El supremacismo catalán
Los gobiernos de la Generalitat han impuesto desde 1980 un régimen de persecución de lo no catalán con una violencia diaria, solapada y continua, aunque no utilicen las armas.
Los gobiernos de la Generalitat han impuesto desde 1980 un régimen de persecución de lo no catalán con una violencia diaria, solapada y continua, aunque no utilicen las armas.
Se supone que la opresión de Cataluña por parte de España comenzó el 11 de septiembre de 1714, con la capitulación de Barcelona ante las tropas borbónicas de Felipe V en la guerra de Sucesión por el trono de España, que enfrentó a éste con el archiduque Carlos de Austria.
Ilegalidad, corrupción y adoctrinamiento es lo propio del independentismo.
Todo funcionó según el guión planificado por el gobierno catalán, que hasta tuvo la posibilidad de hacer un “escrutinio” y escenificar en una plaza y con pantalla gigante la supuesta victoria de los partidarios de la independencia. Porque nadie, en ningún sitio, va a plantearse pedir actas de ninguna mesa, ni contar papeletas, ni interpretar los resultados, ni nada de nada.
Estamos ante una lucha de intereses, pero no de clase, sino de burguesías. Menos referéndums y urnas, y más reivindicaciones y movilizaciones sociales y laborales que, seguro, que no serán bien vistas ni por los Gobiernos de España ni de Cataluña.
Nos encontramos ante una partida cuyas normas han escrito los independentistas, aprobado ellos y aplaudido ellos, y ahora nos piden que nos sumemos a su fiesta.