El 5 de junio el Parlamento de Quebec (Canadá) rompió con el tabú de la prohibición de la eutanasia aprobando una ley de ayuda médica al final de la vida. El principio fundamental de esta ley es “asegurar cuidados a las personas al final de la vida, respetando su dignidad y su autonomía”. Pero la provincia de Quebec no va a ser una excepción y se espera que en el próximo mes de junio todo el país tendrá una ley similar, que permitirá a muchos enfermos solicitar ayuda para terminar su vida.
La medida se ha adoptado a iniciativa del Tribunal Supremo que juzgó inconstitucional el artículo del Código Penal que penalizaba “el suicidio asistido y la eutanasia”, dándole el plazo de un año para aplicar su dictamen.
La legalización de la eutanasia supone mucho más que «descriminalizarla»; implica que deje de ser un delito de homicidio para que morir con dignidad y plena libertad se convierta en un derecho.
De entrada la ley afectará a los adultos responsables que tengan 18 años o más, y cuando se lleven al menos 3 años de aplicación podrá aplicarse también a menores. La ayuda a morir podrá restarse tanto a enfermos con enfermedades terminales como a no terminales si su enfermedad es grave e irreversible y experimenta sufrimientos persistentes e intolerables, y también a pacientes con trastornos psicológicos.
Se avanza así en la desacralización de la vida humana que hasta ahora era considerada como un valor absoluto en la civilización cristiana y lastraba las culturas occidentales. El tabú, que persiste todavía hoy en muchos países, empezó a desparecer el año 2001 con la ley holandesa, seguida años después por Bélgica, Luxemburgo, varios Estados de EE UU y Suiza. Y en Portugal e Italia se está abriendo ahora el debate.
En España, algunos programas de partidos políticos abren el camino a la libre disponibilidad de la vida cuando esta en lugar de un valor acaba siendo un desvalor por circunstancias patológicas. Pero, todo está por ver, pues una cosa es la letra de los programas y otra los textos que alcanzan estar inscritos en las páginas del BOE. Estamos, pues, los españoles a la espera de una legislatura que no acaba de arrancar o que va a desaparecer.
En España, cuando Ramón Sampedro recurrió al amparo del Tribunal Constitucional, éste se evadió sin atender la petición de Sampedro solicitando que nadie fuera penalizada por atender su deseo de ayudarle a morir, porque él solo no podía hacerlo.
(Extracto. Adaptación libre)
Imagen: elmundo.es
Fuente: http://blogs.publico.es/estacion-termino/2016/03/29/el-supremo-de-canada-da-paso-a-la-muerte-digna/