Los días de menstruación significan una maldición para las mujeres que trabajan en los campos de caña de azúcar de la región india de Maharashtra, la segunda mayor zona de producción del país, porque durante esos días no pueden ir a trabajar y ganarse un sueldo y encima sus maridos se ven obligados a pagar una multa de 500 rupias diarias (unos 6 €, el salario de un día) mientras dure su ausencia.

Por eso, cuando ya tienen dos o tres hijos, acaban en hospitales de mala muerte sometiéndose a una operación para extirparse el útero (histerectomía) y dejar de sangrar cada mes. El líder del Congreso de Maharashtra, Nitin Raut, dijo que hasta finales de 2019 más de 30.000 mujeres de la región se la habían hecho y que, en algunos pueblos cercanos a los campos de caña de azúcar resultaba difícil encontrar una mujer que aún conservase el útero.

Aunque los empresarios aseguran que no les piden que se lo quiten para entrar a trabajar a sus plantaciones, las mujeres explican que ellos les adelantan el dinero de la operación (30.000 rupias) y luego se lo van descontando del sueldo. Y todo el mundo sabe que no están dispuestos a contratar a mujeres que menstrúen.

La ONG Achyut Borgaonkar advierte que estas extirpaciones «tienen un grave impacto en la salud de las mujeres, ya que desarrollan desequilibrios hormonales, problemas de salud mental, aumento de peso, etc. Hemos encontrado jóvenes de 25 años que se han sometido a esta cirugía». E incluso hay médicos privados que en cuanto las mujeres se quejan de dolor abdominal les aconsejan quitarse el útero. Según esta ONG, el 85% de las operaciones se realizan en hospitales privados sin ningún control postoperatorio.

Un cortador de caña puede ganar 125 rupias al día por tonelada, la temporada sólo dura cuatro o cinco meses, y después de la siega, la mayoría permanece desocupada hasta la siguiente cosecha. Durante los meses de trabajo las mujeres viven en tiendas de campañas en las mismas plantaciones, sin baños ni privacidad para que puedan cambiarse si están con la menstruación.

Pero éste no es el único caso en el que la producción prima sobre las personas.

En EEUU los operarios de la industria del pollo trabajan jornadas maratonianas de más de 10 horas en las que solo les está permitido un descanso de media hora que utilizan para almorzar, por lo que para no verse en el trago de tener que orinar o defecar en el suelo en un momento de apuro, muchos trabajadores usan pañales.

El permiso para abandonar la cadena de producción e ir al lavabo constituye un privilegio, no un derecho, y en ocasiones la espera hasta que alguien les reemplace puede durar una hora y, en ocasiones, nunca llega. Quitarse el uniforme para ir al baño y volver a su lugar en la cadena requiere no menos de 15 minutos y las plantas apenas les conceden 5 minutos por lo que les recomiendan que no beban demasiada agua para que no tengan que ir al lavabo.

Oxfam asegura que su estudio es el resultado de 3 años de investigaciones, de cientos de entrevistas con extrabajadores y empleados de la industria de aves de corral, y que, de los 266 trabajadores a los que ha preguntado en Alabama, el 80 % ha asegurado que no se les permite ir al lavabo cuando lo solicitan.

La contención de la orina puede provocar infecciones urinarias, y las mujeres embarazadas tienen un riesgo especialmente elevado de contraer infecciones graves de orina o de riñón, que pueden afectar tanto a la madre como al feto.

Los trabajadores manipulan unos 40 pollos por minuto y a pesar de eso pasan mucho frío porque las plantas prescinden de calefacción para evitar que las máquinas se sobrecalienten. De los 250.000 personas que trabajan en la industria del pollo, muchas son de color, migrantes o refugiados, y bastantes sin papeles, ya que se elige a las más vulnerables.

(Extracto. Adaptación libre)


Imágenes:elsol.com.ar|zonacero.com

Fuentes: https://www.elespanol.com/mujer/actualidad/20200704/drama-mujeres-indias-obligadas-extirparse-utero-trabajar/465704196_0.html

https://www.vice.com/es_latam/article/59ea3x/trabajadores-industria-pollo-no-lavabo-panales-infecciones-problemas-salud-eeuu

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