El gran enemigo de la verdad no es la mentira, sino el mito, que hace fácil opinar sin tener que tomarse el trabajo de razonar. John Kennedy

El 25 de agosto, la Comisión Regional Independiente de Certificación de África para la Erradicación de la Polio (ARCC), un organismo de la ONU, anunció que África había quedado libre definitivamente de la poliomelitis, calificándolo de «día historico y emotivo».

Sin embargo, tan sólo una semana después, el 2 de septiembre de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS), informó que las campañas de vacunación antipolio habían causado dos brotes de poliomelitis en Sudán y Chad (países límitrofes), que se estaba extendiendo igualmente a Camerún. No menos de 11 niños sudaneses, recientemente vacunados contra la polio, habían desarrollado parálisis, y la secuenciación genética del virus confirmó su origen.

Actualmente, hasta 16 países africanos están sufriendo brotes de poliovirus vacunal tipo 2 (cVDPV2): Angola, Benín, Burkina Faso, Camerún, República Centroafricana, Chad, Costa de Marfil, República Democrática del Congo, Etiopía, Guinea, Ghana, Mali, Níger, Nigeria, Togo y Zambia.

La poliomielitis es una enfermedad vírica sumamente infecciosa, que suele atacar a niños menores 5 años. Uno de cada 200 sufre una parálisis irreversible, sobre todo, de las piernas, y, se calcula que, entre un 5% y un 10% de los afectados, fallece por parálisis de los músculos respiratorios.

La enfermedad original de la poliomielitis es causada por los poliovirus salvajes, pero actualmente  la crean también los poliovirus de origen vacunal. La OMS explica que “la vacuna antipoliomielítica oral (OPV) contiene un virus vacunal atenuado que activa la respuesta inmunitaria del cuerpo. Tras la administración de la OPV, este virus vacunal atenuado se multiplica en el intestino durante cierto tiempo, generando la producción de anticuerpos que confieren inmunidad”.

Durante ese período, el virus vacunal se excreta en las heces, siendo la principal forma de contagio de la poliomielitis vacunal, de persona a persona, y por vía fecal-oral, y también, en menor medida, a través del agua y alimentos contaminados por el virus.

El problema es que, los virus vacunales, atenuados pero vivos, pueden sufrir cambios genéticos como sucede con los denominados poliovirus de origen vacunal (cVDPV), aunque para ello es necesario que la cepa patógena circule en una población no inmunizada, o insuficientemente inmunizada, durante un periodo de al menos  un año.

Se trata de una enfermedad cuyos primeros síntomas son parecidos a los de la gripe: fiebre, cansancio, cefalea, vómito, rigidez del cuello y dolor en los miembros, pero que no tiene cura, por lo que requiere inmunización.

En 1954 el epidemiólogo Jonas Edward Salk elaboró la primera vacuna para los tres tipos virales de poliomielitis conocidos, que consistía en la inyección de una dosis de poliovirus inactivados o muertos (IPV). Le costó más de 7 años encontrarla, y renunció a cualquier beneficio personal, negándose a patentarla.

Quizá por eso, en 1964 se autorizó la vacuna trivalente de Albert Bruce Sabin, compuesta por poliovirus vivo atenuados (OPV), que sustituyó a la vacuna de Salk y que se administra por vía oral.

El plan para vencer a la poliomielitis «salvaje» está fracasando, ya que muchos niños se están contagiando con el virus de la polio tipo 2, derivado de la vacuna. Y es que el virus vivo de la vacuna oral de la poliomielitis puede mutar a una cepa patógena.

No sería la primera vez. Después de gastar  más de 16.000 millones de dólares durante 30 años para erradicar la poliomielitis, se reintrodujo ‘accidentalmente’ la enfermedad en Pakistán, Afganistán y también en Irán, a través de la vacuna. En la India en 2011 se produjeron 60.000 casos. Y, en 2019, el gobierno de Etiopía tuvo que ordenar la destrucción de 57.000 viales de la vacuna antipoliomielítica oral tipo 2 (mOPV2), tras un brote de poliomielitis inducida por ella.

Debería constituir uno de los mayores escándalos de salud pública, que una campaña internacional de vacunación para eliminar la polio en África, patrocinada con el apoyo y financiación de la Fundación Bill y Melinda Gates, provoque un brote de la misma enfermedad que se supone pretende combatir, pero ya se sabe que cuando los programas de vacunación no cumplen lo que prometen, la culpa se achaca siempre a los no vacunados.

(Extracto. Adaptación libre)


Imágenes: AP Photo Ben Curtis|elpolvorin.over-blog.es|AJN Agencia de Noticias|knysnaplettherald.com

Fuentes:

África, oficialmente libre de poliomielitis, afronta brotes en Sudán y el Chad

https://es.wikipedia.org/wiki/Jonas_Salk

https://www.zerohedge.com/markets/un-forced-admit-gates-funded-vaccine-causing-polio-outbreak-africa

Vacuna contra la polio la verdadera Historia

 

 

 

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