Tanto profesionales como padres perciben que no se aprende lo neesario en las escuelas…
Antes que nada hay que precisar que hay al menos dos educaciones, si no más.
Una enseñanza de “las clases inferiores”, orientada a la obediencia, y otra de “las clases superiores” orientada al dominio, a crear tiburones. Tiburones y borregos. Así funciona este mundo.
Los que lo gobiernan quieren que seamos piezas útiles del sistema. Para ello necesitan idiotizar a la población, infantilizarla, volverla analfabeta, miedosa, dócil, sumisa, insegura de sí misma y de sus capacidades, incapaz de reaccionar ante lo que sucede y de comprender los mecanismos del poder…
El grado de manipulación mental a través de la educación, los telediarios, los programas de televisión, los videojuegos, la música pop, las estrellas de Hollywood… es sobrecogedor.
El público ignora que las noticias de la televisión no persiguen informar, sino ofrecer la imagen del mundo que conviene a las élites que lo dirigen, y que lo mismo sucede con la enseñanza.
Como tantas cosas, la ingeniería social comenzó hace siglos, ¿no?
Es tan antigua como el hombre.
Ya Platón en La República habla de la necesidad de controlar los nacimientos de las clases inferiores… este sistema de esclavitud lleva milenios en funcionamiento.
Pero sí es cierto que la Revolución Francesa marca un punto de inflexión: la ilusión de la democracia.
En 1789 la vieja aristocracia fue reemplazada por una nueva élite, la de las familias de la Banca. Hoy la Banca manda desde la City de Londres, la Tecnología desde Alemania y el Ejército desde el Pentágono.
La UNESCO, como la ONU, es un nido de burócratas nombrados a dedo que cobran sueldos de escándalo para que no cuestionen el sistema, de forma semejante al Parlamento Europeo, que carece de poder ejecutivo, pero que nadie lo denuncia.
¿La educación pública opera como herramienta de poder?
Según lo que he investigado, el proyecto de control de la población a través de la educación se realizó en dos fases: la primera, en tiempos de Napoleón, cuando tanto en Francia como en Alemania comprenden que para que el ejército obedezca, el soldado no debe pensar por sí mismo.
Es interesante señalar que la educación pública estatal tiene un origen militar en el contexto de las guerras napoleónicas, que corre paralelo a los movimientos nacionalistas: se trataba de generar un ejército nacional dispuesto a morir por el Estado, a cambio de un plato de lentejas, porque hasta entonces los ejércitos estaban compuestos por mercenarios. Así nace la escolarización obligatoria estatal que se disfraza de servicio público, cuando en realidad lo que busca es que la población no se desarrolle libremente, sino que se someta.
La segunda etapa tiene que ver con la segunda revolución industrial y la necesidad de contar con un ejército de obreros sumisos y disciplinados para la industria.
Un campesino no hubiera ido jamás a trabajar a una mina por un sueldo de miseria: así que hubo que obligarlo. La migración del campo a las ciudades fue provocada deliberadamente: se dictaron leyes que permitieron a los terratenientes arrebatar a los campesinos sus tierras y las tierras comunales. Desposeídos de sus medios de vida, no tuvieron más remedio que ir a las ciudades, convertidos en mano de obra desesperada y barata, dispuesta a aceptar cualquier trabajo que se les ofreciera con tal de no morir de hambre.
¿Cúal ha sido su evolución?
Delegamos la educación en los docentes, los docentes delegan los contenidos en los libros de texto, y si no comulgan con las ideas impresas, se callan. Todavía estoy esperando una manifestación de los docentes en contra de los libros de texto. Salen a la calle cuando les quitan la paga extra, pero no cuando les obligan a manipular las mentes de los niños.
Cuando los alumnos tienen dificultad para prestar atención, en lugar de cuestionar el método educativo y los contenidos curriculares, se acusa al niño de déficit de atención y se le manda a un experto quien no tiene reparo alguno en medicarlo con fármacos que lo atontan. Estos niños no mejoran, pero ya no molestan. Los psicólogos infantiles están drogando legalmente a los niños.
Los padres tienen largas jornadas de trabajo y cuando llegan a casa, están rendidos, no tienen tiempo, ni ganas, ni fuerzas para atenderlos.
El dinero regula cada vez más el acceso a la educación superior, universitaria, que se vuelve más restrictiva, clasista y elitista que nunca.
Por otra parte, la “liberación de la mujer” también ha sido una gran operación de ingeniería social para sacar a la madre del hogar y destruir las familias, doblando la mano de obra disponible y entregando a sus hijos antes al sistema educativo… ¡es monstruosa una sociedad en la que una madre debe abandonarlos con sólo 5 meses en manos extrañas!
(Extracto. Adaptación libre)
Imágenes: nacionhumanauniversal.com|espacioholítico.wix.com
