JULIO MARENALESJulio Marenales Sáenz, el «Viejo» como se le conoce, es fundador y uno de los dirigentes históricos del MLN-T (Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros).

Permaneció 16 años prisionero, junto a Pepe Mújica y otros guerrilleros, como  rehenes de la dictadura militar  uruguaya  de 1973 a 1985, en condiciones infrahumanas de tortura, incomunicación y bajo amenaza de ejecución inmediata si alguna acción del MLN-T  tenía lugar en ese período.

En 1985 con el retorno de la democracia parlamentaria al país se produjo su liberación, el abandono de las armas y el ingreso a la arena electoral con la integración del MLN en la coalición Frente Amplio, con la que Pepe Mujica fue elegido Presidente  el año 2009.

Considerado del ala «radical», acumula años de experiencia en la clandestinidad y tres balas en el cuerpo, sigue activo políticamente y constituye uno de los referentes del Movimiento de Participación Popular (MPP), frente político-electoral del MLN, pero a diferencia de Pepe Mújica, nunca presentó su candidatura a cargos parlamentarios.

Incisivo como siempre, no oculta su cuestionamiento de fondo al gobierno de Pepe Mújica y, a sus 85 años, se muestra porfiado y firme a la vez, como una roca milenaria.

¿Alguna vez, durante los años de prisión como rehén de la dictadura, pensó que todo lo que hizo no sirvió de nada?

No, nunca. Los procesos históricos son largos. El capitalismo para afirmar e imponer su supremacía necesitó 500 años.

¿Se arrepiente de algo?

De nada. Uno tiene que asumir los aciertos y los errores como algo normal, y que las cosas que salieron mal, no se hicieron así adrede.

Con respecto al uso de las armas pienso como Von Clausewitz, el alemán que: “la guerra es la continuación de la política  por otros medios”. Lo pensaba antes, y lo sigo pensando. Ahora bien, el uso de determinados instrumentos lo marca la coyuntura histórica y entiendo que estamos haciendo lo correcto, pero no renuncio a ningún procedimiento y menos cuando el enemigo de clase actúa político-militarmente.

¿Que significa ser Tupamaro?

Luchar contra la injusticia. Soy Tupamaro de manera natural. Desde que apareció el Estado y las diferencias de clase, apareció la injusticia. Llevo toda la vida luchando contra ella, aunque de diferentes formas, claro… ¿qué sentido tiene la lucha armada en un mundo con el poderío militar que tienen los yanquis?… Vietnam no venció militarmente a Estados Unidos, lo venció políticamente.

¿Y el enemigo hoy quién es?

Pepe Mújica dijo que no tiene enemigos, sino adversarios, pero en eso discrepo, yo soy un hombre de abajo y trabajador, y aunque pueda haber algún capitalista benévolo, el capitalismo se basa en la explotación del hombre por el hombre.

Yo soy anticapitalista. La ruptura de la dependencia no la vamos hacer solos los uruguayo, ni los brasileños solos, ni los venezolanos solos. Tenemos que hacerla todos juntos.

Ahora es buen momento para preguntarle como evalúa al gobierno de Mújica…

Como un gobierno progresista, como lo va a ser el de Tavaré, su sucesor en el cargo.

El proyecto nuestro ha sido reconstruir el aparato productivo del país, que se deshizo. En Uruguay durante la  la Segunda Guerra Mundial y después de la guerra, se desarrollaron, como en casi todos los países de América Latina, industrias de sustitución… había fábricas textiles, mecánicas, metalúrgicas…,  pero  cuando volvieron de nuevo los productos extranjeros, la industria nuestra, no podía competir con la suya. El proteccionismo que teníamos era insuficiente y eso hizo que nuestra industria pereciera. 

A Uruguay, si no se lo protege, no puede. Nuestro mercado interno, es chiquitito, de poco más de tres millones y medio de habitantes… ¿y qué fue lo que le permitió mantenerse durante la guerra?… que no llegaban productos extranjeros, y que lo que producíamos, lo hacíamos para el mercado interno, no para la exportación, y la gente tenía trabajo y comía y vivía mejor que ahora.

No es con el mercado como se resuelven los problemas, sino con la política, porque la política orienta la economía de determinada manera y crea determinado mercado. El mercado interno se desarrolla con una política de mercado interno.

Uruguay siempre fue un país europeizante, somos todos descendientes de italianos, de españoles; las razas indígenas prácticamente desaparecieron. Tanto, que en esa época nos llamaban la Suiza de América. Es increíble, pero resulta que Uruguay… se latinoamericanizó con la miseria. Las clases medias de Uruguay que tenían su fuerza, se pauperizaron, y gracias a eso, comenzamos a mirar a América. Porque hasta entonce no mirábamos a América, mirábamos a Europa.

¿Esperaba más del gobierno de Mujica?

taringanetUn programa es como una partitura. Yo quería ver cómo iba a tocarla, y  esperaba que Mujica forzara un poco más las cosas, porque se supone que Pepe no es un progresista, sino un revolucionario y que por eso está en el MLN, pero él mismo señaló que «no se puede tirar mucho de  la manta, porque si no los pies se quedan fuera», refiriéndose a las demandas de los trabajadores.

Defino «progresismo» como el pensamiento y la acción tendentes a neutralizar lo más negativo de la sociedad capitalista, pero sin cambiarla, mientras que considero revolucionario avanzar en el sentido de una transformación profunda de la sociedad, aunque no de violencia política con armas. Porque como nos recuerda el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Llinera, «los revolucionarios no hemos venido a gestionar mejor el capitalismo».

Sin duda todavía no ha sido posible, en ninguna parte, construir la vía hacia esa nueva sociedad, porque los cambios profundos no son de un día para otro, sino que son procesos largos.

Copérnico revolucionó la Cosmogonía y no tiró un hondazo. Yo esperaba eso, un revolucionario que empujara. Y si no puede, no puede. Pero no, se quedó en el progresismo. Evidentemente, se ha convertido en un personaje internacional que ha sido aceptado por el capitalismo mundial. Evo Morales también tiene una raíz de abajo, sin embargo no lo aceptaron como al Pepe, porque le planta cara.

El gobierno esta gestionando el Estado de una sociedad capitalista, y yo estoy trabajando a favor de otra cosa. No digo que no sea necesario hacer lo que se hace, al contrario: la etapa progresista de mejorar las condiciones de vida de los sectores más desfavorecidos hay que atravesarla, porque con la gente que come de la basura no podemos hacer política. Pero yo distingo progresista, de izquierda.

Yo estoy en una fuerza que quiere cambiar el sistema, no solo mejorar el gobierno y la forma de gobernar. Porque  limitarnos a administrar bien y tener conforme a la gente, para lo único que sirve es para consolidar el sistema. No se puede hacer socialismo con un gobierno progresista.

Yo traté de dar esa lucha política-ideológica, pero la perdí. De poco sirve que maneje otras ideas, si estoy solo acá. En mi opinión el MPP se ha transformado en una organización electoralista, dedicada a juntar votos, que no tiene ideología.

En 1989, en las primeras elecciones después de la dictadura, no presentamos candidatos porque si lo hacíamos, nos dividíamos. Había compañeros que no querían saber nada de eso. Pero después analizamos el tema y dijimos: si no estamos en la lucha armada no tiene sentido que no ocupemos ese frente de lucha.

El problema es que hace años que estamos en el Parlamento y observo la velocidad a la que el sistema va agarrando a los compañeros que están ahí. El sistema es un pulpo. A la socialdemocracia y a los partidos comunistas europeos el sistema los fagocitó. Un compañero lo dijo muy bien cuando ingresó por primera vez al Parlamento: entramos en la fortaleza enemiga.

Pero el Frente Amplia ha ganado de nuevo las elecciones.

