El 8 de diciembre de 2015, el ecologista y millonario estadounidense del mundo de la ropa informal Douglas Tompkins murió en un accidente mientras practicaba kayakismo en el sur de Chile a los 72 años. El fundador de las marcas de ropa The North Face y Esprit falleció de hipotermia, haciendo lo que más le gustaba, después de que volcara la embarcación en la que iban él y otras cinco personas.
En sus tierras de Chile, Tompkins creó el parque Pumalín con 2.900 kms. cuadrados de bosque, lagos y fiordos que se extienden desde los Andes hasta el Pacífico. Desde la década de los 80, con los milones de dólares de su fortuna, se dedicó a comprar tierras, primero en Chile y después en Argentina, para crear reservas ecológicas.
En Argentina, donde pasaba la otra mitad del año también adquirió enormes terrenos para la creación del Parque Nacional Monte León y comenzó una campaña para convertir los Esteros del Iberá, en un área de turismo y conservación.
«Doug era un apasionado del medio ambiente», informó su empresa en un comunicado. «Su legado preserva espacios al aire libre para ser explorados por las generaciones venideras».
Algunos lo consideraban un agitador por enfrentarse a los productores de salmón señalando que contaminaban los fiordos. En la Patagonia chilena, donde pasó las últimas dos décadas de su vida, Tompkins decía que estaba «salvando el paraíso», y no explotándolo, como habían hecho muchos millonarios antes que él, anunciando que todas sus tierras, en ambos países, serían traspasadas al Estado en el momento de su muerte.
El pasado 22 de enero, menos de dos meses después de la muerte de Douglas Tompkins, su viuda, Kristine McDivitt, acudió al palacio presidencial chileno para encontrarse con la presidenta Michelle Bachelet y ofrecerle formalmente al estado chileno la donación de 419.417 héctareas para crear una red de parques en torno al Parque Nacional Patagonia, cumpliendo su promesa de comprar tierras vírgenes para preservarlas y devolverlas a uso público.
Pero el regalo de los Tompkins –que previamente donaron el Parque Pumalín y el Corcovado– incluye ciertas condiciones: por cada hectárea que reciba, el estado chileno debe comprometer el doble para su conservación. Para ello, el gobierno necesita ampliar y crear nuevos parques nacionales, además de reclasificar cuatro reservas nacionales.
La magnitud de la donación ofrecida al estado chileno no es casual. Douglas Tompkins pensaba que la conservación, para ser efectiva, tenía que ser «grande, salvaje, conectada». Un lugar armónico con la naturaleza. Y la donación proyectada con la creación del Parque Nacional Patagonia cumple los tres requisitos.
Cuando compró tan vastas extensiones muchos pensaron que lo hacía llevado por el afán de lucro, sin imaginar siquiera que estuviera dispuesto a dejárselas a un país que no era el suyo.
Douglas Tompkins decía a menudo que se sentía afortunado por haber podido escapar de las cadenas del mundo corporativo y, en sus propias palabras, haber podido hacer algo «con significado».
En 2012 llegó a afirmar que no veía futuro alguno para el capitalismo. Palabras paradójicas viniendo de un hombre cuyas empresas han sido ejemplos de éxito en los negocios a escala global.
(Extracto. Adaptación libre)
Imágenes: bbc.com|visitchile.com|taringa.net|eldesconcierto.cl
Fuentes:
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/01/160127_chile_tompkins_tierras_donacion_ecologia_molina_wbm
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/12/151209_douglas_tompkins_patagonia_ecologia_polemica_men
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/12/151209_economia_north_face_esprit_lf