El ideal democrático nos invita a vivir juntos, integrando nuestras pequeñas diferencias en una comunidad política más grande, mientras que la secesión obliga a los ciudadanos romper sus lazos comunes sobre la base de pertenencias etnolingüísticas y diferencias irreconciliables.
Cuando el partido obtuvo representación parlamentaria, todos los puestos con sueldo se dieron a afines a la Dirección. Los círculos se vaciaron, la militancia se desmovilizó y hoy el partido se reduce a la cúpula.
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.
Más información