Benoît Hamon, calificado de “soñador” e “idealista” por su rival Manuel Valls, ha conseguido sin embargo imponerse a él, que partía como favorito, para convertirse en el candidato socialista a las elecciones presidenciales francesas a celebrar entre abril y mayo de 2017, al obtener el voto favorable del 58,65% de los 2 millones de militantes que participaron en la segunda vuelta de las mismas.

En 2012, Hamon fue nombrado ministro de Economía Social por François Hollande, pero 5 meses después dimitió de su cargo, erigiéndose en una de las principales voces críticas contra las políticas de austeridad, la reforma laboral y la deriva liberal del gabinete socialista.

Inspirándose en líderes políticos internacionales como Bernie Sanders, que despertó al electorado joven de izquierdas en Estados Unidos, y de Jeremy Corbyn, veterano líder del partido laborista del  Reino Unido, su mensaje se centra en “asegurar una sociedad respirable para los próximos 20 años”.

En su programa electoral, tan aplaudido por sus votantes, como denostado por sus oponentes, figura “el ingreso universal de existencia”, donde propone establecer un salario social universal de 750 euros mensuales para los mayores de 25 años. Propuesta calificada de “populista y demagógica”, con un coste estimado de 300.000 millones de euros anuales, que propone financiar fusionando las ayudas sociales existentes y luchando eficazmente contra la evasión fiscal.

Como él mismo sostiene:

“El PIB es una convención, pero la riqueza no refleja el bienestar real, el nivel de desarrollo o las desigualdades. La carrera permanente por el consumo lleva a la catástrofe. El crecimiento permanente es un mito. Por él sacrificamos nuestros derechos sociales y nuestros recursos naturales. Negociamos con los bancos, pero no con la naturaleza”.

Declaración de intenciones que ha plasmado en su programa electoral, donde plantea el abandono del diesel para 2025, alcanzar el 50% de energías renovables en 2050, así como luchar contra los pesticidas y fomentar el desarrollo de la agricultura “bio”.

Por querer salvaguardar los recursos naturales, pero también renovar las instituciones para apoyar y apuntalar una verdadera democracia participativa, Hamon ha sido comparado con formaciones políticas como Podemos.

Y, efectivamente, tiene varios puntos en común: se ha dirigido a los jóvenes, a la gente corriente de la calle, ha incluido en su discurso la ecología, el derecho a un salario mínimo, la reforma de las instituciones… aunque su metodología es diferente, pero con principios y objetivos comunes: dar más poder de decisión al ciudadano.

En su ideario político, aparece la instauración del artículo 49.3 ciudadano (en referencia al artículo que permitió al Ejecutivo de Hollande imponer su reforma laboral pese a las multitudinarias manifestaciones en su contra;  reforma que promete derogar)-, y que permitiría a los ciudadanos someter a referéndum un proyecto de ley, suspender su aplicación o impedir la adopción de un nuevo texto.

Crítico a la vez con las instituciones francesas, pero también con las europeas, Hamon propone la anulación de la deuda contraída por los países de la Unión Europea: “hay que aflojar la soga que ahoga a los países del Sur”, ha defendido en numerosas ocasiones. ¿Cómo? Adoptando un renovado tratado social europeo “para que la UE sea de nuevo sinónimo de progreso social”. El recelo del candidato socialista frente a las instituciones europeas no es nada novedoso, ya que en 2005 votó no en el referéndum para aprobar  la Constitución Europea.

Entre sus propuestas novedosas aparecen también la legalización de la marihuana y de la eutanasia.

Pese a su campaña hecha con pocos recursos, con unos sondeos que le dejaban en un triste tercer puesto en la primera vuelta de las primarias socialistas, y frente a un rival con tan pocos escrúpulos como Manuel Valls, su “utópico” proyecto, ha convencido a la “nueva generación”.

El gran reto que se plantea ahora Hamon es “reunir a toda la izquierda, desde la izquierda ecológica a la izquierda radical” para lograr derrotar a François Fillon, ganador de las primarias de la derecha, y a la líder de extrema derecha, Marine Le Pen que es quien en estos momentos encabeza los sondeos.

(Extracto. Adaptación libre)


Imágenes: unmondedeavance.eu|EFE

Fuente: http://www.elespanol.com/mundo/europa/20170129/189731545_0.html

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