Las energías renovables son las más económicas del mercado eléctrico. Algo que ningún especialista del sector va a refutar. Entonces, ¿por qué el Ministerio de Industria ha diseñado un marco retributivo que hace inviable, en la práctica, invertir en la instalación de nuevos parques renovables?
Según fuentes oficiales el sistema eléctrico está sobredimensionado. Permitir nuevas inversiones impediría la amortización de muchas centrales (sobre todo las de gas de ciclo combinado), de reciente instalación. Un curioso argumento puesto que nada ha impedido que el nuevo marco jurídico haya ahora, literalmente, arruinado a quienes escogieron invertir en parques fotovoltaicos o plantas de biogás.
Si el país debe cumplir sus compromisos de emisión de gases de efecto invernadero, solo cabe aumentar la penetración de renovables en el sistema eléctrico, o continuar con las políticas de austeridad para seguir reduciendo, como hasta ahora, la demanda agregada, el crecimiento económico y, en consecuencia, el consumo de energía.
Con las elecciones de este año en ciernes, la última opción no parece razonable para el ejecutivo de Mariano Rajoy, que deberá incumplir los compromisos medioambientales o apostar, en alguna medida, por nuevas inversiones en energía verde.
Pero para ello hay un problema a resolver: la escasa gestionabilidad de los parques renovables. Con el viento en calma, los días nublados durante los meses de diciembre – enero y la baja disponibilidad en los embalses, las renovables no pueden abastecer la demanda del mercado eléctrico.
Algunos especialistas señalan que para solucionarlo y disponer de un 80% de tecnologías limpias en la red, hay que invertir 9.000 millones de euros en sistemas de bombeo hidráulico. Y para acercarnos al 100%, es necesario potenciar el vehículo eléctrico (cuyas baterías son un buen método de almacenamiento) al igual que las tecnologías de almacenamiento químico, lo que podría suponer quizá otros 9.000 millones de euros adicionales.
Según estos cálculos, con una inversión del Estado de 1.800 millones de euros al año y un marco retributivo favorable a las renovables, podríamos tener un sistema eléctrico cercano al 100% renovable en 2024. Aplicar el impuesto a las transacciones financieras especulativas (el gobierno español ha mostrado una postura favorable) podría proporcionar los fondos necesarios sin necesidad de subir la factura de la luz ni afectar al 90% de los contribuyentes.
Cuestión de elegir entre seguir proporcionando vacaciones fiscales a la economía especulativa o mantener el planeta habitable para las próximas generaciones. Una elección aparentemente fácil.
Imágenes: www.ucm.es|attacmadrid.org