Los científicos chinos ya han entregado a sus colegas rusos la secuencia del  genoma del coronavirus con pruebas capaces de identificarlo en un ser humano en dos horas, y en estos momentos expertos de Rusia y China están desarrollando una vacuna conjunta.

En pocos días China ha logrado poner en cuarentena a más de 60 millones de personas, incluida la megalópolis Wuhan (la novena ciudad más poblada de China) y tres urbes cercanas, lo que representa las mayores medidas preventivas de salud pública aplicadas en toda la historia.

La enfermedad ha cogido a China en una coyuntura extremadamente sensible.  El gigante asiático ha tenido que enfrentarse a la vez a la Guerra Híbrida de Hong Kong, una ofensiva estadounidense pro-Taiwán, y una guerra comercial con EEUU que está lejos de resolverse con la «fase 1» del acuerdo firmado.

Todo eso mientras su rival americano prepara más sanciones contra Huawei, y realiza maniobras criminales para abortar la Nueva Ruta de la Seda, saboteando el eje Irán –Irak – Siria con el asesinato del general iraní Qasem Soleimani.

La guerra de desinformación contra China es total, pero en términos de gestión de crisis, el presidente Xi ha estado a la altura de la ocasión asegurando una transparencia absoluta. De hecho, Pekín ha notificado a todo el aparato gubernamental que no aceptará ningún encubrimiento, y que quienes no estén haciendo lo suficiente deberán dar explicaciones. Una página web en tiempo real y en inglés disponible para todo el mundo informa del desarrollo de la epidemia.

El gobierno ha instalado una aplicación denominada «Vecinos Wuhan» que todo el mundo debe descargar desde WeChat.

Este recurso permite determinar «el tiempo de cuarentena en las casas a través del posicionamiento vía satélite, conectando al instante a toda la población con el sistema sanitario, permitiendo de paso organizar a los voluntarios y militantes comunistas de la comunidad. Cualquier persona que desarrolle fiebre o detecte algún síntoma debe informar a través de la red lo antes posible».

El sistema proporciona de inmediato un diagnóstico en línea, y localiza la dirección del afectado para ponerlo en cuarentena. Si necesita ver a un médico, su comunidad  le brinda un vehículo para enviarlo al hospital. Al mismo tiempo, el sistema hace el seguimiento del paciente: del progreso de su enfermedad, hospitalización, tratamiento en el hogar, empeoramiento, alta, etc.

En estos momentos hay  en China millones de ciudadanos movilizados en lo que ellos describen como una «guerra popular contra el virus», utilizando «alta tecnología para luchar contra la enfermedad».

La respuesta científica china ha sido de una rapidez excepcional. Para entender esto hay que comparar el desempeño chino, con la agencia de enfermedades contagiosas estadounidense (CDC). Durante la epidemia de Ébola en África occidental en 2014 (considerada de máxima urgencia porque el virus tenía una tasa de mortalidad del 90%), la agencia estadounidenses (CDC) tardó más 2 meses en obtener la primera muestra para identificar la secuencia genómica. Los chinos lo hicieron en unos días.

Durante la gripe porcina en Estados Unidos en 2009 los CDC tardaron más de mes y medio en encontrar los kits de identificación, con el resultado de 55 millones de estadounidenses infectados y más de 11.000 fallecidos.

Los chinos han necesitado tan solo una semana desde la primera señal para completar la identificación y secuenciar el coronavirus. Inmediatamente después la publicaron en la biblioteca de genómica mundial vía Internet para que todo el planeta tuviera acceso a investigar el virus. Además las empresas biotecnológicas chinas ya han realizado ensayos clínicos, validándolos en una semana. Casi el mismo tiempo que han tardado en construir un hospital para tratar a las víctimas.

(Extracto. Adaptación libre)


Imágenes: Television y Radio Mexiquense|es.wikipedia.org|You Tube

Fuente: https://observatoriocrisis.com/2020/02/01/la-respuesta-china-al-coronavirus/

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