EEUU representa el imperio de la fuerza, ley y la verdad a nivel mundial (¿os acordáis de las célebres armas de destrucción masiva de Irak?),  exportando democracia y paz allá por donde quiera que pasa.

Su problema es que sólo tiene intereses, no principios, y no puede permitir que las mayores reservas de crudo del planeta no estén bajo su control.

Irak, Libia y Venezuela tienen algo en común: petróleo y «dictadores».

Casualmente. Curiosa coincidencia. Y, encima, Venezuela no actúa como uno de esas democracias petrolíferas ejemplares que no necesitan siquiera urnas, cuyos dirigentes pueden asesinar periodistas y descuartizarlos tranquilamente en su consulado sin que suceda nada.

La cuestión es que, como hace unos meses le falló el atentado contra Maduro, el imperio USA tiene que recurrir ahora a métodos más expeditivos para sacarlo del poder, que no excluyen la «invasión humanitaria» y la guerra.

Todo por su bien.

Imagen: Wifredo Bello

 

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