Asamblea Podemos MadridNunca habíamos asistido a la construcción de un partido con la posibilidad de intervenir en su estructura y fundamentos. Evidentemente, ni el proceso es perfecto, ni todo es como nos gustaría; ni siquiera está siendo como los propios promotores dijeron que sería.

Creo que de ahí viene parte de la crítica y la frustración que han provocado algunas propuestas, maniobras y gestos de Pablo Iglesias y sus compañeros en estos días. Porque son presos de sus propias palabras. Prometieron un partido de la gente y de los círculos, horizontal y asambleario, y ahora dicen que, para ganar, tienen que ir al grano y tomar el mando. Iglesias promete ponerse al servicio de la organización que le ha pedido que sea su líder, y acto seguido dice que se quitará de en medio si no votan su modelo. Pero si dices que crees en el poder popular, deberías someterte a sus decisiones.

Presentaron un programa electoral para las europeas muy ambicioso y Évole me confesó en una reciente entrevista que Pablo Iglesias le dijo que tenían que sentarse a revisarlo porque lo hicieron motivados por la ilusión y por las prisas.

Y es que la política es el arte de lo posible, pero el ser humano sueña con lo imposible.

La cuestión está en que no cedamos más de lo que tomamos, ni perdamos de vista los ideales que nos motivan. El de Pablo Iglesias no es ni debe ser ganar. Ganar es sólo el medio para hacer el cambio social y político que este país pide a gritos. ¿El fin justifica los medios? Pues sólo si los medios no traicionan el fin.

El grupo Claro que Podemos no está traicionando el fin, pero sí algunos principios. En realidad es algo que han hecho constantemente como estrategia: aparcar ciertos debates, ocultar ciertos mensajes, diluir la ideología, difuminar los perfiles más extremos,  pero también es cierto que sin el apoyo de los círculos no hubieran llegado tan lejos

Veo bastante probable la victoria de Pablo Iglesias, y por eso no entiendo que aprobaran, con nocturnidad y cuando Echenique estaba en un avión, la norma que obliga a votar a los tres borradores juntos (organizativo, político y ético) del grupo promotor o renunciar a votarles por completo. Es otro órdago que le puede salir caro, pero lo peor es que huele a maniobras orquestales en la oscuridad.

Son esos gestos los que les desacreditan justo cuando están pidiendo que se les confíe el proceso casi por completo. Ahora los militantes tienen que decidir si perdonan o aceptan estas traiciones a los principios a cambio de la promesa incierta de alcanzar los fines.

 (Extracto. Adaptación libre)


Imagen: Jairo Vargas |publico.es

Fuente: http://www.eldiario.es/zonacritica/Bienvenidos-politica_6_317128285.html

 

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