Los servicios de estudios de las grandes empresas han calculado en 150.000 millones anuales de euros el impacto positivo en sus cuentas de las «políticas de género» que se practican en España.
Cada vez que se cambia la orientación sexual a un varón, se benefician las peluquerías, la cosmética, la industria farmacéutica, las clínicas de cirugía, etc.
Del mismo modo que les interesa también que la gente se separe y viva sola, porque así el consumo se duplica, ya que cada individuo se ve obligado a gastar en una vivienda, calefacción, electrodomésticos, muebles, electricidad, telefóno, internet… en vez de compartir el desembolso. Una forma como cualquier otra de hacer crecer la economía.
Se comprende que haya una legión de voces a sueldo dedicada a la defensa de estos intereses, pero indigna que se culpabilice a los que no comulgan con su credo y se resisten a vender su alma al diablo por un plato de lentejas como hacen ellos.
Imagen: elperiodico.com
Fuente: Facebook
No es oro todo lo que reluce, es un dicho popular muy al caso