Los trabajadores de las cuatro mayores empresas ferroviarias del Reino Unido han realizado una nueva huelga de 24 horas el día 13 de enero, la tercera desde que comenzó 2018. La anterior tuvo lugar el miércoles 10 de enero de 2018. El 12 de diciembre de 2017 estalló una primera huelga de 48 horas, seguida de una serie intermitente de paros, más de diez, desde entonces.
La batalla entre los obreros y los empresarios se prolonga desde hace ya casi un año y medio y ha sido calificada como la mayor huelga en el Reino Unido entre los empleados ferroviarios desde 1968. Hasta la fecha todos los intentos del gobierno por criminalizarla han fracasado.
Los obreros de Northern, Merseyrail, Greater Anglia, South Western Railways y Island Line no están luchando en defensa de sus propios intereses, ni de beneficios salariales, sino por el de los pasajeros, cuya seguridad se halla en peligro como consecuencia de los despidos y recortes de plantilla.
El sindicato RMT de los ferroviarios se opone a que retiren de los trenes a los responsables de la seguridad y que sea el maquinista el que cumpla todas las funciones. El sindicato ha cuestionado también al Ministerio de Transporte por ignorar su petición de celebrar una conferencia sobre la situación del sector.
Al menos siete personas murieron y medio centenar resultaron heridas al descarrilar un convoy en una estación en el sur de Londres, el día 9 de noviembre de 2016, informó la policía británica. Estos tranvías no están equipados, según las mismas fuentes, con mecanismos de seguridad que activen los frenos automáticamente cuando circulan a una velocidad superior a la permitida.
El Reino Unido es uno de los países de la Unión Europea con una de las mayores tasas de accidentes ferroviarios, y en él se han disparado los accidentes ferroviarios desde que se terminaron de privatizar en 1997. Privatizaciones que comenzaron durante la era Thatcher y que se consumaron hace 20 años; desde entonces, los trenes ingleses no llegan puntuales nunca.
El transporte se ha convertido en una pesadilla, sobre todo en Londres, para miles de trabajadores que han tenido que huir de la capital como consecuencia del alza especulativa de los precios de la vivienda, trasladándose a los barrios periféricos y ciudades dormitorio del sur.
Pero cada vez hay más peticiones para que los trenes vuelvan a ser de propiedad pública, exigiendo al gobierno que retire las adjudicaciones a las empresas privadas.
Imágenes: Granma|emol.com
http://www.lavanguardia.com/sucesos/20161109/411732638442/accidente-tren-londre-victimas.html
