Cuando Gandhi estudiaba Derecho en el College University de Londres, el señor Peters, un profesor sumamente racista, no perdía ocasión de expresarle la antipatía que experimentaba hacia él. Pero Gandhi nunca bajó la cabeza, ni se sometió, por lo que eran frecuentes sus encontronazos.
En latín la palabra “otium” significaba ocio, paralabra con la que se designaban todas las acciones de descanso, de disfrute y aquellas labores por las que no se esperaba recibir recompensa. Para el resto de actividades empleadas en ganarse el sustento, se empezó a usar la unión de los términos “nec” y “otium”, literalmente “lo que no es ocio”, que acabó derivando en la palabra negocio.
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