La guerra fría concluyó hace ya varias décadas y ya es hora de que la propaganda dé paso a la historia, y la suposición al documento. Hace diez años que en Rusia se sabe que Stalin y su régimen mataron mucho menos de lo que se ha dicho. Que haya que quitarle un cero a la cifra de represaliados por Stalin, no cambia ninguna conclusión, ni altera los adjetivos. Simplemente, la capacidad de horrorizarse no debería estar reñida con la seriedad.

Entrevisto al historiador Viktor Zemskov en el Instituto de Historia de la Academia de Ciencias rusa. En 1989, cumpliendo una directiva del Politburó de Gorbachov, la Academia de Ciencias, encargó a Zemskov aclarar las dimensiones reales de la represión estalinista.

Zemskov tuvo, por primera vez, acceso a los archivos más secretos del Ministerio del Interior (Mvd-Mgb) y de la policía de estado (Ogpu-Nkvd) de Stalin. Allí se encontró con una documentación pormenorizada y exhaustiva de la máquina represora de Stalin; el Gulag (Administración Principal de Campos de Trabajo), las cárceles, la estadística de fusilados, deportados, etc. Resultó que el estado y sus matarifes llevaban las cuentas exactas de sus crímenes y fechorías con rigor burocrático.

¿Existen cifras exactas sobre la represión estalinista?

El criterio “represión” puede interpretarse de diferentes formas. Yo me limito a la “represión política”, es decir a los incriminados según el artículo 58 del código penal (“actividad contrarrevolucionaria y otros crímenes graves contra el estado”), que fueron condenados. Entre 1921 y 1953, pertenecen a este grupo unos 4 millones de personas.

De ellos, cerca de 800.000 fueron condenados a fusilamiento. Además, suponemos que alrededor de 600.000 murieron en presidio, por lo que las muertes por causas políticas fueron 1,4 millones.

¿Incluye ésta cifra de 4 millones, a los “kulaks” (campesinos acomodados), los pueblos deportados, etc?

Los “kulaks” se dividían en tres categorías. La de los detenidos y juzgados como delincuentes políticos que sí que entra en nuestra estadística, pero no la de los apresados y enviados a regiones del norte, ni la de aquellos que simplemente eran expulsados de los pueblos y se buscaban la vida, que eran las más numerosas.

¿Por qué no los incluyen? ¿Acaso el destierro y la deportación no son formas de represión?

Si, pero no eran juzgados. Sólo se les deportaba y se les confiscaba sus propiedades. Hay motivo para un debate…

¿O sea que si no está formalizado jurídicamente, todo eso no es represión?

Es la única manera de distinguir a los represaliados políticos del sufrimiento general.

Consideramos que a partir de 1918, cuando empieza la expropiación de los terratenientes, de los capitalistas, del clero, fueron represaliados quienes eran detenidos por la VCHK (la policía de estado), aunque, incluso si no ser detenidos, todos estos grupos perdieron todas sus propiedades.

Con los “kulaks” aplicamos el mismo criterio; los represaliados eran los detenidos, mientras que los deportados eran simplemente víctimas de las transformaciones socioeconómicas, crueles e igualitaristas. Esa circunstancia puede aplicarse a la mayoría de la población de la URSS, pues, de una u otra forma, la gente sufría, pasaba hambre, vivía mal, etc.

Los estudios más convincentes señalan que entre 1,1 y 1,2 millones de familias “kulaks” fueron destruidas en la colectivización, ¿cuántos miembros de ese colectivo de 5,5 a 6 millones de personas murieron?

La cifra aún no se ha establecido. Gracias a la estadística demográfica sabemos que en 1932 en Ucrania nacieron 782.000 y murieron 668.000, mientras que en 1933 nacieron 359.000 y murieron 1,3 millones. Está claro que la primera causa de muerte durante esos años fue el hambre.

Los nacionalistas ucranianos lo consideran un genocidio nacional, ¿está de acuerdo?

No, porque esa misma situación se dio con la población del Cáucaso del Norte, la región del Volga y Kazajstán, donde también se produjeron hambrunas. El estado soviético cometió un crimen contra todos los campesinos, independientemente de su nacionalidad.

Catorce nacionalidades de la URSS fueron deportadas por completo y 48 parcialmente. Sólo entre las etnias del Cáucaso se deportó a 650.000 personas en tres operaciones militares, vigiladas por un ejército de 100.000 hombres, sin contar 19.000 soldados del NKVD. ¿Qué se sabe de esa mortandad?

En la propia operación de deportación la mortandad no fue muy elevada. En el caso de los tártaros de Crimea, por ejemplo, murieron dos o tres personas en cada convoy ferroviario, en general ancianos. En total 191 personas.

