No creas todo lo que veas, por «real» que parezca, porque todo los contenidos que te llegan por vía tecnológica son susceptibles de ser manipulados y falsificados a voluntad. Y no solo los telediarios.
En la era de la Inteligencia Artificial no es fácil distinguir la realidad de lo espúreo, cuando, gracias a potentes algoritmos, se pueden fabricar imágenes y vídeos falsos de cualquier persona a partir de imágenes reales.
Hoy en día hacer videos de desnudos falsos se halla al alcance de cualquiera. El código para «quitar la ropa» a las fotos está disponible desde hace tiempo en repositorios de código abierto, y en los últimos tiempos han surgido diversas aplicaciones para hacerlo, como DeepNude en 2019, que convierte la fotografía de una mujer vestida en una desnuda.
Son herramientas idóneas para quien desee ejercer el poder y control sobre otra persona. Si hasta ahora era frecuente la difusión pública de imágenes y videos sexuales privados, conocida como porno de venganza, ahora la tecnología permite ir un paso más allá, y falsificarlos sin problema alguno, cometiendo un fraude en toda regla.
En diciembre de 2017 la reportera de Motherboard, Samantha Cole, descubrió que un usuario de Reddit utilizaba técnicas de Inteligencia Artificial (IA) para poner rostros de artistas famosas en vídeos porno. Los vídeos eran tan reales, que no se advertía la simulación. Cole advirtió que «mujeres anónimas serían las siguientes».
Se puede «resucitar» a los muertos, y poner en su boca cosas que nunca han dicho. Deep Nostalgia es una web que utiliza algoritmos de inteligencia artificial para animar fotos antiguas y hacer que tus antepasados te puedan sonreír, girar la cara o guiñarte un ojo.
Microsoft ha creado un programa capaz de imitar la personalidad específica de cualquier persona, viva o muerta, usando sus datos, imágenes, voz, publicaciones en redes sociales, correos electrónicos y cartas escritas a mano, construyendo «un avatar digital suyo que podrá vivir eternamente».
Ya ha habido casos en los que, videos fraudulentos, se han utilizado para desprestigiar, acosar y chantajear, a menores y a políticos, y la víctima se ha suicidado. Nos encontramos ante un abuso tecnológico muy grave, que no deja de extenderse, y cuyo objetivo ya no son personajes conocidos, sino que puede afectar a cualquiera.
(Extracto. Adaptación libre)
Imágenes: Sputniknews.com|cnet.com
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