Caer bien es una cuestión de inteligencia emocional que escapa de nuestro control, pero a diferencia de las características fijas e innatas, como el cociente intelectual, la inteligencia emocional es una cualidad flexible que se puede mejorar adquiriendo hábitos adecuados.
Las personas que tienen esa cualidad, se comportan así:
Son auténticas.
A nadie le gustan las personas falsas. La gente gravita alrededor de las personas auténticas porque sabe que puede confiar en ellas. Es difícil estar a gusto con alguien que no sabes cómo es de verdad o que no sabes cómo se siente realmente.
La gente que cae bien se conoce a sí misma. Tiene la seguridad suficiente como para estar cómoda siendo y manifestándose como es, sin pretender ganarse el aprecio ajeno intentando agradar.
Hacen preguntas consideradas.
El mayor error que cometemos en general a la hora de hablar con los demás es que nos centramos tanto en lo siguiente que vamos a decir o en cómo nos va a afectar lo que está diciendo la otra persona, que no escuchamos a nuestro interlocutor. Oímos las palabras, pero no el significado. Esto se puede evitar fácilmente haciendo preguntas. A la gente le gusta saber que la están escuchando y algo tan sencillo como solicitar una aclaración demuestra que, además de que estamos atentos, nos preocupamos por lo que nos están diciendo..
No juzgan.
Si quieres caer bien, tienes que tener la mente abierta. A nadie le gustar conversar con alguien que tiene una opinión preconcebida inamovible y no está dispuesto a escuchar los argumentos de otros.
Para eliminar juicios e ideas preconcebidas, lo que hay que hacer es ver el mundo desde la perspectiva de otras personas. Esto no significa que tengas que creer en lo que creen los demás o justificar su comportamiento, simplemente significa que dejas de criticar el tiempo suficiente para entenderlas.
No buscan llamar la atención.
A la gente no le atraen las personas que buscan llamar la atención a toda costa. Lo único que necesitas para ganarte a la gente es ser amable, respetuoso y considerado con ella. Si lo haces, te darás cuenta de que la gente te presta más atención que si intentas demostrarles que eres una persona importante. La gente percibe tu actitud rápidamente y se siente más atraída por eso que por los conocimientos que tengas.
El hecho de que te acuerdes de los demás y aprecies su ayuda mostrará que eres una persona agradecida y humilde (dos adjetivos que están íntimamente ligados a las personas que caen bien).
Son coherentes.
Cuando otros están contigo, les gusta saber con quién están tratando y qué tipo de respuesta pueden esperar. Para ser coherente tienes que ser de fiar, y para eso tienes que asegurarte de que ni siquiera los altibajos emocionales hacen que los trates de forma diferente.
Su lenguaje corporal es positivo.
Utilizar un tono entusiasta, no tener los brazos cruzados, mantener contacto visual e inclinarse ligeramente hacia la persona con la que se habla, son formas positivas de lenguaje corporal que utilizan las personas emocionalmente inteligentes para atraer a los demás. El lenguaje corporal positivo puede marcar la diferencia en una conversación.
La forma de decir algo puede ser tan importante o más que el fondo.
Causan una buena primera impresión.
Ciertos estudios demuestran que la mayoría de la gente decide si le caes bien o no durante los 7 primeros segundos de conocerte. Y luego se pasa el resto de la conversación justificando internamente esa impresión inicial. Puede que esto dé un poco de miedo, pero, sabiendo esto, puedes aprovecharte de ello para conseguir caer mejor. Las primeras impresiones están íntimamente ligadas al lenguaje corporal positivo. Una postura erguida, un apretón de manos firme, una sonrisa y unos hombros rectos te ayudarán a darle una buena impresión a la persona con la que estás hablando.
Llaman a la gente por su nombre.
El nombre es una parte esencial de la identidad de cada uno, y sienta muy bien oír que otros lo pronuncian. La gente que cae bien se asegura de pronunciar el nombre de los demás. No deberías limitarte a llamar a la gente por su nombre solo al saludar. Hay estudios que demuestran que nos sentimos más valorados cuando la persona con la que estamos hablando se refiere a nosotros utilizando nuestro nombre durante una conversación.
Sonríen.
De manera natural, e inconsciente, la gente imita el lenguaje corporal de la persona con la que está hablando. Sonríe durante la conversación y los demás, inconscientemente, te responderán igual y se sentirán bien.
Saben a quién tocar.
Al tocar el hombro o dar un abrazo o un apretón de manos amistoso, provocas que su cerebro libere oxitocina, un neurotransmisor que hace que su cerebro te asocie con sensaciones positivas, como la confianza.
Por supuesto, hay que tocar a la persona adecuada de la manera adecuada en el momento adecuado, ya que el contacto físico no deseado o inapropiado produce el efecto contrario. Recuerda que las relaciones no solo se construyen con palabras, sino también con sentimientos, y que tocar a alguien de la manera apropiada es una forma estupenda de demostrarle que te importa.
Mantienen en equilibrio pasión y diversión.
La gente gravita alrededor de las personas apasionadas. Dicho esto, es fácil que las personas apasionadas pasen por ser demasiado serias o faltas de interés porque tienden a centrarse en su trabajo.
La gente que cae bien sabe mantener el equilibrio entre la pasión y la capacidad de divertirse. En el trabajo es seria, pero amable, restan importancia a las charlas insustanciales y cotilleos, y se centran en interactuar de forma más interesante, sacándole el máximo rendimiento a los momentos sociales de valor.
(Extracto. Adaptación libre)
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