William Binney, ex-director técnico de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de EE.UU. y el mejor matemático de la historia de la agencia, diseñó ThinThread el programa que vigila las comunicaciones de los ciudadanos para recoger datos y proporcionar pistas en tiempo real sobre posibles amenazas terroristas.

ThinThread era capaz de rastrear absolutamente todas las comunicaciones mundiales y establecer relaciones entre ellas. Habían creado el Gran Hermano perfecto, pero conscientes de lo peligroso que podría resultar para la privacidad de los ciudadanos, decidieron encriptar las comunicaciones de tal manera que el sistema sólo recogiera información de sospechosos.

ThinThread recolectaba datos de forma legal, efectiva y barata, no obstante, la dirección de la NSA decidió desmontar el proyecto 3 semanas antes de los atentados del 11 de Septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York.

¿El motivo? El general Michael Hayden, entonces director de la agencia, decidió dar un giro y apostar por otro programa de espionaje, Trailblazer, desarrollado por contratistas externos (muchos de ellos ex-agentes de la NSA retirados), infinitamente más caro, y que no respetaba la privacidad de los ciudadanos.

Después del 11-S, Binney y su equipo lograron demostrar que si se hubiera utilizado ThinThread se hubieran obtenido pistas y datos que podrían haberlo abortado, pero el informe está clasificado.

El año 2001 Binney dimitió de su cargo en desacuerdo con la política del gobierno, denunciando públicamente el uso indebido e ilegal de las herramientas de análisis que él mismo había contribuido a crear. Además, él y su equipo denunciaron ante el Inspector General del Departamento de Defensa el despilfarro, el fraude y los abusos del programa Trailblazer, cuando ya existía otro anterior, ThinThread, mucho más eficaz.

La denuncia fue aceptada y se inició una investigación que duró hasta mediados de 2005, cuyos resultados siguen siendo aún secretos en su mayor parte.

Binney critica el negocio organizado de la lucha contra el terrorismo y niega que sea necesario sacrificar la privacidad para obtener más seguridad. Planteamiento que achaca a la incompetencia y la corrupción de las empresas privadas de inteligencia que “necesitan mantener el problema para que el dinero siga fluyendo”, y al interés de los servidores públicos por controlar a la población: ”puede que tú pienses que no haces nada malo, pero si en opinión del gobierno lo estás haciendo, van a ir a por ti”.

Algo que ocurrió cuando en 2007 agentes armados del FBI irrumpieron en casa de las cuatro personas: William Binney, J. Kirk Wiebe, Ed Loomis y Diane Roark firmantes de la denuncia.

Usted niega que sea necesario sacrificar la privacidad para obtener más seguridad, ¿en qué se basa?

Cuando trabajaba para la NSA, el reto era centrarnos en lo importante y hacerlo rápido para poder tomar decisiones inmediatas. Para eso, teníamos que usar la lógica. Con el volumen de datos existente en el mundo, te das cuenta de que es imposible analizar todo su contenido, así que nuestra idea era tratar de simplificar. Fue entonces cuando descubrí los metadatos.

Si te fijas en ellos, puedes ir a las comunidades de usuarios y ver quién se relaciona con quién. Y si sabes que alguien es un terrorista, reconstruir su red de contactos. Este es el enfoque deductivo, una técnica que se usa desde hace cientos de años ¡Nada nuevo! Solo la escala lo es. Actuando así sólo necesitas analizar la información relevante para la investigación, el resto, la información privada, te sobra.

Del mismo también podemos aplicar el método inductivo. Por ejemplo, si tenemos una web de contenido pedófilo, podemos centrarnos en quienes las visitan. Hay que fijarse en lo que está haciendo esa gente, no el resto del planeta.

Si estas técnicas funcionan, ¿Porqué nuestros gobernantes siguen sacrificando nuestra privacidad a sabiendas de que existen métodos más útiles para protegernos?

