desdeelbalconcomEra el año 1983 y el científico cubano Gustavo Kourí asistía como invitado a un congreso de medicina tropical realizado en Calgary, Canadá, para informar sobre la epidemia de dengue hemorrágico ocurrida en Cuba en 1981, que ocasionó 158 fallecidos, de ellos 101 niños.

Entre los participantes estaba también la doctora en Ciencias Guadalupe Guzmán, y ambos presentaron conjuntamente sus trabajos acerca del tema y el profesor Kourí leyó una declaración en la que denunciaba públicamente que ese virus había sido introducido en Cuba, de forma deliberada, por Estados Unidos. “Se hizo un gran silencio en la sala; todos quedaron impactados. Después hubo aplausos, aunque algunos se levantaron de sus asientos y se fueron”.

Unos años después de esa revelación, en 1995, científicos cubanos mostraron evidencias sobre la similitud de la cepa de 1981 en Cuba, con la primera cepa de dengue 2 aislada en el mundo.

En agosto de 2014, tres décadas después de la declaración del profesor Kourí, la revista Archives of Virology, órgano oficial de la sección de Virología de la Unión Internacional de Sociedades Microbiológicas, publicó el artículo titulado Primera epidemia de dengue hemorrágico en las Américas, 1981: nuevos conocimientos sobre el agente causal. Su autora principal fue la doctora en Ciencias Rosmari Rodríguez Roche, investigadora del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kouri (IPK), galardonada con el Gran Premio en el Concurso Anual de Salud 2015 por ese estudio, que ofrece pruebas científicas irrefutables que corroboran la acusación hecha por Cuba.

La doctovirology-archivesra Rosmari Rodríguez explica los hilos de esa indagación minuciosa, con visos detectivescos, que le llevaron a poder demostrarlo:

 “En la década de los años 90, el IPK, en colaboración con instituciones afines, emprendió estudios para caracterizar la cepa causante de la epidemia de dengue hemorrágico de 1981. Mediante la utilización de metodologías de secuenciación manual y herramientas bioinformáticas muy simples, que eran las únicas que estaban disponibles entonces, conseguimos obtener la secuencia de unos 300 pares de bases, de los casi 11.000 que tiene el genoma viral completo.  Sin embargo, ese pequeño fragmento resultó suficientemente informativo para demostrar que la cepa causante de la epidemia de 1981, tenía gran similitud con la del laboratorio Nueva Guinea C, que aisló el dengue 2 por primera vez en el mundoaislada en 1944”.

Recuerda la científica que este hallazgo fue muy controvertido tanto por la semejanza de la cepa cubana con aquellas antiguas del sudeste asiático, como por los limitados datos de secuenciación disponibles, y que, hubo quienes impugnaron el resultado atribuyéndolo a una contaminación ocurrida en el laboratorio durante el procesamiento de las muestras:

“La Nueva Guinea C de 1944 es la cepa prototipo de dengue 2 y existe en casi todas las instituciones donde se trabaja con él, pero como los sistemas de amplificación y secuenciación del genoma son muy sensibles, alegaron que debió ocurrir la amplificación de un virus no deseado como consecuencia de la inadecuada manipulación de los aislamientos virales. Por otra parte, como los virus mutan y acumulan cambios en su genoma año tras año durante el proceso de replicación en humanos y mosquitos, estudiosos de su evolución dijeron que si el virus circulante en Cuba en 1981 se parecía tanto al aislado en 1944, es decir, que tenía tan pocas mutaciones, tenía que ser debido a una contaminación con la cepa de laboratorio, porque a lo largo de 40 años  tendría que haber acumulado un número importante de mutaciones y, por tanto, la cepa de 1981 debería presentar diferencias notables respecto a la de 1944”.

Para demostrar que no se trataba de una contaminación de laboratorio era preciso secuenciar el genoma completo de cepas virales recogidas en diferentes momentos de la epidemia. Y eso fue lo que hizo Rosmari Rodríguez, que poco después del brote de dengue ocurrido en 1997 en el municipio de Santiago de Cuba,  realizó un estudio sobre la evolución del virus.

