Este video muestra por qué los movimientos sociales y las políticas públicas no deben ser financiadas por «mecenas» capitalistas, que los riegan con generosos fondos, para condicionarlas e instrumentarlas en favor de sus intereses, además de lavar de este modo su imagen.
No en vano quien paga, manda.
En este caso, la Fundación francesa de Nina y Daniel Carasso (familia propietaria de los yogures Danone), lo hace gratuitamente para «promover la producción de cercanía, el consumo de alimentos locales en Valladolid, así como defender su soberanía alimentaria». O lo que es lo mismo, la gran industria alimentaria apoya al pequeño productor local independiente.
Un objetivo tan natural como el yogurt.
Lo que esta fundación persigue en realidad es dar el abrazo del oso a las redes alimentarias alternativas, para ponerlas bajo su control sin que se percaten de ello y llevárselas al huerto.