TorLa Agencia Nacional de Seguridad (NSA), que intenta saberlo todo de todos, considera cualquier comunicación segura, anónima, encriptada o simplemente privada, a través de internet, como un ataque y un peligro mortal para sus intereses.

El software libre y gratuito de Tor fue alumbrado por el aparato militar y de inteligencia de Estados Unidos, en la década de 1990, en el Laboratorio Naval de Estados Unidos en Washington, del que se separó en 2004, aunque continuó obteniendo la mayor parte de sus fondos de agencias gubernamentales como el Pentágono, el Departamento de Estado o DARPA (la Agencia de Proyectos Avanzados de Investigación de Defensa). Ocurre con él como con muchas ONG’s y organizaciones sin ánimo de lucro que, en la práctica, están manejadas y controladas por corporaciones multinacionales y acaudalados inversores a través de aportaciones financieras encubiertas.

«Me contrató el Gobierno de EEUU para desarrollar y poner en marcha una tecnología de navegación anónima para ellos», declaró en 2004 Roger Dingledine cofundador de TOR.

Tor no fue concebido para proteger al público de la vigilancia del gobierno, sino al contrario,  para ocultar la identidad en línea de los agentes de inteligencia. Tor fue lanzado públicamente  para ser utilizada por grupos tan heterogeneos y diversos de personas como fuera posible: activistas, disidentes, periodistas, hackers, consumidores de pornografía infantil, narcotraficantes e incluso terroristas, porque cuanto más grande y más extraños fueran sus usuarios, más fácil sería para los agentes mezclarse con ellos y pasar desapercibidos.

Para las personas que tienen algo realmente que ocultar, Tor les ofrece lo contrario del anonimato: señalarlos y ponerlos en el punto de mira de la vigilancia total de la NSA. Por eso, cuando la gente se entera de que las raíces de Tor provienen de los servicios de inteligencia, y su financiación del Pentágono, se queda consternada, conmocionada y sorprendida.

Desde el año 2006, el Proyecto Tor funciona como una organización sin fines de lucro con sede en Massachusetts. Que recibe fondos de una variedad de fuentes, incluidos donantes individuales;  de hecho, desde que la organización ha habilitado donaciones con Bitcoin, que permite a los usuarios enviar dinero de forma anónima, la organización ha experimentado un gran aumento de las donaciones.

Yasha Levine es un periodista de origen ruso que investiga sobre las empresas de software estadounidenses.

Antes de nada, debería explicar a los lectores que nunca oyeron hablar de Tor de qué se trata…

Tor es una herramienta que supuestamente permite ocultar tu identidad en Internet, imposibilitando a otros saber quién eres y qué estás haciendo en la red.  Basta descargarse una aplicación que se instala en Firefox y después activarla y navegar por la red. Tor tiene muchísimos seguidores y ha recibido el apoyo de personas como Edward Snowden, que lo promueven como solución al espionaje de la NSA.

¿Quiénes son los desarrolladores detrás de este programa?

Hay un pequeño núcleo de desarrolladores que trabaja a tiempo completo para The Tor Network, una organización sin ánimo de lucro creada en el año 2005. Tor es un proyecto de código abierto, en el que los voluntarios pueden contribuir a su desarrollo y en el que, hasta la NSA, envía periódicamente informes para resolver errores (‘bugs‘).

Colaboración que va mucho más allá. No es sólo que algunos desarrolladores tengan vínculos con agencias gubernamentales, sino que todo el proyecto ha estado tutelado, desarrollado y subvencionado por ellas.

Los orígenes de Tor se remontan a 1995, cuando científicos militares del Laboratorio de Investigación de la Marina estadounidense (Naval Research Laboratory) recibieron el encargo de desarrollar una tecnología que permitiese a los oficiales de inteligencia y militares emplear Internet en secreto sin miedo a ser desenmascarados por alguien que monitorizase su actividad en la red. Pongamos por caso, un hombre de la CIA accediendo a su correo electrónico desde Siria o tratando de infiltrarse en una comunidad yihadista y cualquiera que estuviese vigilando la conexión pudiera revelar su identidad.

Los científicos idearon el enrutamiento de cebolla (onion routing) como método exiledonlineque redirige el tráfico a una red peer-to-peer paralela y lo rebota aleatoriamente antes de enviarlo a su destino final. Se trata de desplazar la dirección de IP para  separar la información de origen y destino de una comunicación, haciendo imposible para un observador saber quién eres o lo qué estás haciendo en Internet.

Pero pronto se dieron cuenta de que anonimizar el tráfico era insuficiente si el sistema lo utilizaban exclusivamente ellos. Tor necesitaba ser utilizado por un grupo amplio de personas, cuanto más diverso mejor porque eso les permitiría ocultarse a plena luz del día entre la multitud.

Por ese motivo Tor se desvinculó de su patronazgo institucional oficial y se estableció como un proyecto independiente, de código abierto, aunque sólo en 2013, Tor recibiera el 90% de su financiación del gobierno estadounidense, y en concreto del Pentágono. Aunque Tor sea, básicamente, un contratista privado del ejército que opera sin beneficios, no por eso deja de ser un contratista del gobierno.

¿Cuál es en tu opinión, el objetivo de Tor?

Bueno… hay varios.  Tor cumple la función para la cual fue originalmente creado por la Marina estadounidense y DARPA, esto es, ser una herramienta que permita ocultar la identidad de los agentes del gobierno en Internet. Pero además, el programa podría ser una gigantesca trampa, para atraer a personas que tienen algo que ocultar,  seleccionarlos y vigilarlos más de cerca. Tor también se utiliza también contra países como China e Irán para dificultar su control de la red.

Así que Tor podría ser todas esas cosas: una trampa, una herramienta de la inteligencia estadounidense y un arma de guerra cibernética. Funciones para nada excluyentes, sino complementarias.

¿Cómo influye Tor en los activistas conocidos como “anarquistas digitales”?

La ideología libertaria está estrechamente conectada con la mitología de Tor y de tecnologías de privacidad en Internet.

Puede haber usuarios legítimos de Tor. Por ejemplo, Tor puede proporcionar a algunas personas en otros países una buena herramienta para evitar la censura en Internet, a las que no les importe demasiado si está intervenido por el gobierno estadounidense, porque no están ocultándose del gobierno estadounidense, sino de su propio gobierno.

Pero los partidarios de Tor van más allá, incluyendo a desarrolladores como Jacob Appelbaum, que se ha creado una imagen de rebelde antigubernamental, refugiándose en Berlín para huir de sus perseguidores de la NSA, que están en contra de adoptar medidas políticas contra la vigilancia, pensando que la solución es puramente tecnológica e individualista.

Y aquí es donde entra Tor en juego: no lo ven como una herramienta limitada, sino como una suerte de capa mágica que puede protegerles del Gran Hermano. Por supuesto, los partidarios de Tor se enfadan cuando descubren que esta arma antigubernamental se revela como una herramienta del mismo gobierno al que están combatiendo. Y en cuanto a gentes como Appelbaum, han vendido una imagen pública de rebeldes que luchan contra la NSA, cuando en realidad han estado viviendo gracias a la generosidad de su anfitrión. Y a nadie le gusta ser descubierto como un fraude.

(Extracto. Adaptación libre)


Imagen: TorProject.org|exiledonline.com

Fuentes: http://pando.com/2014/11/14/tor-smear/

http://www.lamarea.com/2014/12/27/yasha-levine-en-2013-tor-recibio-el-90-de-su-financiacion-del-gobierno-estadounidense/

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