El gráfico muestra la evolución de la esperanza de vida en varios países junto con el gasto sanitario por persona.
Cuanto más a la izquierda se ubica un país y más arriba, sus ciudadanos disponen de un sistema sanitario más eficiente. Y, al contrario, cuanto más a la derecha se encuentra un país y más bajo, peor es su sistema.
Cómo se puede observar, en los últimos 40 años, todos los países han aumentado la esperanza de vida incrementando ligeramente el gasto sanitario por persona (calculado con el coste de la sanidad pública sumado al de la sanidad privada).
Sin embargo, EEUU se desmarca totalmente de esta tendencia y se convierte en el país que más aumenta el gasto sanitario por persona, a la vez que menos incrementa la esperanza de vida. En EEUU el gasto sanitario por habitante en estos momentos es de 9.000 dólares para una esperanza de vida de sólo 79 años, mientras que, en España para una esperanza de vida de 83 años tenemos un gasto sanitario por persona de 3.000 dólares, cuando en los años 60 la esperanza de vida en EEUU era ligeramente superior a la española.
Otro caso que llama la atención, es el del sistema sanitario suizo que, prestado de forma generalizada por empresas privadas, se coloca cómo el segundo más caro del mundo, lo que demuestra que cuando no existe un sistema público, la sociedad termina pagando un coste mucho más alto a cambio de obtener una menor calidad (basta ver las exclusiones que aplican los seguros médicos).
La explicación es muy sencilla.
Cuando hablamos de un servicio de primera necesidad cómo es la salud, contar con un sistema público que presta el servicio con carácter universal, permite reducir globalmente los costes, aunque obviamente para que sea sostenible a largo plazo, debe ser lo más eficiente posible sin disminuir la calidad asistencial.
(Extracto. Adaptación libre)
Imagen: gurusblog.com|sociedad.elpais.com