En Inglaterra la gente es libre de tener distintas preferencias sexuales y eso se respeta al máximo.
Existen heterosexuales (personas que son atraídas por personas del sexo opuesto), homosexuales, (varones atraídos por varones), lesbianas (mujeres atraídas por mujeres), bisexuales (que experimentan atracción por personas de ambos géneros), y hasta asexuales (que no sienten atracción hacia nadie).
Sin embargo, hay seres humanos que no entran en ninguna de esas categorías. En Gran Bretaña existe una familia de ‘género fluido’: la formada por Nikki y Louise Draven.
Louise nació hombre, pero se halla en pleno en proceso de transformarse en mujer, aunque le falta todavía operarse para convertir su pene en vagina, y Nikki nació mujer, pero se identifica con ambos sexos por igual: “un día me siento hombre y otros mujer” confesó a The Sun.
Ambos progenitores educan a su hijo Star Cloud para que no se identifique con ningún género en concreto: “Lleva ropa rosa, juega con muñecas y usa ropa de niñas y niños indistintamente. Le dejamos elegir lo que lleva. El rosa es uno de sus colores favoritos, y le encantan las Barbies y vestirse de hada. Nunca le decimos que es un niño, sino que puede ser lo que quiera ”.
Aunque Louise, es su padre biológico y Nikki su madre biológica, el pequeño Star, ve a Louise como su madre y a Nikki como su padre.
Un ejemplo más de cómo se está instalando en la sociedad la peligrosa idea de que se puede cambiar de identidad sexual como se cambia de nacionalidad.
En Francia tenemos el caso de Karen (así es como se hace llamar ahora), un profesor varón, que siempre tuvo la sensación de estar en un cuerpo equivocado, y a pesar de haber estado varios años casado e incluso tener una hija, afirma que no se encuentra conforme con haberse convertido en mujer y ahora quiere transformarse en caballo.
“Tengo un caballo dentro de mí”, afirma Karen, que primero decidió iniciar un tratamiento para modificar su cuerpo y convertirse en mujer, pero que después cambió de idea y afirma ahora que su objetivo es vivir como ese animal, una idea que le obsesiona desde que dice tenía siete años de edad.
“Hubo una vez un chico que me preguntó si estaría interesada en hacerme la cirugía para implantarme pezuñas en los pies, directamente en los huesos, y le respondí que sí”.
Karen pide al Estado que asuma el coste de cambio de especie de humano a equino por considerarse un ser transespecie atrapado en un cuerpo humano que no es el suyo, declarando que de no conseguirlo voluntariamente, se planteará acudir a los Tribunales por sentirse discriminada frente a los tratamientos hormonales y de cambio de sexo, que cubre la Seguridad Social.
En Noruega una mujer llamada Nano pretende ser reconocida también como transespecie. A los 16 años descubrió que «era un gato», que no se sentía mujer y con 20 años continúa afirmando que ha «nacido en la especie equivocada».
Pero no solo asegura ser un felino, sino que también actúa como tal. La joven se viste como un gato, con orejas, cola y guantes que imitan sus zarpas. Además, por su casa camina a cuatro patas: «veo mejor en la oscuridad, tengo el sentido del oído más desarrollado y me gusta arañar cosas, detesto el agua, y prefiero dormir en el alféizar de la ventana», explica en un video.
Ningún médico ha demostrado que Nano padezca ningún tipo de enfermedad, pero aunque ella manifieste sentirse gato, no está demostrado científicamente que eso pueda ser posible.
(Extracto. Adaptación libre)
Imágenes: mediterraneodigital|El Ciudadano|laprensahn
Fuentes: https://reporteroshoy.mx/noticias/familia-de-genero-fluido-un-dia-se-sienten-hombres-y-otro-mujeres/ https://www.lmneuquen.com/era-hombre-hoy-es-mujer-y-ahora-quiere-ser-caballo-n615663