¿Qué significa realmente “aislar un virus”?

VirusLa forma directa de aislar un virus, por ejemplo, consiste en extraer tejido enfermo de un ser humano, y separar lo que es un probable virus, del material no viral; a continuación, se toman fotografías del mismo con un microscopio electrónico. Si nos fijamos en las imágenes obtenidas, veremos montones y montones del mismo virus. Entonces, llegados aquí, no estaremos ante una suposición de lo que podría ser o no podría ser virus: definitivamente lo estaremos viendo, sin ningún género de duda, ante nuestros ojos.

Pero este es un procedimiento que realmente se usa pocas veces. Actualmente, se emplea por doquier el método PCR (reacción en cadena de la polimerasa) para detectar virus, lo que provoca muchos errrores e inexactitudes.

Veamos unos cuantos ejemplos.

Peter Doshi, publicó un artículo en el BMJ (British Medical Journal) con el título: “Gripe: comercialización de las vacunas mediante la comercialización de la enfermedad”, donde decía:  “Cada año, cientos de miles de personas que sufren de gripe respiratoria son testadas en los EEUU, pero sólo en un  16% de los casos se encuentran rastros positivos de virus de la gripe”. Lo que significa que el 84% de las personas a las que se diagnostica tal enfermedad, no poseen el virus de la misma. El mismo Doshi, en 2005, en el BMJ Online, (BMJ 2005; 331: 1412) señaló: “De acuerdo con las estadísticas de los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU), la gripe mató a 257 personas, pero sólo en 18 casos, el virus de la gripe pudo ser identificado positivamente”.

pelagraConsideremos otra enfermedad: la Pelagra, que en la primera mitad del siglo XX, infectó en EEUU, a 3millones de personas, de las que 100.000 fallecieron. Los expertos insistieron en que tenía que haber un germen causante de la misma, y lo buscaron, una y otra vez sin resultado.

Mientras tanto, otros investigadores descubrieron que la Pelagra se debía, principalmente, a una deficiencia de niacina, o vitamina B3, pero los que se atrevieron a realizar tal afirmación, fueron calificados por la ciencia oficial «como unos idiotas, no hagan caso de ellos”. Finalmente, después de 100.000 muertes, la mayoría innecesarias, los “expertos”,  acabaron admitiendo a regañadientes que “efectivamente, la enfermedad se debía a una deficiencia de niacina”.

 Hace 50 años, se produjo un brote masivo de un trastorno del sistema nervioso en Japón denominado SMON (neuropatía subaguda mielo-óptica), que ocasionó decenas de miles de enfermos y muchas muertes. Los investigadores dijeron que «sabían positivamente que tenía que ser un virus». Contra la corriente general, un pequeño grupo sostuvo públicamente una opinión diferente. Según ellos, el SMON era el resultado de un medicamento de Ciba-Geigy que se estaba vendiendo para aliviar el malestar gastrointestinal: el clioquinol. Finalmente, ante los juzgados, se demostró que era así y Ciba tuvo que pagar cuantiosas indemnizaciones.

Jim West, escribió en un artículo para la Fundación Weston A Price sobre la epidemia de SARS (síndrome respiratorio agudo, una neumonía atípica):

“El doctor Frank Plummer, director del Laboratorio de Microbiología Nacional de Canadá en Winnipeg, declaró a la revista The Scientist que el nuevo coronavirus implicado como causa de la enfermedad se puede hallar ciertamente en el medio ambiente, pero que es poco probable que sea el agente causal de la enfermedad, ya que Plummer estamos encontrando que algunos de los pacientes que reúnen todos los síntomas de la enfermedad del SARS, dan negativo en el virus del SARS y las cantidades de virus que estamos encontrando, cuando las encontramos, son tan pequeñas que sólo son detectables con pruebas de PCR muy sensibles”.

De hecho, incluso cuando se encontraban restos del virus causante del SARS, la cantidad era tan baja que no había manera de determinar si podía realmente causar la enfermedad. Plummer terminó por reconocer que el porcentaje de casos de SARS en los que el virus estaba presente era próximo a cero y que, por tanto, éste no podía ser de origen viral.

Leamos un extracto de una entrevista realizada por la periodista Christine Johnson, titulada “¿Existe el VIH?” a la Dra. Eleni Papadopulos, biofísica que lidera un equipo de científicos que estudian el VIH / SIDA en Perth, Australia, y que ha publicado numerosos trabajos científicos que cuestionan la hipótesis del VIH / SIDA:

