Los terremotos se producen debido a la liberación de la energía producida por el choque de las placas tectónicas, sin embargo, los temblores pueden tener otro origen: procesos volcánicos, impactos de asteroides o cometas, o la acción del ser humano.

A medida que se fueron conociendo cada vez más tipos de actividades industriales que podían ser generadores de sismos, Nederlandse Aardolie Maatschappij BV, una empresa petrolera y gasística con sede en Holanda, realizó una exhaustiva revisión de todos los terremotos provocados por el ser humano.

Esta última causa se halla detrás de al menos 500 seísmos en los últimos 50 años. En este registro, el mayor realizado hasta ahora, se recopilan 720 proyectos humanos asociados con sismos antropogénicos, desde 1868 a 2016. Algunos de estos movimientos sísmicos han provocado víctimas mortales y rozado los 8 grados de magnitud, una energía mayor que la de la bomba atómica más potente.

Para entender por qué se producen, hay que pensar que las rocas bajo tierra están constantemente empujándose entre sí. «Imagínate un aerodeslizador. Si tratas de empujarlo, no podrás moverlo porque es demasiado pesado. Pero cuando lanza un chorro de aire por debajo, una persona puede moverlo con facilidad», explica Richard Davies, líder del estudio publicado en la revista Marine and Petroleum Geoglogy . «Lo mismo ocurre con las fallas bajo tierra: no se mueven a menos que le añadas un fluido. El fluido lubrica la falla y reduce la fricción. Por esta razón la falla se desliza».

Las principales actividades humanas que pueden dar lugar a sismos son las explotaciones mineras, la construcción de grandes embalses, la extracción de hidrocarburos o de agua, las explotaciones geotérmicas y la inyección de fluidos en el subsuelo y la fracturación hidráulica o fracking.

Dentro de estas causas la actividad relacionada con la minería es la responsable del mayor número de casos. Los minerales preciosos se extraen de minas que pueden estar a más de 3.000 metros de profundidad, o extenderse a lo largo de varios kilómetros desde la costa, bajo el mar. La cantidad total de roca extraída por la minería en todo el mundo equivale a varias decenas de miles de millones de toneladas al año. El doble que hace 15 años, y se prevé que vuelva a duplicarse de aquí a 15 años.

Durante las últimas décadas, se han producido centenares de fallecimientos en las minas de carbón y minerales, como consecuencia de terremotos de magnitud 6,1.

La construcción de superestructuras pesadas es otra de las actividades que también pueden causar terremotos. Al edificio Taipei 101, de 700 megatoneladas, erigido en Taiwán durante la década de 1990, se le ha culpado del aumento de la frecuencia y la magnitud de los terremotos de la zona.

Un proyecto consistente en guardar el 25% del gas natural que necesita España en un almacén submarino de gas denominado situado cerca de la costa tuvo como consecuencia la aparición inmediata de actividad sísmica intensa, con seísmos de hasta 4,3 grados, lo que obligó a su clausura.

Desde principios del siglo XX, ha quedado claro que la acumulación de grandes cantidades de agua embalsada puede generar terremotos posiblemente peligrosos. Este hecho cobró un trágico protagonismo en 1967, cuando solo cinco años después de haberse llenado el embalse de Koyna (India), de 51 kilómetros de longitud, tuvo lugar un terremoto de magnitud 6,3 que dañó la presa y mató al menos a 180 personas.

En Koyna se produce de media un terremoto de magnitud superior a 5 cada cuatro años. Según parecen indicar los hallazgos de nuestro estudio, hasta la fecha, unos 170 embalses de todo el mundo han generado actividad sísmica.

También se ha relacionado la extracción de gas y petróleo ha relacionado con diversos terremotos destructivos de magnitud 6, aproximadamente, en California. A medida que los yacimientos de gas y petróleo se agotan, se inyectan líquidos para extraer los últimos hidrocarburos que quedan.

En el estado petrolero de Oklahoma en 2011 se registró un terremoto de magnitud 5,7. Hasta 2008 Oklahoma solo se producían uno o dos terremotos de magnitud 3 (por debajo de esa cifra sólo se detectan con un equipo especializado y pasan desapercibidos para quienes no estén cerca de su epicentro), pero, desde entonces, el número de eventos sísmicos en eta zona debido a las inyecciones de fluidos generados por la extracción de petróleo y gas ha ido en aumento, y en 2014, se registraron 585.

Una técnica relativamente nueva en el sector gasístico-petrolero para extraer gas de esquisto es la fractura hidráulica, o fracking, técnica que por su propia naturaleza genera pequeños terremotos cuando la roca se fractura. En ocasiones, puede provocar un terremoto de magnitud mayor si el líquido inyectado se filtra dentro de una falla que ya esté sometida a tensión por otros procesos geológicos.

El mayor terremoto relacionado con la fractura hidráulica que hasta ahora se ha notificado tuvo lugar en Canadá, y su magnitud fue de 4,6.

La producción de vapor y aguas geotérmicas se relaciona con terremotos de hasta 6,6 en el yacimiento de Cerro Prieto (México). Como la energía geotérmica no es renovable mediante procesos naturales en el plazo de una vida humana, es necesario reinyectar agua bajo el suelo para garantizar un suministro continuo; proceso que parece ser más sismogénico que la producción. Existen numerosos ejemplos de sucesiones de terremotos relacionadas con la inyección de agua en pozos de sondeo, como en el caso de The Geysers (California).

Materiales que se bombean en el subsuelo, como el dióxido de carbono y el gas natural, también pueden generar actividad sísmica.

En 2008, un terremoto de unos 8 grados de magnitud afectó a la prefectura de Ngawa (China), donde mató a unas 90.000 personas, devastó más de 100 ciudades y hundió casas, carreteras y puentes. Enseguida se puso el foco en la cercana presa de Zipingpu, cuyo embalse se había llenado tan solo unos cuantos meses antes, pero aún no se ha demostrado que exista un vínculo entre el terremoto y la represa.

La cantidad mínima de tensión de carga que, en opinión de los científicos, se necesita para provocar un terremoto se está reduciendo lenta y continuamente. La gran presa de las Tres Gargantas, en China, ya se ha relacionado con terremotos de magnitud 4,6 en la zona y está sometida a una estrecha vigilancia.

Un terremoto de 5 grados de magnitud libera tanta energía como la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima en 1945. Un terremoto de unos 7 grados libera tanta energía como el arma nuclear más grande que jamás se ha probado, la Bomba del Zar, detonada por la Unión Soviética en 1961.

La única forma empíricamente demostrada de limitar la magnitud de los posibles terremotos sería limitar la escala de los proyectos industriales. En la práctica, eso se traduciría en minas y embalses más pequeños, menos minerales, petróleo y gas extraídos de los yacimientos, pozos de sondeo menos profundos y volúmenes inyectados más pequeños.

(Extracto. Adaptación libre)


Imágenes: farodiroma.it| La Gran Epoca| ara.cat

Fuentes: Estudio realizado por: Gillian Foulger es catedrática de Geofísica en la Universidad de Durham, Jon Gluyas es catedrático de la Universidad de Durham, Miles Wilson es doctorando del Departamento de Ciencias de la Tierra, en la Universidad de Durham. Traducción de News Clips.

http://ctxt.es/es/20171025/Firmas/15874/terremotos-causas-actividad-humana-seismos.htm

http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/09/150915_terremotos_actividad_humana_lp

https://elpais.com/elpais/2017/01/26/ciencia/1485435956_353026.html

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