La sangrienta «democratización» de Oriente Medio hecha por EEUU
Lo que empezó con la mentira de «la existencia de armas de destrucción masiva», ha seguido con la misma tónica, vendiéndole la moto a la opinión pública.
Lo que empezó con la mentira de «la existencia de armas de destrucción masiva», ha seguido con la misma tónica, vendiéndole la moto a la opinión pública.
Francotiradores y tanques de Israel han matado a palestinos desarmados y herido a cientos en Gaza: ¿qué diría el mundo si fuera al revés?
Si se ha llegado a esta situación es debido a la política de provocación que empezó el mismo día de la toma de posesión de Jordi Pujol como President de la Generalitat.
Y así hemos podido leer en ciertas declaraciones que España nos persigue, que nos boicotea, que nos recorta el Estatuto, que nos desprecia, que se deja llevar por antipatías hacia nosotros y se arrepiente de haber reconocido nuestros derechos.
El espionaje masivo significa que primero tiene que morir gente para que se persiga a los autores del ataque. Es como si la inteligencia se hubiese convertido en un trabajo forense, no de vigilancia. Han caído en esa dinámica porque se centran más en el espionaje a los ciudadanos que en la inteligencia.
La mayoría de las mujeres del mundo asumen una carga desproporcionada de trabajo no remunerado para que el resto pueda dedicarse a las tareas «productivas», bien pagadas.
Convertir la explotación que el sistema capitalista ejerce indistintamente sobre el hombre y la mujer, en explotación sólo del hombre, constituye una magnífica jugada.