El libro ofrece un original diagnóstico y una rica fotografía de la época en que vivimos en la parte «desarrollada” (?) del mundo. Me ha llamado la atención la profusión de datos que aporta, sin que su abundancia conduzca a la asfixia del lector.
Me parece certera la crítica del modo de vida actual: progreso-técnica-éxito. Veo guiños positivos hacia personas a las que quiero y a las que tanto debo, como Marx y Bakunin, en la crítica social, y en la unión de la propiedad privada y las «jerarquías» como raíz de muchos de nuestros males.
Me ha gustado mucho también la contraposición realidad-apariencia, de tanta actualidad hoy, el homenaje medido a Ellul, y sobre todo la propuesta de una ética personal y social desde otras perspectivas y hacia otros horizontes.
De ahí también el equilibrio de su crítica de la sociedad tecnológica en sus múltiples variantes (Segunda Parte), donde va emergiendo la humanidad y la conciencia frente a la tecnología mal entendida y peor utilizada.
De obligada lectura es la Tercera Parte del libro dónde se propone una utopía (vinculada a la óptimo, no a lo imposible) y el régimen de sociedad equisocialista.
20/05/2013