
Fotos del «reférendum» independentista del 1-O: la Sagrada Familia votando, niños con la estelada…
Ilegalidad, corrupción y adoctrinamiento es lo propio del independentismo.
Ilegalidad, corrupción y adoctrinamiento es lo propio del independentismo.
Todo funcionó según el guión planificado por el gobierno catalán, que hasta tuvo la posibilidad de hacer un “escrutinio” y escenificar en una plaza y con pantalla gigante la supuesta victoria de los partidarios de la independencia. Porque nadie, en ningún sitio, va a plantearse pedir actas de ninguna mesa, ni contar papeletas, ni interpretar los resultados, ni nada de nada.
Estamos ante una lucha de intereses, pero no de clase, sino de burguesías. Menos referéndums y urnas, y más reivindicaciones y movilizaciones sociales y laborales que, seguro, que no serán bien vistas ni por los Gobiernos de España ni de Cataluña.
Nos encontramos ante una partida cuyas normas han escrito los independentistas, aprobado ellos y aplaudido ellos, y ahora nos piden que nos sumemos a su fiesta.
Las élites controlan tanto a un bando como a otro, pero tienen su propia agenda que no coincide con los intereses de catalanes y españoles.
El 25 de mayo de 2014, el «Multirreferéndum» ciudadano de temas sociales, convocado por Podemos, con el apoyo de la CUP, en las 32 comarcas y 120 municipios más poblados de Cataluña, fue declarado ilegal, y las urnas retiradas.