La joven licenciada había llegado al IPK cinco años antes, recién graduada después de un tiempo de aprendizaje en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, donde realizó su trabajo de diploma sobre caracterización de proteínas. Sin embargo, “muchas cosas de la microbiología eran para mí un mundo totalmente desconocido”, confiesa Rosmari, y desde sus inicios en el IPK se vinculó a los estudios sobre dengue cursando un máster en virología. “Fue como iniciar una nueva carrera”, declaró.

El siguiente paso fue la adquisición por parte del IPK, en 2008, de una tecnología moderna de secuenciación automática para analizar las cepas de 1981, conservadas durante más de 30 años en una nevera a -80 °C.

“Logramos amplificar y secuenciar el genoma completo de las cepas originales obtenidas en diferentes momentos de la epidemia de 1981, y cuando analizamos las secuencias de cepas de distintos momentos de la epidemia notamos que, si bien todas eran similares a la de Nueva Guinea de 1944, había diferencias lo que significaba que el virus había ido experimentando cambios a lo largo del período epídemico. Probablemente sea el hecho más trascendental de la investigación desde el punto de vista científico, ya que, por una parte, invalida la hipótesis de contaminación de laboratorio, pues si se tratara de esto todas las cepas analizadas debían tener la misma secuencia, ya que si hubiera sido nun virus existente en el laboratorio no hubiera mutado.

Y por otra parte, luego de constatar la gran semejanza de las cepas cubanas del 81 con la de referencia, se demostró que como no tenían suficientes mutaciones en relación con ésta, no se trataba efectivamente de un virus circulando libremente en la naturaleza, sino de una cepa de laboratorio”.

También apoyaron esta certeza otros elementos. Por ejemplo, el hecho de que la epidemia se desató en tres puntos del país al mismo tiempo: oriente, centro y occidente.  “Los brotes epidémicos de dengue se detectan usualmente a partir de un caso en un área determinada, alrededor del cual aparecen nuevos enfermos. Luego se expande a otras zonas con el movimiento de personas infectadas, y se observa un aumento paulatino del número de estas hasta alcanzar picos epidémicos. Este incremento depende en gran medida de la densidad de mosquitos”.

El estudio dirigido por ella reveló, además, que Cuba no exportó el dengue hemorrágico a otos países como se había especulado, pues las epidemias sucesivas en la región fueron causadas por cepas de dengue 2 de un genotipo muy diferente.

Al profesor Gustavo Kourí le llamó la atención que en el transcurso de la epidemia de 1981, cuando el número de casos disminuía , la proporción de individuos graves y fallecidos aumentaba, es decir, que la severidad del contagio era mayor al final.

El padre de la Virología en Cuba, Pedro Más Lago, fue quien aisló la cepa de dengue 1 que circuló en la epidemia cubana de 1977  y quien postuló, a la par del doctor Kourí, la hipótesis de que la epidemia de 1981 había sido una agresión de guerra biológica.

En 1962 Washington comenzó a preparar proyectos para perjudicar las cosechas de Cuba y enfermar a los trabajadores empleados en la zafra azucarera. Así llegaron la fiebre porcina, la brucelosis del ganado, el carbón y la roya de la caña, el moho azul del tabaco, la roya del café, las enfermedades de aves de corral, y también de humanos como la conjuntivitis, y el dengue hemorrágico.

Laboratorios americanos de guerra biológica, que como vemos en Ucrania, se extienden a todo el planeta.

(Extracto. Adaptación libre)


Nota Wikipedia: El dengue es una enfermedad infecciosa causada por el virus del dengue, que es transmitida por mosquitos.

Imágenes: link.springer.com|runrun.es

Fuentes: http://www.cubadebate.cu/noticias/2016/01/31/el-dengue-fue-introducido-deliberadamente-en-cuba-en-1981-la-ciencia-confirma-un-crimen-de-eeuu/#.Vq_NFECYKMY

Bajo el disfraz de la colaboración biológica entre Ucrania y EE. UU.

 

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