Pero al llegar a su destino, en Uzbequistán, murieron por decenas de miles. En los primeros años de destierro la mortalidad superó con creces a la natalidad. Sobre los chechenos, no se sabe con exactitud, pero sucedió algo similar.

¿Por qué la estudiar sólo franja temporal 1921-1953? ¿Acaso concluyó la represión después de 1953?

Entre 1937 y 1953 la represión fue enormemente mortífera. En su periodo más cruel, 1937-1938, fueron condenadas más de un 1.300.000 personas de las que casi 700.000 fueron fusiladas. En 1951 fueron condenados casi 55.000, y en 1952, 29.000…

En 1958, con Stalin ya muerto los condenados fueron menos de 2,000, y los ejecutados por fusilamiento 69. Es decir, el volumen de la represión se redujo veinte veces en comparación con los primeros años cincuenta, y en centenares de veces comparado con los años 30.

¿Que le parecen las cifras sobre represión y mortandad en la URSS barajadas durante la Guerra Fría?

De lo que se trataba era de desacreditar al adversario. Occidente afirmaba que 50 o 60 millones habían sido víctimas de la represión, la colectivización, el hambre, etc. Es difícil rebatir ésas tonterías. La realidad es que la población del país fue aumentando por encima del 1%, superando el crecimiento demográfico de Inglaterra o Francia. En 1926 la URSS tenía 147 millones de habitante, en 1937 162 millones, y en 1939 170,5 millones. Los censos son fiables, y sus cifras son incompatibles con matanzas de decenas de millones.

Hoy día son mis cifras las que se barajan en las universidades.

¿Hasta qué punto son exactos los archivos del Gulag, del NKVD, etc., a los que usted accedió por primera vez gracias a Gorbachov?

La estadística del Gulag es considerada por nuestros historiadores como una de las mejores.

¿O sea, que los dirigentes conocían exactamente las dimensiones de su represión y de sus fusilamientos?

Sí. Informaban regularmente a Stalin. Un solo caso de un preso desaparecido en un naufragio o fugado, genera todo un dossier de documentos y correspondencia.

¿Se conoce cómo justificaban y argumentaban Stalin y su entorno estas matanzas y violencias?

Creo que de lo que se trataba era de deshacerse de la gente que no cuadraba con el proyecto comunista, así como de aquellos que tenían un gran instinto de preservación, aunque formalmente no fueran culpables de nada. Era una medida preventiva.

Mólotov le dijo una frase reveladora al periodista Felix Chuyev; “no esperábamos a que nos traicionaran, nosotros tomábamos la iniciativa y nos anticipábamos a ellos”.

¿Qué piensa como historiador? ¿Hasta qué punto es única la historia rusa desde el punto de vista de la gran mortandad política?

Con respecto a la historia de Inglaterra del XVII, la Francia del XVIII y la Alemania del XIX, lo de Rusia es único en el sentido de que eso ocurrió en el siglo XX, cuando ya existía una economía compleja e integrada que se hundió con la revolución. Se desmontaban las vías férreas, no había electricidad y todo se hundía, la gente moría de frío y hambre. Y antes de eso Rusia había sido un país civilizado. Es decir, que cuanto más civilizado es un país, tanto menos deseable es la revolución, por las terribles consecuencias que ésta tiene.

¿Quiere decir, que la modernidad, en lo que tiene de capacidad de matar, es lo que hace más temible a Stalin que a Gengis Kan?

Sí.

¿Se puede acusar a Marx por Stalin?

Marx hizo su teoría para Europa, no para Rusia y menos aun para China.

La represión no es posible en cualquier régimen comunista, sino sólo allí donde hay un fuerte y cruel despotismo, como en la Rusia de Stalin o en la China de Mao. Una represión como aquella ya no fue posible con Jrushov, Brezhnev o Deng Xiao Ping.

¿Qué pensó al entrar por primera vez en los archivos secretos del Gulag y constatar que las cifras de la represión eran mucho más bajas de lo que todos creían y decían?

Al principio me asombré. Luego comprendí rápidamente que en Occidente se había mentido mucho al respecto, pese a lo cual, todas las conclusiones acerca del carácter terrorista del régimen, por la represión a la que sometió a la gente, mantenían toda su vigencia. Sobre todo para que nada de eso vuelva a repetirse.

(Extracto. Adaptación libre)


Imágenes: Jano blogger|La Republica EC|Cordon Press|Publimetro

Fuente: https://rafaelpoch.com/2018/06/26/todos-los-muertos-de-stalin/#more-107

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