El imperio norteamericano, que pega las puñaladas por la espalda, ha fracasado nuevamente en su intento de golpe de Estado en Venezuela de febrero de 2015, que se suma al dado contra Chavez en 2002, y a los recientes intentos de desestabilización de los gobiernos de Cristina Kirchner y Dilma Rousseff, en Argentina y Brasil respectivamente.
Pretenden volver a esos países una colonia más suya como Puerto Rico.
Como no pudieron acabar con Cristina con la ofensiva de los fondos buitre contra la deuda argentina, ahora le endosan a su presidenta una falsa imputación por asesinato del fiscal Nisman, que dio la vuelta al mundo en cuestión de segundos, hasta que se desmoronó. Pero ni uno solo de los medios que los acusan de populistas reconocen los avances sociales que ha conseguido Argentina con los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.
El 11 de febrero señaló Cristina en el Patio de las Palmeras: “¿Saben qué? El odio, el agravio, la infamia, la calumnia se los dejamos a ellos; nosotros nos quedamos con la Asignación Universal por Hijo, con las jubilaciones, con el matrimonio igualitario, con la ampliación de derechos, con los convenios colectivos de trabajo, con el mejor salario mínimo de toda la historia, con la industria nacional, con las inversiones en infraestructuras, con la educación, con las universidades, con los científicos, con las escuelas y con los jóvenes”.
Hoy le toca a Venezuela como ayer tuvo que soportar Cuba la invasión organizada por la CIA; hoy son Argentina y Brasil los protagonistas como pronto pueden ser Bolivia, Uruguay, Ecuador los que estén en el punto de mira del imperio. Y cómo olvidar la todavía reciente destitución del presidente Lugo en Paraguay o la del presidente Manuel Zelaya en Honduras, gracias a sus intrigas.
Las declaraciones de Maduro son precisas: el documento que iban a leer los golpistas fue redactado por un funcionario de la Embajada de Estados Unidos en Venezuela. Entre sus planes estaba el de bombardear el edificio de Telesur además del palacio presidencial de Miraflores.
El presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, informó de un plan desarticulado en el 2014, con el que la derecha planeaba – por medio del alcalde metropolitano Antonio Ledezma y del diputado Julio Borges- asesinar a Leopoldo López, líder de la oposición antichavista, para crear el caos en el país.Y el plan sigue en pie, mientras los medios de ultraderecha hablan de “crisis humanitaria” en Venezuela.
Igual que, el mismo fondo buitre, Aurelius Capital Management, que quiso darle el tiro de gracia a Argentina, ataca hoy a Brasil, lanzándose a por la compañía petrolera estatal Petrobras.
El imperio contraataca para recuperar lo que considera suyo: su «patio de atrás». Por si alguien ha olvidado que fue el Sr. Kissinguer, el palomo de la paz, el que patrocinó el golpe que acabó con el presidente chileno Salvador Allende y todas las dictaduras militares del cono sur.
(Extracto. Adaptación libre. Elaboración propia)
Imagen: telesurtv.net
