Se supone que la opresión de Cataluña por parte de España comenzó el 11 de septiembre de 1714, con la capitulación de Barcelona ante las tropas borbónicas de Felipe V en la guerra de Sucesión por el trono de España, que enfrentó a éste con el archiduque Carlos de Austria.
Y así, por acuerdo (aunque a regañadientes por ambicionar más), cada una de ellas se adjudicó un trozo, o varios, de Africa. Las fronteras trazadas, con arreglo a sus intereses, no tuvieron en cuenta que a ambos lado de ellas quedaba dividida la misma etnia, ni tampoco que tribus enemigas debían coexistir en el mismo territorio lo cual sería semilla de sangrientos conflictos en el futuro.
En el patio central de la cárcel había una soga donde ahorcaban a un prisionero hasta la asfixia. Luego lo soltaban y le dejaban respirar un poco. Así todo el día hasta que terminaban matándolo.
Han Soete y Nick Dobbelaere|rebelión.org|24/11/2014
Las grandes potencias mundiales deseaban esta guerra para apropiarse de las colonias y de paso acabar de una vez por todas con las ideas revolucionarias que cada vez avanzaban más en Europa.
Toda una generación de catalanes ha venido siendo sistemáticamente educada en una historia épica de Cataluña que se remonta a fechas tan lejanas como 1714, que muy poco o nada tienen que ver con los problemas reales que afectan actualmente a sus ciudadanos. La clave de lo que sucede hoy día allí hay que buscarla mucho más cerca, en su pasado inmediato.
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