El doctor Moran Cerf es una persona sumamente inteligente. Se licenció en Física y Filosofía por la Universidad de Tel Aviv a los 24 años. A los 31 obtuvo un doctorado en neurociencia en la Caltech, y actualmente es profesor de esa disciplina en la Universidad Northwestern.
Recientemente, durante una conferencia en TED comenzó así su disertación:
“Pasamos la doceava parte de nuestra vida soñando. Y la mayor parte de ella está olvidada, ¿pero y si pudiéramos mirar dentro de nuestro cerebro, ver nuestros sueños y hasta, tal vez incluso, darles forma?…”.
Un estudio suyo demuestra que es posible que los seres humanos puedan controlar su propia actividad neuronal en el lóbulo temporal. Pero debido a la naturaleza de la investigación muchos se preguntaron entonces si Cerf y su equipo podrían también grabar los sueños.
“Para ser claros, mi trabajo no tiene nada que ver con grabar los sueños de la gente, sino que estudio el funcionamiento del pensamiento dentro del cerebro desde una perspectiva poco tradicional, inspirado por mis antecedentes, porque antes de ser neurólogo, fui hacker informático. Solía entrar en bancos e instituciones gubernamentales para probar su seguridad”.
Cerf, junto con 3 compañeros más, se dedicaban a robar pequeñas cantidades de dinero de los bancos (entre 1.000 y 10.000 dólares a la semana), y posteriormente se presentaban en las oficinas bancarias para demostrarles que habian violado sus cuentas y ofrecerles sus servicios para protegerse de otros hackers.
A primera vista, podría parecer que Cerf era un tipo rebelde que atacaba a los grandes bancos y se aprovechaba de ellos, una especie de Robin Hood, cuando en realidad lo que pretendía era convertirse en un mercenario bien pagado por las grandes corporaciones cuya seguridad conseguía trasgredir.
Durante la charla, Cerf explicó cómo se vale de las técnicas que aprendió como hacker para “espiar en los cerebros de los pacientes mientras están despiertos o dormidos”.
Las investigaciones de Cerf y de su equipo, aunque presentan una apariencia de búsqueda de conocimiento científico, se hallan más próximas a una manipulación cerebral en toda regla, con fines comerciales y de dominio, que a otra cosa.
No en vano, Cerf describió como uno de los grandes logros de su equipo, que alguien soñara la misma secuencia de imágenes que se le había mostrado mientras estaba despierto, enseñando a una computadora a traducirlos razonablemente “lo que nos llevó a pensar en la posibilidad contraria: en cambiar los sueños de alguien que está dormido. Porque hemos comprobado que podemos influir en los sueños de las personas mientras duermen, haciéndoles recordar mejor cosas durante el sueño, e incluso inyectando contenido nuevo en sus sueños y recuerdos”.
Uno de los proyectos impulsados por su compañía, C-LAB, bajo el nombre de Decisiones voluntarias y libre albedrío, utiliza electrodos incrustados en el cerebro de los pacientes sometidos a neurocirugía para probar su toma de decisiones y predecir las decisiones que van a tomar antes de que ellos mismos sean conscientes de ellas, observando profundamente el interior de su cerebro.
Otro proyecto de C-LAB, denominado “Regulación emocional en los seres humanos”, intenta averiguar la capacidad de los seres humanos para controlar sus emociones.
«Resulta fácil ver qué recolectar datos directamente del cerebro podría resultar mucho más útil, eficaz y fiable que recoger opiniones subjetivas mediante encuestas. Los datos obtenidos directamente del cerebro podrían mostrarnos qué mensajes son más efectivos para informar a los políticos, a los vendedores de un producto o a quienes traten de influir en los votantes o consumidores, para que aprendan a presentar la información de manera que tenga el mayor impacto e influencia sobre ellos”.
Obviamente, igual que podrán introducirnos ideas o conceptos en la cabeza sin que nos percatemos, podrán inducirnos a tomar decisiones o a desarrollar determinadas comportamientos: desde comprar algo o votar a un candidato concreto, hasta cometer crímenes o suicidios.
Toda una subdivisión entera de C-LAB está trabajando sobre el floreciente campo del neuromarketing. Sin embargo, y tal y como él admite abiertamente en un artículo de la revista Fortune, “la recopilación y análisis de la actividad cerebral resulta cara”, lo que lleva a preguntarse ¿quién está detrás, financiando las investigaciones de Cerf?
Pues bien, y no por casualidad, uno de los seis patrocinadores de C-LAB es DARPA, la Agencia de Proyectos Avanzados de Investigación de Defensa del Pentágono, a la que podríamos calificar como el monstruo en la sombra que está alimentando las principales investigaciones que se realizan en el mundo para decodificar el funcionamiento del cerebro y sentar las bases de control mental del futuro.
Así pues, sabiendo quien está detrás, podemos imaginar un mundo donde compremos sueños antes de ir a dormir, como quien adquiere una película de pago, con el fin de garantizarnos que esa noche seremos los protagonistas de una gran aventura mientras estamos dormidos, en vez de soportar alguno de esos confusos y mediocres sueños que tenemos de forma natural.
Pero para aquellos que no puedan pagar, ¿que habrá?, ¿sueños repletos de anuncios y alguna que otra pesadilla inducida, con objeto de generar miedo para que al despertar demanden más seguridad y protección?
Cerf es uno más de los neurocientíficos que están estudiando la manera de entrar en nuestro cerebro para manipularlo y que no se detendrán hasta conseguir convertirnos en esclavos psíquicos que ni siquiera serán dueños de sus propios pensamientos y sensaciones.
Un paso más haciala transformación del control exterior en interior, y la completa destrucción de la conciencia individual.
(Extracto. Adaptación libre)
Imágenes: yourstory.com| leonardopajaro8.blogspot.com| elrobotpescador.com
Fuente: https://gazzettadelapocalipsis.com/2016/06/07/ese-oscuro-dia-en-que-tus-suenos-dejen-de-ser-tuyos/
