El 25 de mayo de 1968, cuando aún le faltaba un día a Mary Bell para cumplir 11 años, Martin Brown, un vecino suyo de 4 años de edad, apareció sin vida en una casa abandonada con sangre en el rostro. Su familia creyó que la muerte de su hijo se debía  a un trágico accidente y, en un primer momento, la policía británica ni se planteó  la posibilidad de que hubiera sido asesinado.

Fue preciso que Mary volviera a asesinar el 31 de julio de 1968 a Brian Howe un niño de 3 años, cuyo cuerpo mutilado fue descubierto estrangulado en un descampado cercano, con la letra M marcada en el abdomen, y parte del cabello y de los genitales cortados  con unas tijeras, para convertirse en la principal sospechosa.

Para este segundo crimen Mary Bell contó además con la ayuda de Norma Bell, una amiga suya de 13 años, sin parentesco alguno con ella, a la que el comportamiento brutal y sádico de Mary durante el acto le aterró, rogándole que se detuviera y, al ver que no le hacía caso, salió huyendo del lugar. Con todo, mantuvo la boca cerrada sobre los crímenes de Mary, quien anotó en su diario: “Brian no tiene madre, así que nadie lo extrañará”.

Los familiares de Brian advirtieron a la Policía que ambas niñas habían estado molestando a su hijo los días previos a su muerte. Durante la investigacion Mary intentó verter sospechas sobre un niño inocente, pero cometió el error de afirmar que había visto a Brian jugar con unas tijeras…  cuando ella no podía saber que se habían utilizado para cometer el crimen porque ese hecho no se había divulgado.

Antes de comenzar su carrera criminal, Mary se entretenía torturando a los perros y gatos de su barrio, hasta que, cansada de los animales pequeños, se pasó a la caza mayor. Tres compañeras suyas de escuela testificaron que Mary había intentado ahorcar a una de ellas, pero que la profesora lo impidió.

En el  juicio la tía de Martin recordó cómo las dos niñas visitaron juntas a su madre, tocaron la puerta y solicitaron ver al niño. La señora les dijo que no era posible porque estaba muerto, a lo que Mary contestó: “Ya sé que está muerto, lo quería ver en el ataúd”.

Fría e impasible todo el tiempo que duró la vista, Mary no tuvo reparo alguno en reconocer ante el tribunal que le juzgaba, “que le gustaba herir a los seres vivos, animales y personas mucho más débiles que ella, que no  podían defenderse”.

El 17 de diciembre de 1968, Mary Bell fue condenada a cadena perpetua por «asesinato en segundo grado debido a su falta de responsabilidad», después de que los siquiatras que la examinaron la calificaran de sicópata peligrosa, mientras que Norma salía absuelta.

En 1980, cuando tenía 23 años, Mary Bell fue liberada después de cumplir 12 años de reclusión,  desempeñando diversos empleos: en un comedor escolar, como camarera, etc., hasta que, finalmente, volvió a vivir con su madre.

Después se quedó embarazada y tuvo una hija en 1984 y un nieto en 2009. A pesar de su truculento pasado, se convirtió en una madre amorosa y atenta. Conoció a un hombre con el que se casó.

Como le resultaba muy difícil pasar desapercibida y tenía que huir cada vez que era descubierta por los vecinos, Mary emprendió una cruzada personal para llevar una vida alejada de la prensa, consiguiendo una identidad secreta gracias a la  denominada “Ley Mary Bell”, creada el 21 de mayo de 2003 en Inglaterra para proteger a cualquier menor envuelto en procedimientos legales. La madre de Brian no pudo evitar quejarse con amargura de que las víctimas no tuvieran el mismo derecho que los asesinos a ser protegidos con el anonimato y recibieran peor trato que ellos.

Cuando en 1957 Betty Bell concibió con 16 años a su primera hija, Mary, no tenía seguridad de quién era el padre, aunque se cree que pudo ser Billy Bell un delincuente arrestado por robo a mano armada. Betty ya había sufrido una sobredosis por drogas, y su primera reacción cuando la enfermera le acercó a su hija para amamantarla fue: “¡Aparten esa cosa de mi lado!”.

Su madre,  prostituta, alcohólica y drogadicta, la odiaba, y la maltrató desde que salió de su vientre. A los 3 años llevó a la pequeña Mary a una agencia de adopción para intentar deshacerse de ella , sin éxito. Si la niña se hacía pis en la cama, Betty restregaba su cara sobre el colchón húmedo.

La pequeña era obligada a consumir toda clase de estupefacientes. Con tan sólo un año sufrió una sobredosis, y con tres masticaba las pastillas que su madre le escondía en la comida. Su progenitora intentó varias veces asesinarla dándole brebajes extraños hechos con hierbas, píldoras y pastillas, dejándola  sin comer durante largos periodos, o con caídas supuestamente accidentales. En diversas ocasiones Mary tuvo que ser ingresada en el hospital para que le hicieran lavados de estómago.

A los 4 años, su madre sujetaba a Mary desnuda, mientras los hombres eyaculaban en su boca. A los 5, cuando la niña no alcanzaba siquiera el estante de la galletas, Betty vendió la virginidad de su hija a uno de sus clientes, obligándola después a participar en actos sexuales con pedófilos.

¿Se puede ser verdugo y víctima a la vez? ¿Quién asesinó realmente a los dos niños: Mary Bell, o sus abusadores y su madre? Mary respondió del mismo modo como era tratada en casa y le habían enseñado.

(Extracto. Adaptación libre)


Imágenes: Pinterest|thejournal.co.uk|

Fuentes: http://www.lavanguardia.com/sucesos/20180601/443970646662/mary-bell-psicopata-asesina-nina-mata-mutila-ninos-asesinatos-identidad-las-caras-del-mal.html

http://cribeo.lavanguardia.com/cultura/12027/ella-fue-una-asesina-en-serie-con-11-anos-hoy-ya-adulta-vive-su-vida-de-manera-anonima

https://www.abc.es/historia/abci-mary-bell-psicopata-cara-angelical-asesino-y-mutilo-ninos-11-anos-201803181627_noticia.html

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