de la mafia que han contado que venían a San Sebastián a comprar drogas a personas del entorno de ETA a cambio de armas, y que la banda terrorista siempre ha vendido drogas, aunque no directamente en las calles.

En mi opinión la diferencia entre el escritor y el periodista reside en inventar o narrar lo que uno ve. Usted ha hecho uso de la ficción y de la no ficción para denunciar una realidad.

Con la ficción, puedo entrar dentro e imaginar lo que piensan los protagonistas. Y eso es algo imposible de realizar con la no ficción. Pero, de un modo u otro, quiero contarle al lector la realidad. Podemos decir que, en la novela La Banda de los Niños el personaje es imaginario, pero la situación real.

En cambio, en mis libros anteriores: Gomorra y CeroCeroCero,  la realidad no es imaginada, todo es auténtico, aunque el estilo es narrativo. Yo siempre digo que escribo novelas: unas de no -ficción y otras de ficción.

¿Se arrepiente de  lo que hizo?

Totalmente. No merece la pena. Atraigo mucho odio. Soy el italiano más odiado de Italia, pero las cosas son así y no puedo cambiarlas. Intento salvar lo que queda de la persona.

Mi vida es una cadena perpetua. Una parte de la sociedad me culpabiliza por estar vivo. Muchos italianos piensan que no es posible sobrevivir a la mafia. Pensar que estoy vivo porque ellos me lo consienten es un pensamiento casi mafioso.

Debí ser más prudente. Italia es un país cruel. En Italia no se odia el mal, sino al que cuenta el mal. No te permite que cuentes su realidad; sólo que hables de su comida, sus museos, sus monumentos; si hablas de lo que ensucia todas esas maravillas, te odian.

Mi madre y mi hermano han tenido que irse de su ciudad natal porque la presión que sufrían era intolerable. Y no solo por parte de la Camorra. La izquierda, la derecha y el centro me acusan de haber difamado a la ciudad, de inventarme lo que escribo para ganar dinero. Me llaman charlatán.

Me produce terror pensar que la gente que quiero tenga que vivir como yo. Los amigos pagan por mí, y eso es muy doloroso. Mi madre solo ha tenido problemas por mi culpa. Y mi hermano, a quien quiero una barbaridad, lo mismo. Él que vivía tranquilamente en su pueblo antes de todo esto, se tuvo que mudar al norte de Italia con toda su familia.

He arruinado la vida de mucha gente. Resulta duro convivir con la idea de que las personas a las que te acercas tienen que compartir tu destino.

¿Cómo le protege el gobierno italiano?

En Italia vivo con escolta, 24 horas sobre 24, desde hace 11 años. Una vida que me obliga a estar encerrado, a menudo en un cuartel de carabineros. Incluso dar un paseo por la calle es un problema. Por eso intento pasar el mayor tiempo posible en el extranjero, donde a veces puedo estar solo con una identidad falsa.

He oído hablar tanto de mi condena a muerte que me he acostumbrado a la idea. Lo que de verdad me da miedo es tener que vivir así para siempre.

Mi manera de ser periodista ha cambiado mucho desde que estoy bajo escolta. Antes podía trabajar de incógnito porque nadie conocía mi cara. Hoy, además de los problemas de seguridad, que ponen muchos límites a mi libertad de desplazamiento y me impiden estar en sitios de riesgo, tengo el problema añadido de ser muy conocido, por lo que me resulta imposible investigar pasando desapercibido.

En estos años de reclusión he tenido la posibilidad de conocer a fuerzas del orden, a magistrados en Italia y en el extranjero, y he podido acceder a información de primera mano que, de otra manera, no habría conocido. La fama tiene esas cosas buenas. La gente me busca, se dirige a mí para contarme lo que ocurre, y me concede entrevistas.

El trabajo de periodista no consiste solo en ir al sitio del suceso, sino en juntar todas las piezas y analizarlas en su contexto. Periodismo es algo más que dar una lista estéril de hechos.

Escribió ‘Gomorra’ con 26 años. Si pudiera retroceder en el tiempo ¿no lo publicaría?

Lo haría de manera prudente, protegiendo mi vida. No lo hice así y me suicidé. He perdido todo lo que tenía.

Vale, tengo fama mundial y gano dinero con mis libros. Pero, míreme, aquí estoy, en Madrid, sin poder salir del hotel para dar una vuelta. Solo conozco los hoteles y las comisarías de los países donde voy.

Aún así, aunque llevo esta vida de mierda, de vagabundo, de personaje clandestino… sé que soy un privilegiado. En México matan a decenas de periodistas, en Arabia Saudí te detienen por tener un blog… mientras que yo estoy vivo y puedo seguir escribiendo. De algún modo que es una suerte; quienes escriben no se dan cuenta de que en muchos sitios del mundo es una de las actividades más peligrosas.

Si el mundo se divide entre jodedores y jodidos, yo pertenezco a los segundos. Tengo dos caminos ante mí: parar de escribir, dejarlo todo y tomar las riendas de mi vida, o seguir escribiendo y vivir blindado.

(Extracto. Adaptación libre)


Imágenes: NapoliToday|PlayGround

Fuentes: http://www.abc.es/cultura/libros/abci-roberto-saviano-cada-pais-europeo-tiene-caja-fuerte-evasion-fiscal-espana-andorra-2017http://www.elperiodico.com/es/ocio-y-cultura/20170912/roberto-saviano-nueva-novela-banda-ninos-628119109120253_noticia.html

https://www.elconfidencial.com/cultura/2017-09-13/roberto-saviano-la-banda-de-los-ninos-entrevista_1442496/

http://www.lavanguardia.com/libros/20170913/431248925578/entrevista-roberto-saviano-la-banda-de-los-ninos-mafia-napolitana.html

http://www.elperiodico.com/es/ocio-y-cultura/20170912/roberto-saviano-nueva-novela-banda-ninos-6281191

http://elpaissemanal.elpais.com/documentos/roberto-saviano-entrevista/

http://www.elmundo.es/cultura/2017/09/12/59b6e73a268e3e92758b46eb.html

http://ctxt.es/es/20160224/Politica/4489/Roberto-Saviano-Camorra-mafia-narcotrafico-Chapo-periodismo.htm

http://www.eldiario.es/cultura/libros/roberto-saviano-espana-mafia_0_686281680.html

http://www.hoy.es/culturas/libros/violencia-adictiva-droga-20170912001937-ntrc.html

 

 

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad