La revista profesional “The World of Food Ingredients”, que se presenta como “líder en nutrición”, informa que en agosto de 2013 se sirvió por primera vez, en un salón en Londres, una hamburguesa creada íntegramente a base de carne cultivada.
Según el autor del artículo, Henk Hoogenkamp, experto en proteínas mundialmente conocido y especialista en biomateriales y medicina regenerativa, se trata del preludio de una revolución alimentaria de ámbito mundial.
La técnica consiste en extraer células madre del músculo de un animal y hacer que se reproduzcan en laboratorio en un baño de nutrientes. El resultado es “sorprendentemente parecido a la carne animal”, nos explica. El mayor problema, no obstante, será convencer a la gente para que consuma esta carne creada en laboratorio, pero Henk Hoogenkamp tiene la solución:
“El problema de que los consumidores no acepten la carne de cultivo es casi más importante que los problemas tecnológicos en sí. Va a resultar esencial que se combine la carne de buey de cultivo con otros tejidos animales como la grasa, los tejidos conjuntivos y la sangre. El color rojo de la carne procede de la hemoglobina, pero es posible añadir a la carne cultivada un colorante natural de hemoglobina, que se puede comprar, que contiene glóbulos rojos. No obstante, en el futuro, también será posible producir glóbulos rojos en laboratorio, lo que suprimirá la necesidad de contar con sangre animal”.
Ocurre lo mismo con las grasas y resto de tejidos. Pero esto no es todo. Henk Hoogenkamp explica también algo tan interesante o más que el cultivo de carne: y es que ya es posible criar insectos de forma industrial para proporcionar las proteínas necesarias para la alimentación humana. Pero para que se puedan consumir, hay que mezclar estas proteínas de insectos con sustancias vegetales:
“Las proteínas de los insectos son de alta calidad y también se pueden adaptar para simular los tejidos animales. Además, las proteínas hidrolizadas de insectos se pueden añadir a las proteínas vegetales para completarlas con aminoácidos esenciales. Después de las bacterias y los hongos, los insectos se encuentran entre los organismos más eficientes del planeta, ya que necesitan poca energía y alimento para desarrollarse. Ya se cuenta con el conocimiento y la tecnología necesarios para cultivar insectos, que ofrecen ventajas comparables a las de la carne cultivada”.
Henk Hoogenkamp señala que una única extracción de células madre de un solo animal podría producir 20.000 toneladas de buey de cultivo o, dicho de otra forma, 175 millones de hamburguesas. Actualmente, más del 50% de la producción de carne de buey se consume picada, en forma de hamburguesas o platos preparados, pero no hay razón alguna para seguir produciéndola a gran coste con animales vivos.
La carne cultivada es también, según su criterio, más sana, ya que no hay riesgo de contagio por salmonela, escherichia coli o por la enfermedad de las vacas locas. Su consumo reduciría el riesgo de cáncer, enfermedades cardiovasculares y diabetes en los humanos, y evitaría tener que sacrificar animales vivos.
Afirma además que la carne cultivada es claramente más ecológica que la carne del ganado, cuya producción requiere 9 kilos de alimento y 2.000 litros de agua, aparte de que, la cabaña ganadera ocupa el 70 % de las tierras agrícolas fértiles, ya sea para pastos o para obtener alimento para el ganado.
“La carne de buey de cultivo podría reducir las necesidades de tierras agrícolas y, respecto a las explotaciones ganaderas, también reduciría la emisión de metano y de gases de efecto invernadero. La producción de carne in vitro con células madre, también llamada carne cultivada, es posiblemente una alternativa ecológica y sostenible respecto a los ciclos de crecimiento ineficaces del ganado”.
Sin duda éste es el motivo por el que Sergey Brin, cofundador de Google, que está siempre a la vanguardia de la innovación, ya ha invertido importantes sumas de dinero para el desarrollo de este nuevo concepto de cultivo.
Probablemente en poco tiempo la gente termine por acostumbrase, y llegará el día en que nuestros hijos y nietos ni siquiera se lo planteen, porque les dará exactamente igual de dónde ha salido la carne que hay dentro de su hamburguesa (como de hecho ya les ocurre hoy a muchos) .
(Extracto. Versión libre)
Imágenes: euroinnova.edu.es|grupomotta.com
Fuente: Tener S@lud