Siempre se dijo que las armas las cargaba el diablo, pero, ya no es así. De sobra se sabe quién y por qué carga tantas armas de todo tipo, aunque solo sabemos lo que nos cuentan, y nos cuentan lo que quieren que sepamos, nada más.

Nos engañan y, además, nos toman por imbéciles. Si decir media verdad ya es mentir, no decir ni siquiera media verdad es peor que mentir, y mucho más cuando lo poco que se dice despista más que informa. Desinforma.

No importa de qué tipo ni de que tragedia o crimen se trate, puede ser un atentado o una guerra, pero en ningún caso, nunca nos dirán con qué arma se cometió el crimen, dónde se fabricó, quién la vendió y quién la compró. Tampoco nos dirán de dónde salió la munición utilizada, el origen del casquillo o de la bala, nada de nada.

Las autoridades, los gobiernos son cómplices del silencio y de la ocultación, ¿por qué? Ellos lo sabrán y ellos sabrán también, cómo no, el por qué de tanto secretismo y tanto misterio y engaño.

Sin duda algún motivo tendrán y me inclino a pensar que de un modo o de otro forman parte de la trama, parte interesada y hasta corresponsables de la tragedia, cuando no sus instigadores. En el mundo, algunos países, solo los malos por supuesto, están llenos de armas de destrucción masiva y de terroristas.

Terroristas armados, financiados y organizados precisamente por los que como tales los definen, pero  que hacen de juez y parte, bombardeándolos y arrasándolo todo, manifestando ser sus víctimas, aunque, eso sí, a miles y miles de kilómetros de distancia de su propio país.

Mientras EEUU y la OTAN, son ONGs que, primero marginan, asedian y bloquean el país en cuestión, para después destruirlo por tierra y mar, o desde las alturas, en donde se encuentran más seguros, no parando hasta aniquilarlo. Sobran ejemplos.

(Extracto. Adaptación libre)


Imagen: elperiodico.com

Fuente: https://asturbulla.org/las-armas-no-las-carga-el-diablo/

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