– ¿El VIH (virus de la indemonudeficiencia humana) es el causante del SIDA?
– No hay pruebas de que el VIH cause el SIDA.
– ¿Por qué no?
– Por muchas razones, pero la más importante, es que no hay ninguna prueba de que el VIH exista realmente.
– ¿No dijeron Luc Montagnier y Robert Gallo que habían aislado el VIH a principios de los años ochenta
– No. En los artículos publicados en Science por los dos grupos de investigación, no hay ninguna prueba del aislamiento de un retrovirus procedente de los pacientes con SIDA…
– Ellos afirman que aislaron un virus.
– Nuestra interpretación de los datos es diferente. Para probar la existencia de un virus se tienen que hacer tres cosas. Primero, cultivar células y encontrar una partícula que usted crea que puede ser un virus. Obviamente, por lo menos, esa partícula debe ser similar a un virus. En segundo lugar, usted tiene que idear un método para obtener esa partícula por sí misma aisladamente, para que poder hacerla pedazos y analizarla adecuadamente. Luego hay que demostrar la partícula puede hacer copias fieles de sí misma. En otras palabras, que se puede replicar.
– ¿No puedes mirar simplemente mirar en un microscopio y decir que hay un virus en los cultivos? EPE: No, no se puede. No todas las partículas que se parecen a un virus son realmente virus.
– Entonces, ¿qué es lo que han hecho que salga mal la investigación sobre el SIDA?
– No es tanto una cuestión de lo que ha hecho que la investigación salga mal. Es más una cuestión de lo que se ha dejado a un lado. Por alguna razón desconocida no se siguió el método de aislamiento retroviral que se llevaba utilizando durante décadas y que se había utilizado para estudiar los retrovirus en animales. Los retrovirus son partículas increíblemente diminutas, casi esféricas, con diámetros de alrededor de cien nanómetros (una diez milésima parte de un milímetro). Millones podrían caber cómodamente en la cabeza de un alfiler.
–  Entonces, ¿qué es lo que vemos en las fotos de microscopio electrónico del VIH publicadas en 1997?
– Estas fotografías reivindican la posición que hemos mantenido desde el principio. Dos grupos, uno franco-alemán y otro del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos publicaron fotografías. Lo primero que debemos decir es que los autores de estos estudios admiten que sus imágenes revelan que la gran mayoría del material es celular. Los autores describen todo este material como “no viral”, o como “falsos virus” o “microvesículas”, que encapsulan fragmentos celulares.
– ¿Existen partículas virales en estas fotos?
– Hay algunas partículas que los investigadores dicen que son partículas retrovirales. De hecho, afirman que son partículas del VIH, pero no dan ninguna evidencia de por qué afirman eso.
– Pero habrá montones de esas partículas de VIH, ¿no?
– No. Cuando usted toma una micrografía electrónica, las partículas de VIH deberían llenar toda la imagen. En cambio, estos candidatos a retrovirus son componentes minoritarios de las micrografías electrónicas publicadas. Por lo tanto, las moléculas extraídas de estas muestras no se puede suponer que provengan de esas partículas similares a un retrovirus.

ebolaTodo el brote de Ébola y de la consiguiente epidemia, gira alrededor de esta cuestión: ¿ha sido aislado y purificado alguna vez el virus del Ébola en un ser humano? Ésto es lo que dice el doctor David Rasnick, autor del libro, “El desequilibrio cromosómico, una teoria del Cáncer», científico del Instituto de Tecnología de Georgia, y que lleva 25 años trabajando con proteasas (una clase de enzimas) e inhibidores de la proteasa:

«El CDC (Centro para el Control y Prevención de Enfermedades) afirma que 7.728 casos de virus del Ébola han sido “confirmados en laboratorio”, así que les pregunté a los CDC, en qué consistía el aislamiento del virus de Ebola procedente de muestras humanas y por el protocolo seguido Ébola, y aún no he obtenido una respuesta convincente.

Existe la posibilidad de que los virus Ébola y Marburg sean artefactos de laboratorio. Me inclino a pensar que esta es la hipótesis correcta. Lo que quiero decir es que ambos virus son reales, pero que pueden existir en niveles ínfimos en los animales salvajes e incluso en los seres humanos; niveles muy por debajo de los necesarios para causar enfermedades. Estos virus «pasajeros» se pueden activar y amplificar en condiciones de cultivo de laboratorio diseñadas para ese propósito, con el fin de producir partículas virales suficientes para ser caracterizadas.

Los virus que causan enfermedades reales, se encuentran en abundancia en los tejidos enfermos. Los puedes ver en los tejidos primarios, usando microscopios electrónicos. No se necesita amplificar el virus en un cultivo celular. Siempre tiendo a sospechar cuando el cultivo de células es la única manera de que un virus sea observable”.

VacunaCuando los funcionarios de salud pública y los gobiernos afirman que hay una epidemia, la carga de la prueba recae sobre ellos. En este punto, se debe, en primer lugar, mostrar de forma  directa e innegable, la evidencia de un virus del Ébola aislado en un ser humano. Atribuir las enfermedades a causas virales falsas, abre la puerta a vender enormes cantidades de medicamentos tóxicos y vacunas fabricados por las grandes empresas farmacéuticas, como sucedió con la «gripe aviar».

(Extracto. Adaptación libre)


Imágenes: el robot pescador

Fuente original: https://jonrappoport.wordpress.com/2015/08/06/inventing-viruses-a-staggering-hoax/

Traducción: el robot pescador  http://elrobotpescador.com/2015/08/07/asi-es-como-inventan-virus-un-engano-asombroso/

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