El doctor David Martin es director general y fundador de M-CAM Inc., una aseguradora internacional que se encarga de analizar y auditar patentes. Su informe, demoledor, que extractamos a continuación, desmonta las mentiras en que se basó la pandemia covid, y sus vacunas salvadoras :

1. “73 patentes aprobadas entre 2008 y 2019, contienen todos los elementos supuestamente novedosos del coronavirus SARS CoV-2. Específicamente el sitio de clivaje polibásico, el dominio de unión al receptor ACE2, y la proteína espiga, no presentan ninguna diferencia clínica respecto a lo que ya se conocía antes de noviembre de 2019. No se trataba de ningún coronavirus nuevo, ni desconocido”.

2. La primera vacuna patentada para el coronavirus la desarrolló Pfizer: “exactamente igual que la que nos hemos apresurado a inventar ahora, solo que la primera solicitud fue presentada el 28 de enero de 2000, hace 21 años; patente nº 6372224 USA, contra la proteína espiga del coronavirus canino, porque las primeras vacunas se hicieron para animales”.

3. “El SARS-CoV-2 no es una modificación genética natural del coronavirus. De hecho, en 1999, Anthony Fauci financió a la Universidad de Carolina del Norte para que produjera un coronavirus infeccioso, ajustado específicamente al epitelio pulmonar humano”, tal y como consta en la patente presentada el 19 de abril de 2002 con el número 7279327. “En otras palabras, construimos la enfermedad SARS, y la patentamos el 19 de abril de 2002”.

4. Tanto el receptor ACE, como el dominio de unión ACE2, como la proteína espiga S1, y otros elementos, no sólo fueron diseñados, sino que fueron modificados en laboratorio, utilizando tecnologías de secuenciación de genes. El Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAD) pensó que por su maleabilidad, el coronavirus era el candidato idóneo para desarrollar una vacuna contra el VIH (sida): “Esa tecnología se financió exclusivamente en los primeros tiempos para emplear al coronavirus como vector de una vacuna contra el VIH”.

5. Pero todas las vacunas vacunas de ARN sintético que Anthony Fauci trató desesperadamente de que le aprobaran, fueron rechazadas por la oficina de patentes, porque “el efecto de una vacuna debe provocar algo más que una simple respuesta inmunitaria. Debe también ser protectora y prevenir la infección. Algo que no cumple incluso considerando el estándar más bajo. Y por tanto no es patentable”.

6. A principios del año 2000, a la organización de Martin se le pidió que vigilara las violaciones del Tratado de Armas Biológicas y Químicas. Por este motivo, en 2001 comenzaron a monitorear los patógenos bacterianos y virales patentados a través de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), y otras agencias internacionales. “Nuestra preocupación era que el coronavirus estaba siendo considerado como un agente útil no sólo para diseñar vacunas, sino para construir también armas biológicas”.

Una realidad que confirma el europarlamentario Christian Terthes:

«Solicité a la EMA, la Agencia Europea de Medicamento que me dijera, entre otras cosas, cuál era la fecha en que estas compañías farmacéuticas habían comenzado los estudios de las vacunas en animales para recibir autorización… Como se puede observar, las pruebas de Moderna se hicieron en 2016 y 2017… a pesar de que el mundo se enteró de la existencia de dicho virus en diciembre de 2019…

Se supone que primero tienes el virus, y luego desarrollas la vacuna contra él. Así que solo pregunto, no estoy acusando a nadie… ¿cómo es posible que  Moderna hiciera los estudios años antes de que se descubriera?…

Pfizer inició la primera prueba el 14 de enero de 2020, pero la secuencia de ADN del virus se publicó el 11 de enero de 2020, que fue cuando China la dio a conocer… ¿cómo es posible que en 3 días una empresa cree una vacuna y comience las pruebas…? Dos meses después de hacerla, ya comenzaron las pruebas en humanos… Pero cuando haces la prueba, luego tienes que ver si la vacuna funciona… es decir comprobar que la vacuna detiene la propagación del virus y proporciona inmunidad contra la enfermedad, porque, de lo contrario, ese producto médico no puede ser etiquetado como vacuna.

Entonces le pedí a la EMA que me dijera si las personas que formaron parte del experimento, estuvieron alguna vez  expuestas al virus después de que les pusieran la vacuna. Y me respondieron que cuando realizaron las pruebas en humanos, el mundo entero estaba encerrado. Entonces reunieron a estos sujetos, los inyectaron, los encerraron 3 meses, y después miraron a ver si tenían covid, y por eso dijeron que estas vacunas tenían una efectividad del 95%…«

(Extracto. Adaptación libre)


Imágenes: netnetsummit2017.eventfarmcom.jpg | finalscape.com| gaceta.es

Fuente: https://www.laprensa.com.ar/505135-Pandemia-el-montaje-comenzo-a-fraguarse-hace-20-anos-y-hay-patentes-que-lo-prueban.note.aspx

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