mdemulher abril com brFue por pura casualidad que cayó en manos del Dr. Richard Gunderman (autor de The Health Care Blog), un documento titulado How to discourage a doctor (Cómo disuadir a un médico), cuyo contenido, resumido, se recoge a continuación:

La mejor estrategia para garantizar un resultado final favorable es reducir los costes. Y en el futuro previsible, el motor más importante de gasto, en prácticamente todos los hospitales, es su personal médico.  Aunque el salario de los médicos supone únicamente el 8% del gasto sanitario total (en EEUU, en España aproximadamente la mitad), se estima que las decisiones que toman los médicos sobre la medicación, pruebas y tratamientos que prescriben, sí realizan o no una cirugía, ingresan o dan de alta a un paciente, etc., influyen de forma decisiva, alrededor del 80%, sobre el coste sanitario. Por lo tanto, para conseguir un balance económico favorable, los directivos y gestores de la sanidad necesitan controlar a sus médicos.

La transformación de los médicos de profesionales independientes en meros empleados, ha aumentado la influencia del hospital sobre su toma de decisiones, algo que todavía se refuerza más vinculando directamente la compensación económica que recibe el médico al grado de cumplimiento de las políticas del hospital.

Sin embargo no basta con apretarles porque, como los médicos han invertido muchos años en el aprendizaje de su oficio y, mantienen su autonomía profesional en alta estima, todavía se toman muy en serio el aprecio, respeto y confianza que les otorgan sus pacientes, por lo que manejar la plantilla médica constituye un verdadero desafío.

Hay que demostrarles que no son tan importantes como ellos se creen. Durante demasiado tiempo los médicos han visto la relación médico-paciente como el centro del sistema de salud, y ahora deben tener la sensación de que esta relación no es el sol alrededor del que todo órbita, sino un aspecto marginal, secundario.

¿Cómo lograr este objetivo? Una lista completa de las técnicas a seguir está disponible para nuestros clientes, pero algunas de las medidas de más probada eficacia, se las adelantamos aquí:

  • Procure que el sistema sanitario resulte incomprensible para los médicos, haciendo que dependan de sistemas alejados de su campo, como la tecnología de la información y los sistemas informáticos… Aumente su sentimiento de incompetencia volviendo estos sistemas antipáticos y difíciles de manejar, y siempre que pueda, cámbielos”.
  • Promueva una sensación de inseguridad y precariedad en el personal médico. Un médico cómodo es un médico con confianza, y un médico con confianza en sí mismo, es difícil de controlar. Para socavar esa confianza, hágales sentir que sus puestos de trabajo peligran, que su remuneración es probable que disminuya y que depende del cumplimiento de los objetivos. Despida a uno o más médicos, asegurándose de que se entere bien todo el personal y contrate a sustitutos… Haga que cierto porcentaje de su sueldo sea ‘variable’ para que los médicos empiecen sentirse comprometidos con el hospital por lo que ganan”.
  • Transforme a los médicos de ‘tomadores de decisiones’salomonlaverdad blogspotcom en ‘ejecutores de decisiones’, convenciéndoles de que su buen juicio profesional sobre los pacientes no es lo más importante… Hágales sentir que su tarea no consiste en tratar a los pacientes con arreglo a lo que sus conocimientos y experiencia les dictan, sino en aplicar las líneas marcadas para atenderlos. Su contratación, despido, promoción, y todos los incentivos, deberán basarse en el esticto cumplimiento de las políticas y procedimientos establecidos por el hospital”.
  • Utilice la terminología y los métodos de la industria, de forma que los médicos se vean a sí mismos como unos trabajadores más de la cadena de producción, haciéndoles ver que no están trabajando ni rindiendo lo suficiente, y que su producción es baja e insatisfactoria”.
  • Aumente la responsabilidad de los médicos a la vez que disminuye su autoridad. Por ejemplo, hágales responsables de la satisfacción de los pacientes, pero asegurándose de que dependa de otros factores sobre los que los médicos no tengan control, como la amabilidad y trato del personal, las tecnologías utilizadas o la información que se les daSe trata de inducir en ellos ese estado que los psicólogos denominan de ‘indefensión aprendida’: que sientan que, hagan lo que hagan, no van a cambiar nada, para que se sometan dócilmente».
  • “Y por encima de todo, introduzca barreras entre los médicos y sus pacientes. Cuanto más conectados estén, mayor es la amenaza para el hospital. Intente que cuando los médicos piensen sobre su trabajo, la primera imagen que les venga a la cabeza sea el hospital, y que cuando los pacientes tengan problemas de salud, su primer pensamiento sea el hospital, no un médico en particular. Una técnica efectiva de asegurarse de que la relación médico paciente cambia continuamente, es cambiando continuamente de médico, de forma que lo único constante sea el hospital”.

El negocio antes que la salud.

Aplicando este manual, la señora Tatcher logró desmantelar la sanidad pública inglesa, la mejor del mundo en ese momento, que ya nunca más volvió a recuperar la calidad perdida.

(Extracto. Adaptación libre)


Imágenes: mdemulher.abril.com.br|salomonlaverdad.blogspot.com

Fuente: http://thehealthcareblog.com/blog/2014/09/18/how-to-discourage-a-doctor/

 

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