La revista Exarchia entrevista a Daniel García, militante de Izquierda Anticapitalista y colaborador de la web www.filantropofagos.com.

¿Cómo llegaste a investigar todo esto, a coger el hilo y seguir desenrollando la madeja?

Esto en realidad tiene dos hilos. Uno mío personal y otro ajeno, externo. El mío personal viene de una cosa tan sencilla como que veía gente con chalecos de ONGS en la calle y un día comencé a cuestionarme muchas cosas: ¿eran voluntarios?, ¿trabajaban?, ¿cómo lo hacían? y ¿para quién?

COLECTA-ANUAL-CRUZ-ROJA-08Y empecé a investigar por qué trabajaba la Cruz Roja con unos chicos que recurrían constantemente al “¿tienes un minuto para mí?”. Después de tener incluso una reunión con responsables de Cruz Roja descubrí que la captación de socios era un trabajo muy mal pagado en el que se cobra en función de unos objetivos fijados por una empresa de servicios que se llama Wesser and Partner, que está haciendo negocio con la captación de fondos.

Descubrí que el 70% de la cantidad que se donaba el primer año iba para la empresa externa y sólo el 30% para Cruz Roja… y que eso era una estafa, porque no se informaba a la gente. Y a partir de ahí me interesé por el tema de las fundaciones, de las ONGS y del negocio montado alrededor de la filantropía.

El tema me enganchó, pero lo que me movió fue la curiosidad. Ninguno de los que trabajamos en Filantropófagos somos periodistas realmente, somos gente curiosa que se pregunta si detrás de las buenas palabras siempre hay una buena causa, quién está detrás, por qué, y qué se pretende conseguir con estas acciones.

¿Filantropófagos nace antes o después de que te surgieran estas inquietudes?

Filantropófagos nace después. Hay un momento en el que varias personas nos preguntamos cómo empezar a volcar toda esa información que teníamos; entonces decidimos abrir una web y empezar a escribir artículos, a contar nuestras pequeñas investigaciones…

Cuando hablas de penetración del gran capital en los movimientos sociales, ¿a qué te refieres exactamente?

A una nueva estrategia. Digamos que los grandes capitales, se dan cuenta de que estamos en un momento de cambio en el que mucha gente se cuestiona el capitalismo, incluso gente poco crítica que a lo mejor antes no lo hacía.

rockefeller educate-yourself.orgComo hay un ataque sistemático a los derechos sociales y a los servicios del estado de bienestar, eso supone crear nuevos nichos de negocio. Entonces se plantean cómo entrar en ellos.

Esas herramientas son las fundaciones y dentro de ellas, los emprendedores sociales, personas dinámicas, digamos líderes, que vienen de abajo, que conocen a gente y que son captados por las fundaciones. Pongo un ejemplo: los huertos urbanos.

Los huertos urbanos se pueden crear de dos maneras: o bien un grupo de ciudadanos se juntan para recuperar un espacio y plantar en él, o a lo mejor una fundación como Repsol, a través de Hortícolas X, monta un huerto urbano. Es decir, que lo mismo, se puede llevar a cabo desde arriba o desde abajo. Y por supuesto los intereses de los de abajo son unos y los de arriba otros muy diferentes.

¿Los emprendedores sociales son una marca registrada de una empresa o una fundación?

Se utilizan por parte de muchas fundaciones, pero realmente quien introduce el concepto en España es la fundación Ashoka mediante el premio Principe de Asturias 2011 a la cooperación internacional, concedido a Bill Drayton, fundador de la misma en EEUU. Es esa la persona que acuña el término “emprendedor social” y la estrategia a seguir.

¿Podrías poner otros ejemplos?

Un emprendedor social, que tiene una empresa cooperativa de vivienda que se llama “techo cívico”, sostre civic en catalán, está a sueldo de la fundación Ashoka durante tres años, y uno de los financiadores es el BBVA.

