Los resultados de la votación de las propuestas organizativa, ética y política de Podemos arrojan más sombras que luces y menos tranquilidad de la que debieran:

• ¿Cómo se entiende si no, que habiendo 204.000 militantes inscritos en Podemos, tan solo hayan votado el documento organizativo 106.000, el 52% del censo, dada la facilidad que tenían para votar (no se requería nada más que apretar un botón), y sabiendo que la formación se jugaba su modelo de futuro?, ¿acaso no les parecía un tema lo suficientemente importante? La última vez que hubo una votación, fue en el mes de abril, cuando Podemos celebró primarias para elegir a sus representantes para Europa, y entonces votaron en bloque sus 31.000 militantes, prácticamente el 100% del censo, que en esta ocasión, por alguna razón desconocida, parecen haber cambiado de opinión y decidido abstenerse.

• Si las más de 70.000 personas que se dieron de alta en Podemos a lo largo de la semana electoral posterior a la Asamblea de Vista Alegre, lo hicieron para votar como parece lógico, ¿resulta creíble que los 131.000 inscritos hasta ese momento en Podemos, precisamente sus militantes más antiguos, activos y concienciados, se quedaran en casa de brazos cruzados, sin intervenir?

• Y por último, ¿cómo es posible que habiendo recibido mejor acogida y recabado más apoyos la propuesta de Sumando Podemos que la de Claro que Podemos por parte de los círculos y asistentes a la Asamblea de Vista Alegre, se produjera luego una diferencia tan abultada, de 90.451 votos para la segunda frente a 13.864 de la primera, cuando en las primarias de abril para entrar a formar parte de la lista europea, Pablo Iglesias obtuvo 10.000 votos y Teresa Rodríguez, miembro del equipo de Echenique, 8.000?, ¿resulta normal que, pese a haber crecido la afiliación a Podemos en 173.000 personas desde entonces, el grupo de Echenique solo haya sido capaz de convencer a 5.000 de ellos?

blogslainformacioncomUn resultado anómalo y francamente pobre que no cuadra demasiado con el agitado debate suscitado en el seno de Podemos, y que, a pesar del impacto mediático de Pablo Iglesias, y la natural tendencia conservadora del ser humano a preferir, en condiciones normales, lo malo conocido a lo bueno por conocer, resulta difícilmente explicable.

Sin duda Podemos está llamado a ser el sepulturero del régimen podrido de la Transición, continuación de la Dictadura de Franco, y a encargarse de democratizar las instituciones, separar poderes y jubilar a la “casta”, pero que nadie espere una ruptura con lo establecido, sino el adecentamiento de un sistema cuyo hedor es insoportable y su grado de descomposición imparable.

Algo por cierto que ya hizo Italia mucho antes que nosotros y por los mismos motivos, con resultados nada satisfactorios ni esperanzadores:

Se conoce como Manos Limpias el proceso judicial italiano iniciado por el fiscal Antonio di Pietro en 1992, que descubrió la existencia de una vasta red de corrupción que implicaba a los principales partidos políticos y a diversos grupos empresariales e industriales del país. [1]http://es.wikipedia.org/wiki/Manos_Limpias_%28Italia%29

Fue el mayor escándalo de corrupción vivido por la república italiana en sus 150 años de historia, al que se bautizó con el nombre de Tangentopoli, porque tangente significa soborno en italiano.

La Tangentopoli resultó devastadora para la economía italiana. Si en 1980 la deuda pública era del 60% del PIB, en 1992 alcanzó el 118% gracias al dinero público que se repartían los partidos, que llevaban dos décadas financiándose con el cobro de comisiones por cada adjudicación pública.

La trama investigada por Manos Limpias acabó con la Primera República y con los partidos que venían gobernando Italia desde el final de la II Guerra Mundial, pero hay numerosos indicios de que la transición a la Segunda República ha sido incompleta.

Hoy en día la deuda italiana supera el 120% del PIB, y esa es una señal inequívoca de que el escándalo no ha terminado, sino que tan solo ha refinado y profesionalizado más sus métodos. [2]Daniel del Pino, publico.es, http://www.publico.es/422596/tangentopoli-una-transicion-incompleta

Algo que a todos nos suena muy familiar y cercano: a cosa nuestra.

La operación anticorrupción desencadenada por Manos Limpias, jubiló al Partido Socialista, al Partido Comunista y a la Democracia Cristiana, formaciones mayoritarias en Italia hasta ese momento, sustituyéndolas por la Liga Norte, Berlusconi, El Olivo, Prodi, Monti, etc., hasta llegar a Renzi, actual jefe de gobierno. Un completo lavado de cara. Que todo cambie para que todo siga igual; algo que, en el fondo, no dejan de ser variaciones sobre el mismo tema.

Es evidente que no se puede acabar con la “casta” utilizando los mismos planteamientos que ella. Los regímenes presidencialistas solo llevan al cielo a unos pocos. A los elegidos. En el caso de Podemos, se ha perdido una oportunidad histórica de darle la vuelta al tradicional sistema jerárquico y piramidal, y empezar a hacer política de forma colectiva, de abajo arriba, sin líderes ni rebaños.

Pero otra vez será. Alguien recogerá el testigo, aunque las televisiones no se lo rifen.

En tanto llega ese momento dichoso, Podemos adolece, a mi juicio, de no tener bien resuelta, pese a las apariencias, la gestión informatizada del voto electrónico:

 Dos de los principales actores que respaldan la seguridad del proceso, son Agora Voting y Open Kratio, que han actuado como «autoridades de votación», independientes y sin vinculaciones políticas, económicas ni ideológicas. Agora Voting ha aportado el sistema de voto electrónico, participando también en el posterior recuento junto con Open Katrio, por lo que la responsabilidad es compartida entre ambas.

