El origen de la esclavitud es la guerra. En tiempos antiguos el vencedor esclavizaba al vencido que pasaba a ser de su propiedad. La esclavitud por tanto es una institución forzada, que no surge espontáneamente del desarrollo de la economía.

Aunque las deudas contraídas por hombres libres también hayan sido causa de esclavitud (la esclavitud por deudas se parece demasiado a la esclavitud por hipoteca), lo cierto es que tuvieron una incidencia mucho menor en la aparición de la esclavitud. Pero, si se trata de una tendencia que siempre ha existido, ¿por qué se ha decidido abolirla ahora?

En toda sociedad esclavista la masa monetaria en circulación es menor que donde impera el trabajo asalariado, lo que merma el capital disponible así como el consumo, por lo que el tamaño del mercado es menor.

Por otra parte, en las sociedades esclavistas el amo estaba obligado a cargar con el esclavo (alimentarlo, proporcionarle ropa y alojamiento), cuando ya no lo necesitaba, se hacía viejo o enfermaba, lo que representaba un mal negocio para él. En esas sociedades el número de personas susceptibles de pagar impuestos resultaba infinitamente más pequeña que en las sociedades donde reina  el trabajo asalariado.

A pesar de eso el factor decisivo que ha puesto término a la esclavitud hay que buscarlo en el terreno de la política, más que en el de la economía. Resulta evidente que nadie acepta ser esclavo por propia voluntad, ya que todo humano ansía ser libre. La esclavitud no tiene nada de natural pese a que Aristóteles afirmara que existen individuos que nacen para dominar y otros para ser esclavos.

Lo que suele pasar desapercibido es que la esclavitud en cuanto sistema de dominación, exige elevadas cantidades de coerción para mantener sometida a la población esclava, lo que hace que el coste de mantener ese orden, resulte muy elevado. Se requiere un uso sistemático, sostenido, y a menudo a gran escala, de la violencia y la fuerza, para reprimir a los esclavos y conservarlos en cautividad.

Los propietarios necesitan tener la mayor cantidad de esclavos posible, pues es su trabajo el que produce la riqueza, pero al mismo tiempo, cuantos más hay, más recursos deben invertir para evitar fugas y revueltas. No fueron pocas las rebeliones históricas de esclavos, baste con recordar la de Espartaco que se produjo antes incluso de que se produjera el colapso del imperio romano.

Cuando las potencias europeas se lanzaron a «descubrir» otros continentes se encontraron con el problema de no contar con mano de obra suficiente para explotar las tierras conquistadas. El tráfico de esclavos sirvió para abastecer sus colonias. Así es como se desarrolló el comercio de esclavos que eran comprados en África para ser exportados a América a trabajar en las plantaciones de algodón, tabaco, azúcar, café, etc.

En el caso de EEUU, Abraham Lincoln, que sentía un gran desprecio hacia los negros, aprobó muy a su pesar la enmienda constitucional que abolió la esclavitud. Lo hizo al final de la guerra cuando era evidente que el Sur iba a ser derrotado. El motivo por el que lo hizo entonces y no antes, fue porque hasta ese momento había confiado en lograr persuadir a las élites sureñas de que se reintegrasen de nuevo en la Unión, cosa que no ocurrió, y por eso adoptó esa medida para debilitarlas.

A los cargos políticos de los Estados del Sur sólo podían acceder los propietarios de esclavos, pero además estaban sobrerrepresentados en el Congreso debido a que los esclavos que tenían, computaban como población a la hora de determinar el número de representantes de cada distrito, cuando en la práctica los esclavos estaban desprovistos de todo derecho político.

En la Rusia zarista del año 1861 funcionaba la servidumbre, prolongación de los tiempos feudales de la gleba, cuya situación en nada sustancial difería de la esclavitud, y que generaba un gran rechazo no sólo por las lamentables condiciones en las que los campesinos rusos habían de subsistir, sino también por la gran cantidad de siervos que había en comparación con los señores. El fracaso de Rusia en la guerra de Crimea dejó el país en una situación muy frágil, lo que preocupó a la élite zarista ante la posibilidad de que las revueltas campesinas desestabilizasen el régimen.

Por esta razón consideraron preferible reconducir la situación aboliendo el régimen de servidumbre desde arriba. La situación de los campesinos rusos no mejoró con ello, pues el reparto de tierras favoreció a los terratenientes, pero el Estado se reforzó incrementando su recaudación al fiscalizar directamente a los campesinos.

De este modo la esclavitud fue puesta en nómina. La esclavitud no desapareció, sino que se reconvirtió en trabajo asalariado, que constituye una forma de dominación impersonal mucho más eficiente, en la que el trabajador es controlado por medio del dinero que necesita ganar para sostener su vida. Vida que es una serie de quehaceres desprovistos de significación para él: trabajar, regresar del trabajo, cenar, dormir, despertarse, desayunar, volver al trabajo, etc., con lo que deja de ser su vida para pasar a ser la de la empresa.

La ventaja del trabajo asalariado es que requiere niveles mucho menores de represión y la movilidad del trabajador es mayor con lo que se consigue que éste dé más fácilmente su consentimiento. Aunque la forma de producción capitalista está basada en la sujeción y disciplina,  el trabajador no es propiedad de nadie, con lo que puede tomar decisiones y organizar su vida, aunque ésta dependa en gran medida de su patrono.

Con eso se consigue que la relación entre el explotador y el explotado se encuentre mediatizada por el salario y que sean los capitalistas, y no los negreros ni terratenientess, los que impongan sus condciiones laborales y económicas a los trabajadores, a los que pueden contratar y despedir libremente, sin restricción alguna.

El trabajo asalariado constituye un salto cualitativo en la explotación de la mano de obra. Todo lo que el trabajador mejoró a nivel individual, lo perdió a nivel colectivo, porque el Estado incrementó exponencialmente su poder al incrementar su capacidad recaudatoria y con ella sus ingresos, disponiendo desde entonces de unos medios de dominación mucho más poderosos y eficaces, gracias al crecimiento de la burocracia, ejército, cuerpos policiales, tribunales, prisiones, etc.

El Estado se convirtió de este modo en la estructura sobre la que descansa la moderna explotación capitalista.

(Extracto. Adaptación libre)


Imágenes: infocielo| unimexicali.com|Cadena Ser|Oro y Finanzas|tes.com|

Fuentes: https://www.portaloaca.com/historia/otroshistoria/14378-la-transformacion-de-la-esclavitud-en-trabajo-asalariado.html

https://www.portaloaca.com/articulos/anticapitalismo/8398-la-alienacion-del-trabajo-asalariado.html

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