Nos encontramos pues con que alguien que se financia con el BBVA, un banco que se caracteriza por desahuciar a la gente, luego apoya un proyecto de “techo cívico” para dar nuevas oportunidades y soluciones a la gente.

Es muy curioso el lenguaje. Ya no se habla de derechos, se habla siempre de necesidades. Necesidad de sanidad, necesidad de vivienda… con lo cual, al convertirse en necesidades podrás optar a satisfacerlas en función de si tu renta te lo permite, porque ya no tienes ese derecho.

Hablemos de Ashoka: ¿desde cuándo existe?, ¿qué hace?, ¿a qué se dedica?

Ashoka es una fundación filantrópica de EEUU. Su fundador es Bill Drayton, un estadounidense que previamente formó parte de una consultora muy grande que es McKynsey.

Ashoka está presente en más de 70 países. Fundamentalmente establece alianzas estratégicas con empresas del gran capital: bancos, petroleras, consultoras, escuelas de negocio neoliberales… Un aliado básico de Ashoka es Avina, la fundación creada por Stephan Schmidheiny, un magnate suizo del amianto procesado en Italia, que ha sido sentenciado a un montón de años de cárcel y multas millonarias por la cantidad de muertos que han provocado con el amianto sus industrias.

¿Cómo se llega a ser emprendedor social de Ashoka?

Para ser emprendedor social de Ashoka te tiene que nominar otra persona, una vez que ya estás insertado en algún campo de actividad social, pero después tienes que pasar un rigurosísimo y alucinante proceso de selección.

El proceso consta de cinco etapas. En la primera, una de las preguntas que sale en la guía de nominadores es que la persona que te nomina tiene que compartir todo tipo de información sobre ti, como cuáles son tus ideales sociales y políticos, porque buscan asegurarse de que el emprendedor social al que captan cumple un requisito que ellos denominan “pragmatismo”, y que significa “que no posees vicios ideológicos”, cuando evidentemente su ideología es neoliberal.

¿Qué relación hay entre la caridad más tradicional y estas nuevas estrategias?

La diferencia es que la caridad tradicional se concibe como el típico mercadillo que vemos en Madrid en el barrio de Salamanca; gente rica que da cosas para la gente más pobre, mientras que esta nueva caridad se plantea como un negocio, algo que permite ganar dinero con la pobreza.

¿Cómo? En esto siempre pongo el mismo ejemplo y es una plataforma que existe para unir a la gente para que no sea desahuciada: la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). La PAH ocupa bancos, intenta cambiar la ley, presiona, hace escraches a los políticos, asesora a las familias, se resiste a los desalojos…

En cambio hay otra plataforma de crowfunding que se llama Doafund, en la que ves una fotografía de una familia a la que van a echar y tú desde tu casa, con el ordenador puedes donar 2 ó, 5 euros… porque no se trata de actuar y de cambiar las cosas, sino de limpiar la conciencia.

El dinero que se dona es para que paguen la cuota del banco, pero la empresa intermediaria saca un dinero de eso.

Otra, Shopciable se presenta como “el primer centro comercial solidario online”. Tú compras unas zapatillas o unas gafas y eliges la ONG a la que quieres donar un porcentaje para que alguien se compre unas cabras en Ghana, o una niña con una enfermedad rara tenga derecho a asistencia médica. Es decir que la asistencia sanitaria de una persona enferma y pobre depende de que tú consumas su producto. Algo completamente perverso y que fomenta además una especie de competencia para ver quién da más pena y así puede sacar más dinero.

Luego no se trata sólo de incluir en los movimientos sociales objetivos de mercado como ganar dinero, sino al mismo tiempo de introducir valores ideológicos.

