Declaración del coronel retirado Gilberto Vázquez, ante un Tribunal Militar en 2006:
– Yo era un soldado e hice lo mejor que pude; tuve que matar y maté, y no me arrepiento. Tuve que torturar y torturé, con dolor en el alma, y me cuesta muchas noches dormir acordándome de los tipos que cagué, pero no me arrepiento.
Víctima A:
– Blanco. Todo blanco. ¿Dónde estoy? ¿Qué hago aquí? ¿Qué pasa? Sí… estoy preso. Estoy en un hospital. ¡Qué espanto! Sí, ayer quise huir, pero a la dictadura le sobran soldados con entrenamiento “made in USA”. Sabía que no debía caer con vida. Pero estoy vivo. Me “salvaron”. En cuanto comprendan que he despertado, vendrán a torturarme. ¡Lo que me espera!
Torturador B:
– ¡Hijo de puta! ¿Querés un nuevo mundo? ¡Traidor a tu patria! ¡Gritá! ¡Vas a cantar porque tenemos todo el tiempo del mundo! Nadie te va a oír. ¡Y a nosotros ni Hitler nos supera! ¡Miráme a la cara! ¡Miráme bien! ¡Somos oficiales, discípulos de Hitler, carajo! ¿Nunca pensaste encontrarte así, verdad?
Torturador C, que combina la tortura con el “diálogo”:
– Para que veas que somos gente civilizada, cristiana. ¿Ves? Venimos a conversar contigo. Porque también somos caballeros. No somos solo tipos duros. También nos podés encontrar bien. Además, ¿verdad que Vds. nos tratarían igual?
– No, se lo aseguro.
– Sí, decís eso para haceros el “bueno”.
– No es por eso. Torturar jamás. Eso sí, los fusilaría a todos Vds.
– Esta vez decís la verdad – reconoció su verdugo palideciendo.
Víctima D:
Después, y casi peor, fue la tortura de la incomprensión. Las camionetas corrían por las calles, con nosotros los presos dentro, esposados y vendados. Aunque nos pusieron un gorro de lana, por los agujeritos lo veíamo todo. Mucha miseria, pero el pueblo nos toma por enemigos.
Asesinaron, torturaron, robaron. Siempre “sirviendo a la Patria”. Se consideran salvadores de la civilización occidental y cristiana, y aunque desde 1985 ya no figuran como gobernantes, siguen siendo los que tutelan la democracia. La Ley y la Libertad aún les despiertan recelos, pero ya no les quitan el sueño. Quisieron someternos, deshumanizarnos, exterminarnos, pero no lo consiguieron.
Víctima F:
Los muros del penal Libertad (¡que ironía!), son rodeados. Gente por todas partes vitoreándonos. Cantos con el nombre de Uruguay, banderas rojas, del Frente Amplio. ¡Por fin salimos! Es la amnistía. Claro que no todos salimos limpios de “delitos”, ni todos bien, física y síquicamente. El pueblo nos besa, abraza, aplaude. La emoción nos invade a todos. Pero, es inevitable recordar que detrás de los muros del penal murieron varios compañeros.
Víctima G:
Restituido a mi puesto de trabajo, uno de los torturadores -¡qué también trabaja en esa institución civil, asumiendo pose de izquierdista!-, quiso conversar conmigo, con su víctima, que le dije que nada tenía que hablar con él. Porque a diferencia de los pocos ex presos que llegaron aaltos cargos, la gran mayoría, no aceptamos ser amigos de delincuentes.
Han pasado varias décadas. La memoria de la infamia va desapareciendo. El capital y la oligarquía vuelven a mandar sin intermediarios (los militares). Pero como los 15 años de gobiernos del Frente Amplio, aplicaron reformas sin tocar las estructuras de dominación, sigue habiendo una explotación que dura siglos.
Fuente: Julio A. Louis
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