El sistema de seguridad de Agora Voting está dividido en tres procesos, con tres agentes distintos que los controlan. El primero consiste en asegurar que la persona que vota es quien dice ser y corre por cuenta de Podemos; el segundo es el registro de votos, que es supervisado por Agora Voting; y el tercero es el recuento de los votos.

Cada votación se transmite cifrada a los servidores de Agora Voting, con una clave pública generada por las autoridades, por lo que, ni siquiera el equipo de Agora puede saber, en ese momento, quién ha votado qué.

Después son las autoridades, juntando las claves privadas (y diferentes) que tienen cada una de ellas, las que pueden descifrar y contabilizar los votos, labor que ha tardado horas en completarse, porque primero han tenido que anonimizar y cambiar el orden para que nadie pudiera asociar voto con votante.

El propio sistema aporta, además, una serie de pruebas matemáticas. que cualquiera puede consultar para verificar que el proceso ha sido correcto y que, pronto, deberían ser publicadas en la web de Podemos.

Los encargados de la seguridad afirman que es imposible que los votos se pierdan porque el sistema aplica una política de copias de seguridad y de replicación de bases de datos de forma que, cuando un usuario hace una votación, el resultado se guarda en diferentes servidores, y aunque desapareciera de uno de ellos, seguiría estando en los otros.

Además, una vez emitido el voto, cada persona puede comprobarlo gracias a un código o localizador que se genera nada mas votar y, una vez conocidos los resultados, se deben hacer públicos los localizadores de todos los votos para que cualquiera pueda comprobar que el suyo está en la lista y, por tanto, ha sido contabilizado.

Tampoco nadie puede conocer el voto de otra persona. Eso solo podría ocurrir si todas las autoridades actuaran a la vez de forma deshonesta (ya que tendrían que usar sus claves privadas a la vez). Aún así, si descifraran juntas un voto, no sabrían a qué persona corresponde y tendrían que involucrar en el complot a los diferentes grupos que actúan como autoridades y que se juegan su credibilidad controlando el proceso. [3]Lucía El Asri, http://www.eldiario.es/hojaderouter/

pulsosocialcomTenemos que aceptar lo que informan esas empresas como artículo de fe, ya que no es posible verificar cómo y en qué condiciones se ejecuta realmente el proceso. Aunque nada hay que objetar a las garantías que ofrecen, lo que sí parecen es notoriamente insuficientes, por lo que convendría instrumentar medidas adicionales, tal y como se detalla en el siguiente:

Ejemplo

En el momento de votar, a cada elector se le asigna un código de votación con el contenido del mismo, para que lo guarde en su equipo:

Código Localizador:  Af89576podef987,     Opción Seleccionada: C,       IP: 212.93.187.83

y una vez finalizado el escrutinio, se publica la lista definitiva:

Opción A ..………………………… 127.323 votos
Opción B …………………………… 324.889 votos
Opción C……………………………  267.931 votos

junto con la lista de votos a favor de la opción A con sus localizadores:

 Nº 1                         Bf89576pddf535
Nº 2                        Dh9023fsu7641
Nº 3                          ……………………..

la lista de votos a favor de la opción B con sus localizadores:

Nº 1                           Bf89576kddf239
Nº 2                           Dh9023jst7687
Nº 3                           ………………………

y la lista de votos a favor de la opción C con sus localizadores:

Nº 1                            Bf89576ptdf536
Nº 2                            Dh9023fnt7622
Nº 3                             …..….……………..

de forma que cualquier participante pueda comprobar por sí mismo, en el listado correspondiente, a través de su localizador o de su dirección IP, que su voto figura incorporado, ha sido bien contabilizado y se halla correctamente sumado (cuando se vote más de una opción, el elector deberá comprobar que su localizador aparece en todos los listados seleccionados por él). Y todo ello, por descontado, manteniendo el secreto del voto.

Igualmente, con su dirección IP, podrá consultar y volver a recuperar su localizador, así como la opción elegida, caso de haberlas extraviado.

Es fundamental que haya interventores humanos en todas las elecciones, tanto designados por sorteo, como nombrados, que supervisen los diferentes pasos del proceso, controlen el censo, examinen si aparecen direcciones IP repetidas, asociadas a un mismo localizador o a varios, revisen los votos anulados, rechazados, etc.

Este sistema de control en principio es válido y aplicable a todas las elecciones que se realicen mediante voto directo, pero cuando la elección se efectúe con la modalidad de voto transferible o preferente, se tendrá que poner a disposición pública, antes de la elección, el programa (de código abierto) que servirá para el cálculo de los resultados, de tal forma que los interventores tengan acceso al fichero de datos para que puedan replicar los resultados independientemente.

A todos los participantes en la elección se les facilitará asimismo una herramienta para que puedan seguir en línea y en tiempo real la evolución y desarrollo de las votaciones hasta el momento de cierre, ya que la transparencia y limpieza de los procesos electorales se ha de llevar hasta sus últimas consecuencias por higiene democrática.

Mejor desvanecer dudas a tiempo que lamentarse después.

Porque mientras no se demuestre lo contrario, ni siquiera la informática está a salvo de las pillerías humanas.


Imágenes: blogs.lainformacion.com|pulsosocial.com

References

References
1 http://es.wikipedia.org/wiki/Manos_Limpias_%28Italia%29
2 Daniel del Pino, publico.es, http://www.publico.es/422596/tangentopoli-una-transicion-incompleta
3 Lucía El Asri, http://www.eldiario.es/hojaderouter/
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