Absolutamente. Es como el ejemplo de las plataformas de firmas electrónicas, que todos utilizamos y yo he usado hasta que me borré. El ejemplo más claro es Change.org. Firmar en Change.org no sirve para nada y lo mismo hay una campaña para liberar a un chimpancé del zoo de Tenerife, que una llamada para conseguir tratamiento contra una enfermedad.

oblogdoseupc.com.brEn realidad estas campañas lo que hacen es recopilar datos de la gente que firma, firma que no tiene ningún valor, pero que le hace sentir que “yo que he firmado, soy un activista, un ciberactivista”. A parte de esto, Change.org es un negocio que está en EEUU en un paraíso fiscal que es Delaware.

Al final y eso es lo importante todo sale de las fundaciones privadas y escuelas neoliberales de negocios, como ESADE o la IESE, vinculadas a órdenes religiosas como los jesuitas y el Opus Dei.

Nos estás proporcionando mucha información y datos, ¿te ha resultado fácil acceder a ella?

Aunque está accesible hay que dedicarle mucho tiempo, y pararse a cruzar conceptos, contrastar datos y unir unas cosas con otras. Al final todo lleva a pensar que es una estrategia pensada para un momento de cambio en el que la gente busca otras maneras de actuar y de vivir.

De hecho, es gracioso porque siempre nos hablan de cambiar el mundo. La frase de Ashoka es “Todos podemos cambiar el mundo”. Siempre es cambiar, cambiar y cambiar; no se dice para qué. La redistribución de la riqueza es una cosa que nunca aparece. Hay que cambiar, ¿pero cambiar hacia dónde?, ¿cambiar para qué?

¿Hasta qué punto no puede ser peligroso para los movimientos sociales sembrar la duda sobre algunas iniciativas que pueda desencadenar “cazas de brujas” contra gente sospechosa de colaborar con esta estrategia?

Los emprendedores sociales de Ashoka son 25, ahora en febrero han sido reclutados otros tres más y están en la web. Los emprendedores sociales de Ashoka son conocidos. Nosotros en nuestras charlas y artículos lo documentamos casi todo con sus documentos, no con los nuestros. El 80% son de ellos.

Creemos que es sano que se sepa, la información no puede ser una “caza de brujas”. Además, el gran capital aprovecha las ganas de la gente de tener algo como “se necesita una banca ética o agricultura ecológica o… ”. Ellos saben que hay una necesidad, que la crisis está produciendo un aumento de la pobreza y que millones de pobres son un negocio. Tenemos el ejemplo de los microcréditos, que ya se están empezando a introducir en Europa, pero sin cuestionar el capitalismo ni las causas de la crisis, ni la distribución de la riqueza, ni nada de nada.

¿Qué nivel de conciencia hay ante este tipo de estrategias?

Pues muy poca y muy poco debate. Yo digo en broma que los de Filantropófagos parecemos unos aguafiestas. Criticar a la gran banca, que desahucia, blanquea y tiene paraísos fiscales… es fácil, pero otra cosa es ver quiénes son nuestros aliados, qué buscan en nosotros, que quieren y cómo nos defendemos. Ha habido debates muy serios en CNT y Ecologistas en Acción al respecto, y creemos que eso es lo correcto.

Animamos a la gente a que no pierda la curiosidad y el espíritu crítico, y que cuando vea una campaña, sea de una fundación o de una ONG, empiece a buscar quién es el patronato que la financia. Voy a dar una pincelada de cómo investigamos: vamos a su web, vemos cual es su patronato y empezamos a buscar nombres y cruzarlos con fundaciones, o vamos a empresia.es y ahí, con el nombre o apellido de una persona sabemos todas las empresas en que está o ha estado.

 (Extracto)


Imágenes:  oblogdoseupc.com.br|tmpnoticias.com|rockefeller educate-yourself.org

Fuente: Entrevista de la revista Exarchia a Daniel García de Filantropófagos, http://www.filantropofagos.com/blog/revista-exarchia-entrevista-a-filantropofagos

Para interesados en profundizar más en este tema, recomendable el video: http://vimeo.com/82376042

y el libro Un reportero en la montaña mágica de Andy Robinson

 

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