Se están desarrollando diversas tecnologías invasivas para obligarnos a escuchar voces dentro de nuestra cabeza, sin nuestro consentimiento. Parece una fantasía o una quimera, pero ya se están dando pasos en esa dirección.
Por ejemplo, hace un par de años se anunció el desarrollo de un dispositivo llamado “Talking Windows”, que aprovechaba la costumbre que tienen algunos pasajeros en los trenes de recostar la cabeza sobre la ventana al quedarse dormidos. Esa tecnología hacía vibrar el cristal de la ventana y esa vibración se transmitía al interior del cráneo, de manera que el viajero apoyado en la ventanillaa, escuchaba un anuncio dentro de su cabeza… que nadie más podía escuchar. Un transmisor especial liberaba oscilaciones de alta frecuencia que se convertían en sonido al llegar el cerebro, sin necesidad de ningún tipo de señales acústicas captadas a través del oído.
Otro ejemplo lo vimos en una publicidad de un canal de televisión llamado Paranormal State, hace algunos años. La gente que transitaba por la calle, al llegar a un sitio determinado, escuchaba de repente una voz susurrante que parecía no salir de ninguna parte, porque la voz era proyectada desde lo alto del edificio donde estaba el anuncio, focalizada sobre él, de manera que solo la persona situada en el lugar exacto pudiera escucharlo.
Una tecnología que no tiene actualmente nada de novedoso, porque existe desde hace años, aunque hasta ahora solo la utilizaban los militares, como ocurre con la patente estadounidense de fecha 27 de octubre de 1992, para un “sistema de presentación subliminal silencioso” que utiliza un rango de frecuencias muy alto o muy bajo, en el espectro de frecuencias ultrasónicas, prácticamente inaudibles, moduladas para transmitir acústica o vibratoriamente, por inducción cerebral, mensajes concretos.
Se estima que el Pentágono probó en secreto esta tecnología sobre los soldados iraquíes en la Operación Tormenta del Desierto, provocando que decenas de miles de personas se rindieran sin tan solo efectuar un solo disparo.
Así informó la prensa británica lo sucedido:
Un sofisticado programa de guerra sicológica que utiliza técnicas de proyección de “Sonidos Silenciosos” ha sido desplegado con éxito.
Este sistema electrónico diseñado para “hablar” directamente a la mente del oyente, alterar las ondas cerebrales, manipular los patrones electroencefalográficos de su cerebro e implantar artificialmente estados emocionales negativos, tales como sentimientos de miedo intenso, ansiedad, desesperación y desesperanza, fueron proyectados en la mente de los soldados iraquíes.
Un sistema subliminal increíblemente eficaz que no sólo induce a las personas a sentir determinadas emociones, sino que, de hecho, literalmente implanta esas emociones en la mente de los objetivos.
En un documento desclasificado por el ejército en 2006 titulado “Efectos biológicos de las armas selectas no letales” se describe como “Audición por Microondas”, el uso de pulsaciones en campos de radiofrecuencia para proyectar comunicaciones directamente sobre el cerebro del objetivo.
Al año siguiente, DARPA (La Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa), informó de un “Proyector Sónico”, tal y como informó la revista de tecnología Wired:
El Proyector Sónico se ha diseñado para ser un sistema que, utilizando transductores de tecnología acústica de alta potencia y algoritmos de procesamiento de señales, pueda dar lugar a un sonido que parezca provenir de todas partes, pero que solo la escuche el objetivo concreto dentro de su cabeza.
Lo más terrorífico del asunto, es que, sabiendo que existen este tipo de tecnologías capaces de proyectar voces imaginarias en la cabeza y hacerlas escuchar como si fueran verdaderas, nadie puede estar a salvo.
Cuando una persona afirma sentir voces dentro de su cabeza, automáticamente es considerado un loco, así que, ¿no sería un método perfecto para sacarse de enmedio a personas incómodas?, ¿no resultaría un método idóneo para inducir a determinadas personas a cometer crímenes o asesinatos haciéndolas pasar y creerse dementes?, ¿cuántas cosas se pueden conseguir con tecnologías de este tipo, que encima no dejan rastro?
Pero más allá de sus evidentes aplicaciones militares, este tipo de tecnologías abren las puertas a que, en un futuro cercano, nos lleven a a escuchar anuncios dentro de nuestro cerebro. Quizá empiecen como advertencias de seguridad en el metro, diciéndonos cuando nos acerquemos demasiado al borde del andén: “pasar de esta línea puede resultar peligroso para su seguridad”.
Más adelante, no tardaríamos en escuchar voces dentro de nuestra cabeza advirtiéndonos del peligro del tabaco cuando encendamos un cigarrillo, o de no conducir cuando tomemos unas copas en un bar. Y de ahí a los anuncios privados de productos, solo habría un paso. Anuncios que penetrarán en tu cerebro y que solo tú escucharás, vendiéndote productos que solo te interesarán a ti, o dándote consejos o instrucciones personales.
Otro dispositivo es el Neurophone, patentado por el Dr. Patrick Flanagan en 1968, que convierte el sonido en impulsos eléctricos que pueden ser enviados desde satélites. Cuando se dirigen a individuos, los impulsos viajan directamente al cerebro donde los sonidos se vuelven a ensamblar y parecen ser voces dentro de su cabeza, que pueden percibirse como provenientes de Dios, de extraterrestres, o de un televisor o radio apagados. A través del software, el dispositivo puede imitar la voz de cualquier persona y traducirla a cualquier idioma.
Las ondas cerebrales constituyen un campo magnético alrededor de la cabeza (aura). Cada persona posee una firma electromagnética única e identificable que se vuelve visible a través de la fotografía Kirlian, y estos campos pueden ser monitoreados por satélites. Los mensajes de el neurófono se pueden transmitir a individuos seleccionados en función de sus pensamientos. Se cree que alrededor de un millón de personas en todo el mundo ahora son monitoreadas diariamente.
Estas fuentes de energía electromagnética, cuyas emisiones pueden ser reguladas, personalizadas y enfocadas, se acoplan al cuerpo humano, produciendo movimientos musculares, controlando sus emociones (y por lo tanto sus acciones), su sueño, transmitiendo sugerencias, modificando su memoria tanto a corto como a largo plazo, etc.
(Extracto. Adaptación libre)
Imágenes: el robot pescador
http://www.activistpost.com/2015/07/who-needs-billboard-new-ads-of-future.html