Desde el punto de vista electoral, todo un éxito… pero nos quedamos en eso. Cuando se institucionalizó, el sistema se lo tragó. El poder está en otro lado. Es decir, que estamos en una sociedad en la cual, desde el punto de vista estratégico, nos encontramos en una correlación de fuerzas desfavorable. El Estado uruguayo es una estructura organizada y construida para mantener la hegemonía de las clases ricas, en la que los trabajadores no se pueden salvar solos. Por eso ha habido que juntar a todos los que tienen intereses no coaligados con lo foráneo, y ya veremos después cómo resolvemos las contradicciones internas.

Los sectores económicos que detentan el poder real, porque no lo tiene el Frente Amplio, lo están tolerando porque les resulta útil. Cualquier capitalista inteligente tendría que darle cancha al Frente porque si no este país no les servía ni a ellos… se hundía. El Frente ha hecho mejor trabajo para ellos que sus peones a sueldo. Hay empresarios cuyos intereses están estrictamente circunscritos al país, que se están arrimando a este proceso nuestro porque ven que las transnacionales y los gobiernos neoliberales los matan. Por obra de las políticas anteriores en el plano económico, cantidad de gente, sobretodo productores agropecuarios, se vieron al borde de la ruina.

Intuitivamente yo pienso que la inversión extranjera que está llegando puede significar una nueva dependencia, porque no la decidimos acá, la decidieron en otro lado, e instintivamente eso no me gusta. Los acuerdos con esas empresas, si hay litigio, se resuelven afuera, no aquí, pero tampoco tengo demasiados argumentos como para decir que está mal. En cualquier caso no somos los militantes los que tenemos que estar conformes con lo que se está haciendo, sino la gente en su conjunto.

¿Y qué papel  juega el Frente Amplio?

JULIO MARENALESEl Frente Amplio no va a hacer la revolución, va a tratar de mejorar el sistema, y eso es valioso estratégica y humanamente porque al que come de la basura le importa un bledo la democracia, el socialismo y todo eso. Entonces, crear empleo y que la gente pueda comer y tener un techo, constituye un logro importantísimo.

El conformar un frente tiene la virtud de aglutinar distintas corrientes, que tienen que priorizar, por supuesto, las cuestiones esenciales que  permiten trabajar juntos, pero que hace que, a la vez, cada corriente tenga sus matices, sus diferencias, porque difícilmente se va a lograr que coincidan en todo.

Socialismo no hay en ningún lado. El otro día en una reunión, llena de radicaletas les dije: el socialismo real fue una experiencia de la humanidad que fracasó y todavía no hemos conseguido una acumulación de fuerzas suficiente como para estar en condiciones de volver a dar esa batalla.

Los medios de comunicación de masas operan como un partido político…

En todos los países, y en el nuestro, igual, todos los medios están en manos capitalistas. Como tampoco desde arriba se fomenta la participación…  ¿pero qué, nos vamos a quedar lloriqueando?… Yo les digo a los compañeros: aceptemos que los dirigentes son una manga de cretinos, que no quieren que la base participe para no perder poder… ¿entonces no hacemos nada?… No, compañeros, yo no le pido permiso a nadie para trabajar; apoyo la rebeldía totalmente, la organización de la gente desde abajo y que marchen por sus fueros, sí señor.

Peleo por el pensamiento propio, cosa que nunca me impidió trabajar colectivamente, para que no pase como pasó en el campo socialista, que hubo una contrarrevolución sin pegar un solo tiro, porque la gente estaba vacía y nadie defendió nada.

(Extracto. Adaptación libre)


Imágenes: Tercera información| Manuela Aldabe | taringa.net

Fuentes: http://brecha.com.uy/el-guerrero-sin-reposo/

http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article86303

http://www.republica.com.uy/marenales-los-ricos-no-estan-aportando-como-debieran/470685/

http://www.insurrectasypunto.org/index.php?option=com_content&view=article&id=2079:uruguay-entrevista-a-julio-marenales-dirigente-historico-del-mln-tupamaros-&catid=7:notas&Itemid=7

http://www.chasque.net/mlnweb/opinion/EntrevistaMarenalesSotillo.htm

http://www.montevideo.com.uy/auc.aspx?171685

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