En primer lugar porque destruyeron el programa necesario para hacerlo: Thinthread.

La otra razón es muy simple, los lobis de las empresas privadas de seguridad presionaron al Congreso para externalizar un programa que se estaba haciendo con trabajadores del Estado.

¿Por qué? Porque con ese programa resolvimos el problema, y esas empresas necesitaban justificar los miles de millones recibidos en contratos del Estado, así que tenían que deshacerse de nosotros. Desde entonces la premisa es que sólo hay una forma de hacerlo: recolectar toda la información existente. Pero esa es una mentira muy cara.

En el documental ‘A good american’ usted sostiene que el 11-S se podría haber evitado.

Con Thinthread el 11-S se habría evitado. El espionaje masivo significa que primero tiene que morir gente para que se persiga a los autores del ataque. Es como si la inteligencia se hubiese convertido en un trabajo forense, no de vigilancia, cuando el trabajo de inteligencia es prevenir, estar preparado y anticiparse a los adversarios para desbaratar cualquier ataque terrorista.

Ahora en cambio, hacen como la policía, esperar a que se cometa el crimen para investigar quien ha sido. Han caído en esa dinámica porque se centran más en la vigilancia global que en la inteligencia.

¿Se trata sólo de empresas privadas que tratan de defender sus intereses o son los gobiernos los  que quieren saberlo todo de los ciudadanos?

Ambas cosas. El interés de las compañías privadas que trabajan en inteligencia es mantener el problema para que el dinero siga llegando. ¡Es lo que hacen! La parte desafortunada es que para que eso ocurra, alguna gente tiene que morir de vez en cuando.

Por lo que respecta al gobierno, acumula información no solo de sus propios ciudadanos, sino de todo el planeta, lo que les da poder sobre ellos. En mi país, si no les gusta lo que el Tea Party está haciendo, les persiguen. Lo mismo que hicieron con grupos como Occupy Wall Street, con periodistas como James Rosen de Associated Press, o conmigo por revelar sus manejos.

¿Cree que hay interés en convertir a Rusia en el enemigo?

La industria de la inteligencia necesita amenazas para conseguir fondos y poder seguir gastando.

Usted asegura que ya hemos perdido toda privacidad en Internet, que no hay ningún lugar en el que esconderse. Pero, a menudo, a los ciudadanos tienden a pensar que mientras no hagan nada malo…

Tú puedes pensar que no estás haciendo nada malo o ilegal y que nada te sucederá, pero lo único relevante es si al gobierno le gusta o no lo que estás haciendo. Y si no le gusta, estás metido en un buen lío.

A mí me ocurrió, trataron de fabricar evidencias en nuestra contra y meternos en prisión. El FBI se llevó todo nuestro material, pero por suerte teníamos copias y cuando trataron de usar todas esas pruebas falsas, les pillamos.

Yo no estaba haciendo nada delictivo, sino simplemente aplicando los derechos recogidos en la constitución y trataron de meterme en la cárcel por 35 años. Querían silenciarnos y punto. Y estaban dispuestos a hacer cualquier cosa para conseguirlo. Se lo repito: no importa lo que pienses, puede que pienses que no haces nada malo, pero si les molestas, van a ir a por ti.

Al inicio de ‘A good american’, usted afirma que nunca se suicidaría, dando a entender que si un día le encuentran muerto, no sería por voluntad propia. ¿Sigue temiendo por su vida?

Ya no temo por mi vida porque soy demasiado público, y eso se lo pone más difícil.

(Extracto. Adaptación libre)


Imágenes: LVD|apg29.nu|Truthdig

Fuentes: http://www.lavanguardia.com/internacional/20160911/41223154746/thinthread-programa-secreto-evitado-atentados-11s.html

http://www.lavanguardia.com/internacional/20161102/411485956811/william-binney-tiene-morir-gente-industria-inteligencia-siga-ganando-dinero.html

 

 

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