La llegada de los teléfonos inteligentes ha supuesto un cambio muy positivo en muchos aspectos, pero también ha permitido la «intromisión» en la vida privada y el tiempo libre de los empleados, algo que las autoridades francesas quieren evitar.
Por eso, dentro de poco, en Francia, enviar y responder correos electrónicos de la empresa una vez finalizada la jornada laboral, estará prohibido, según un acuerdo alcanzado entre dos grandes sindicatos, la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT) y la Confederación Francesa de Cuadros Directivos (CFE-CGC), y dos patronales del sector de asesoría técnica, ingeniería, servicios informáticos, recursos humanos y consultoría, para intentar poner fin a las jornadas laborales sin principio ni fin.
La razón es el alto nivel de estrés que estas llamadas y mensajes a destiempo generan a los empleados.
Si recibe apoyo suficiente la ley que prepara el país galo, acabará con los correos fuera de la jornada laboral, y se aplicará a todas las empresas con más de 50 empleados.
En virtud de ella, los trabajadores deberán apagar el móvil y el ordenador de trabajo durante 11 horas seguidas y no atenderán los correos electrónicos ni las llamadas de trabajo que se les envíen fuera de su horario, y las empresas tendrán la obligación de asegurar que esta medida se cumpla.
Hay que señalar que, en Francia tampoco se convocan reuniones de trabajo de última hora que obliguen a los empleados a salir tarde.
(Extracto. Adaptación libre)
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